Guillermo Márquez
Venezuela
ha sido catalogada como “el país más
miserable del mundo”, al quedar como
número 1 en el índice de miseria que se publica todos los años, con un nivel de 106.03. Este índice es poco conocido en Venezuela y
me pareció conveniente explicar su significado. Para ello incluyo la aplicación
que hice para Chipre para luego hacer unos comentarios sobre Venezuela.
Nota sobre el índice de miseria y su aplicación a
Chipre
El
índice de miseria fue creado por el economista estadounidense Arthur Okun, el
cual consiste en la suma de la tasa de inflación, y la tasa de desempleo
respecto al total de la población ocupada. El objetivo es estimar qué cambios
en el bienestar de la población se producen por la variación de estos
indicadores. Es evidente que un incremento de los precios y del desempleo
reduce el bienestar y una reducción produce el efecto contrario. Posteriormente
fue introducida la tasa de interés; también es evidente que un incremento en
esa tasa, afecta negativamente a los prestatarios. Es conveniente comentar
desde el principio que la alarma que se produjo en Chipre por estar entre los
primeros 14 países más miserables, se debe en gran medida a la connotación “miseria”,
que no luce la más conveniente para reflejar lo que se quiere mostrar, lo cual
se verá más adelante.
El índice que fue calculado para el 2013
contiene estos tres elementos. Si llamamos p= la tasa de inflación; d= la tasa
de desempleo; i=tasa de interés; M=índice de miseria: M= p + d +i. El índice se moverá en forma directa al cambio
en los indicadores, denotando hacia arriba una reducción en el bienestar y
hacia abajo un mejoramiento. El índice calculado para el 2013 incluye los tres
indicadores mencionados.
Veamos entonces su aplicación a Chipre. El
país figura, como se dijo arriba, en el
número 14 entre los países más “miserables”, con un índice de 30.7.
Examinaremos cada indicador por separado. La
tasa de inflación. La tasa de inflación fue muy baja en el 2013; la cifra
más alta fue de 2% en enero y en general estuvo alrededor del 1%, mostrando
cifras negativas en algunos meses, como en noviembre que fue de -0.8%. Se
infiere que la inflación no contribuye en gran medida al índice. No entramos en
las explicaciones del por qué la baja tasa de inflación, porque no corresponde
al objetivo que persigo aquí. Pero además, la inflación no afecta el índice de
desarrollo humano. Este indicador de las Naciones Unidas, que tiende a medir el
nivel de bienestar a través del ingreso y la provisión de los servicios de educación
y salud, es estimado eliminando el efecto precio, los incrementos o reducciones
representan aumentos o reducciones reales en el nivel de vida. Por ejemplo, no
tendría sentido que apareciera un incremento porque los precios de sus
componentes han aumentado, lo que, como hemos dicho, reduce el bienestar. Se
concluye entonces que la inflación no tuvo una influencia significativa en el
índice de miseria. La tasa de desempleo.
La tasa de desempleo tuvo un promedio de 16.9%, muy alta, situándose en el
preocupante nivel de 40.8% para el desempleo juvenil. A pesar de lo lamentable
de esta situación, ello afecta, en promedio, sólo a una porción de la
población. Para este examen estimamos que las unidades familiares están
compuestas en promedio por cuatro personas. Para estimar aproximadamente a
cuántas personas afecta el desempleo hice los siguientes cálculos. La población
de la República de Chipre fue estimada en 865.900 personas a fines del 2012, la
última cifra que he conseguido al momento de escribir. Suponiendo una tasa de
crecimiento de 2%, tendríamos una población de 883.195 personas al final del
2013. A pesar de que se que no es lo correcto trabajar con esa última cifra
para el total de ese año, la usaré, porque el margen de error es pequeño, y las
diferencias en la interpretación no son significativas. Tomando ahora el 16.9%
de desempleo, y teniendo en consideración que la población en edad de trabajo
es aproximadamente de 40%, -353.278 personas-, el desempleo estaría afectando a
59.703 trabajadores. Si suponemos que las unidades familiares están formadas en
promedio por cuatro personas, y en la suposición de que el desempleado era el
único que estaba trabajando en familia, el desempleo estaría afectando a
238.815 personas, lo que representa un 27% de la población. Por otra parte, el
desempleo y la consiguiente falta de ingresos tienen repercusiones indirectas
sobre la producción y el empleo, por la reducción de la demanda de los
desempleados. A mi juicio el hecho de que el desempleo esté afectando a casi un
tercio de la población es altamente preocupante y lo coloca en forma
prioritaria en la política económica para la recuperación de la economía. La tasa de interés. De algunas
observaciones que hice, decidí usar una tasa de interés promedio de 8%.
El índice de Miseria para Chipre.
De
acuerdo a las cifras que he utilizado daría el siguiente índice: Mch= 2+ 17.9 +
8 = 27.9, bastante cercano al índice
publicado. Es conveniente comentar que la información que suministré sobre el
número de familias que viven por debajo del umbral de la pobreza tiene que ver
con este tema. Como dijimos arriba, el porcentaje de 5.1% está por encima,
mejor, respecto a los estándares internacionales. Si tuviéramos
un porcentaje de más de 10%, sí sería un indicador de miseria preocupante. Así
mismo, me parece conveniente explicar, aunque es obvio, que el índice es una
cifra relativa no absoluta, es decir, altera los niveles de bienestar, hacia
arriba o hacia abajo, a partir de un nivel determinado. Esto es importante
porque el efecto de las variaciones indicadas pesa en forma diferente según el
nivel de bienestar de los países. Por ejemplo, aunque Nicaragua tiene un índice
menor que el de Chipre, 27, tiene un nivel de bienestar inferior, medido por su
índice de desarrollo humano de 0.599. Debido a ese nivel inferior, un deterioro
causado por el índice de miseria tiene peores repercusiones que el índice de 30
para Chipre. En todo caso, de acuerdo a las explicaciones que he dado, el
índice no tiene las connotaciones que han circulado sobre el “el estado miserable
de la población chipriota”.
Comentarista.
En cuanto al índice de Okun, creo que la explicación que incluyes va al centro
del problema y justifica tu conclusión, de una manera didáctica y específica en
el caso de Chipre. Te sobra razón en sostener que hay un problema de imagen con
el uso del término miseria, por lo que luce más adecuada la terminología que
empleas en tu explicación, que atiende más bien a una reducción en el bienestar
de la gente.
Comentarios de Abdón Suzzarini. Cuando dices que la tasa de interés afecta a los
prestatarios, quizás convenga decir que los afecta en la forma siguiente: uno,
a los consumidores porque encarece el crédito al utilizar las tarjetas de
crédito y débito y otras modalidades crediticias, lo cual se refleja en un
encarecimiento indirecto de los precios de los bienes y servicios que se
demandan por esa vía, presionando al alza de los precios; y, dos, a los
inversionistas y empresarios en general, con lo cual se encarece el crédito
para la producción, circunstancia que frena o inhibe la inversión y en
consecuencia la posibilidad de reducir el desempleo y el deterioro del ingreso.
El índice es una concesión que hace el
economista Arthur Okun a lo que tú con mucha propiedad has denominado el
periodismo económico, es decir esta tendencia a utilizar expresiones efectistas
de gran impacto político pero que no responden en rigor a la teoría económica.
Cuando vamos al diccionario encontramos que la palabra miseria se define entre
otros, como pobreza suma, o también gran pobreza. Es decir que lo que se está
midiendo es en qué grado se encuentra la gran pobreza o la suma pobreza en
Chipre lo cual en rigor no es correcto pues Chipre no está atravesando por una
suma pobreza ni por una gran pobreza. Por tanto el índice es engañoso Como un alcance a las notas que te envié
quizás convenga señalar algo que también trato en la segunda edición (la 2º edición
de mi libro “Venezuela ante la Integración Economica Hemisférica: Dos Visiones
dos Paradigmas”, cuya publicación está en proceso, y es lo relativo al salario social.
Normalmente se habla de salario nominal y salario real. El salario social se
mide por los bienes públicos, como por ejemplo el acceso gratuito a la salud,
la educación, la seguridad personal, a parques de recreación, playas y las
manifestaciones de la cultura que entiendo en Chipre está al alcance de la
población. Esto es importante pues en momentos de crisis las políticas públicas
pueden hacer mucho para aliviar la carga de la crisis, lo cual contrasta con la
situación que vivimos en Venezuela donde
paradójicamente lo que más se han deteriorado es precisamente son los bienes y
servicios públicos
Comparto la nota que
incorporaste del Comentarista
Gracias Abdón por tus luminosos comentarios.
Algunos comentarios sobre Venezuela
Por
las explicaciones anteriores queda claro
que no es que Venezuela sea el más país más miserable del mundo en términos
absolutos, sino en términos relativos, fue el país en el que el bienestar, en
términos de las variables usadas, se deterioró más en el mundo, lo que no deja de ser preocupante. En las
explicaciones incorporadas a la
publicación se indica que la variable más importante para ese resultado fue la
inflación, lo cual queda confirmado cuando el Banco Central publicó una
inflación de 180% para el 2015, pero algunas estimaciones indican una
inflación mucho más alta, (el FMI la
estima en 245%) lo que supondría un índice más alto, es decir, un deterioro en
el bienestar más pronunciado. Hay dos aspectos
adicionales también preocupantes. El índice de 2015 representa un
aumento de 27 puntos respecto al de 2014, reflejando la escalada inflacionaria
del último año; el segundo país más miserable es Argentina, con un índice de
68, 38 puntos por debajo del de Venezuela. Respecto a la comparación con Argentina hay un aspecto
adicional preocupante: mientras la proyección para Venezuela es un continuado deterioro,
con un índice de 159.9, el índice de Argentina bajaría a 39.9, con una
considerable mejoría de 28 puntos. Pueden consultar el índice de 2015 en http://www.cato.org/blog/world-misery-index-108-countries.
La
situación indicada conduce a algunas conclusiones. Paralelo con el deterioro
del índice de miseria, el crecimiento ha sido negativo desde el 2014,
culminando el 2015 con una contracción de 5.4%, según el BCV (el FMI lo estima en 8% y proyecta
un mayor deterioro para el 2016,
con una contracción del PIB de 10%). Esto a su vez deriva en una reducción
constante del ingreso per cápita, es decir, una disminución absoluta del
bienestar. De continuar este deterioro,
la acción paralela de la inflación y de la contracción del ingreso per cápita,
irá horadando el nivel absoluto de bienestar
y acercándose a lo que sí sería el país más miserable absoluto en términos absolutos. Varias
investigaciones recientes sobre la
agudización de la pobreza, especialmente la realizada por las universidades
nacionales confirman esas amenazas. En este sentido me parece conveniente hacer
una explicación adicional. Si bien ser
número 1 en el índice de miseria no significa ser el país más miserable en
términos absolutos, sí reduce el bienestar en términos absolutos y si ese
proceso es continuo, lo va acercando cada vez más a los países más miserables
en términos absolutos. La única forma de frenar esa carrera hacia el abismo es
modificar el modelo económico del actual gobierno, como ha sido analizado por
numerosos analistas nacionales e internacionales. No entro en ese análisis porque no está en el
propósito de este artículo, y hago míos los elementos básicos de esos
argumentos. Pero está claro ya, por la actitud del gobierno ante la nueva
Asamblea Nacional con mayoría aplastante de la oposición, que no va a cambiar el modelo y se opondrá, por
medios inconstitucionales, a los
intentos de la Asamblea, a través de diversas leyes, de crear un clima distinto
para frenar ese deterioro. Sólo queda
entonces el cambio de gobierno, con los
recursos que permite la propia Constitución.
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