domingo, 3 de febrero de 2019

¿ARRECIA LA MIGRACIÓN?


¿ARRECIA LA MIGRACIÓN?

EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ

Los escenarios más previsibles –puede haber otros- para la actualidad venezolana son tres:

1. La administración bolivariana logra mantenerse en el ejercicio del poder político. Esto ni es deseable ni parece factible. 2. Con artimañas y trampas, o aprovechando propuestas como las de los 90 días para un grupo de contacto sugerido desde Europa (y que le serviría como siempre para ganar tiempo), logra la administración señalada, generar un espacio más largo del deseable, en su continuidad de ejercicio de gobierno. Tampoco es anhelado y no parece tenga muchas simpatías de lograr que ello sea así. 3. Se ejecuta lo deseable y cada día más factible, según se puede percibir, que, con la denuncia de la usurpación y el ejercicio de un gobierno de transición, se organicen elecciones libres y supervisadas adecuadamente. Ahí se les acabará la música, a los que se sabe. El asunto es que proporcionalmente, según el caso, la migración de todas maneras puede arreciar.

Sin embargo, es en la tercera opción, como se puede colegir, donde según su avance en un gobierno ya de otro tono, distinto, de consenso, participación, y de variadas perspectivas, se pueda enrumbar el país hacia su reconstrucción y encaminamiento al crecimiento y más adelante a la recuperación del desarrollo perdido. Y ello representará una contención a la migración. De resto, en las dos primeras y no deseadas opciones, nuestros jóvenes y ya familias, seguirán yéndose con intensidad.

Las inadecuadas y fracasadas políticas, han vuelto infinito el costo de oportunidad del trabajo;  es más costoso buscar, conseguir, prepararse todos los días y transportarse al trabajo que lo que el brinda para técnicos y jóvenes profesionales en todas las áreas y sobre todo en la pública. Las alternativas y opciones en varios lugares, las han arrasado las prebendas y los privilegios políticos. Pero, por otra parte, lo que la administración bolivariana ha difundido como las tablas salariales enfrenta al bochornoso espectáculo de que el que se ha preparado, su sueldo o salario no se distancia mucho del que no lo ha hecho. Más aún, ministros y funcionarios otrora defensores de la justicia y los gremios, hoy con tamaño desplante señalan algo así como que los afectados no son realmente afectados, sino que deben ver esto como algo normal porque hay que proteger a los débiles, mientras ellos disfrutan de niveles de vida y riquezas con las cuales jamás podían ni siquiera soñar y hoy día les son muy placenteras. Una verdadera destrucción y alteración de la estructura de salarios relativos, poco estimulante para jóvenes y personas en edad madura temprana inclusive.

Adicionalmente, el contexto de hiperinflación con inflaciones diarias de más de 5% en varios casos, brinda un escenario de destrucción creciente de patrimonios individuales y familiares. El patrimonio y el dinero mantenido para gastos y motivos transaccionales y precaucionarlos se diluyen con la rapidez e intensidad de la propia hiperinflación, quedando la preferencia por la liquidez o contacto acariciante del dinero solo para esoterismos cuando se trata del bolívar soberano o solo seriamente cuando se trata de las monedas duras o activos de reserva.

Ya es suficientemente aceptada, incluso por ONU, que la cifra de migrantes venezolanos ha superado los tres millones de ciudadanos (sobre los 3.300.000, aunque algunos ubican cifras sobre los 4.000.000 de venezolanos). Algunas proyecciones difundidas con seriedad dentro del propio Consejo de Seguridad de ONU, proyectan un aumento de la migración venezolana bajo las condiciones actuales -o ceteris paribus- sobre los dos y tres millones de ciudadanos venezolanos. Pocos episodios de la escena mundial de los últimos setenta años, se le acercan a esta evolución y prospectiva. Y no es fácil la vida de los migrantes, mas allá de avances, mejoramientos y buenos tratos que puedan encontrar venezolanos en el mundo como se sabe existen y suceden. Pero también es cierto que las familias y grupos se han ido desintegrando[1] y han surgido y se mantienen episodios de Xenofobia[2], si no generalizados poco agradables y paradójicos con el buen trato que la nación siempre le brindó a migrantes que recibía.

Sin poderse establecer rutas exactas sobre los momentos y razones, se puede señalar que, primero, en los años dos mil se fueron migrantes naturales por razones tradicionales y/o personales, después continuaron algunos previsivos y adelantados a sucesos que avizoraban, pero ya en los 2010, a medida que se fue avizorando el fracaso de políticas y proyectos de la administración bolivariana y las muestras en 2010/ 2011 de impulso de la polarización por la propia administración bolivariana, nada cercana a la concertación y al consenso, y -más aun- a partir de 2014 con la disminución de los ingresos petroleros y la entrada a cinco años –además- de recesión continuada y cada día más profunda, pasó a ser real el temor y la disminución acelerada y creciente de oportunidades para los no cercanos o beneficiarios de la camarilla o de los mecanismos discrecionales de asignación de beneficios populistas, y ello permitió la conformación del conjunto de determinante para acelerar la migración. Más aun, el ahondamiento de los desequilibrios derivados de restricciones y efectos de políticas inadecuadas, pasó a tener mayores efectos en los propios sectores populares (quienes han manifestado y protestado claramente en momentos del mes de enero de 2019). Y eso también pasó a determinar la migración de estos mismos sectores en años recientes. Por otra parte, el carácter violento y represivo de la administración bolivariana en su versión de NM, demostrado en las protestas de 2014-2016-2017 y 2018 que dejó varias decenas de muertos en los dos primeros años, más de 130 en 2017 y 40 en tan solo unos días de la semana del 23 al 30 de enero de 2019, representa, de manera directa, el poco aprecio por la vida de otros que demuestra el gobierno en la actualidad venezolana, y si a eso se le suma el clima de inseguridad, existe así un complejo caldo de cultivo pata angustias de familias y jóvenes.

Y es ese conjunto de elementos lo que impulsa e impulsará la migración en los dos primeros escenarios que planteamos al inicio de esta nota. La tercera opción, deseable y por la que hay que unirse y trabajar, representará inicialmente un estímulo, una esperanza para, con el transcurrir de los primeros meses y años, pueda dar frutos para el regreso de migrantes, familiares y amigos, al país y para contener la ampliación de la diáspora, correspondientemente.

Algunas cosas y variables se pueden nivelar en unos meses y uno o dos años, otras requerirán 3 o 5 años y algunas otras requerirán más tiempo, pero la fuerza y la esperanza inicial ya están demostradas en las manifestaciones tenidas en todo el país, en distintos sectores sociales  y grupos que han vencido el miedo, manifestado y desafiado a una administración fracasada en su proyectos y muy violenta en sus respuestas a las protestas y expresiones de millones de venezolanos que ahora conforman la mayoría. Eso ya se ha manifestado y se volverá a manifestar al realizar elecciones libres.



03 de febrero 2019
@eortizramirez
eortizramirez@gmail.com


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