VENEZUELA
DESTRUIDA EN SOCIALISMO
Enrique Viloria Vera
¡Basta de silencios!¡Gritad con cien mil
lenguas!
porque, por haber callado, ¡el mundo
está podrido!
Santa Catalina de Siena
Santa Catalina de Siena
Con profundo pesar e
inmensa pena ajena escribo estas líneas para denunciar la masacre que, a
mansalva, ha sufrido Venezuela por la acción depredadora y genocida de una
marabunta socialista roja – rojita que como insaciables termitas en veinte años
devoró un país que antes era para querer y ahora es para sufrir.
Un paracaidista
golpista se consideró el Mesías venezolano, y a punta de utopías vetustas y de
proyectos inviables fue montando una estrategia de destrucción nacional;
fallecido al lado de los suyos en la Cuba de sus amores, con boatos socialistas
designó a un lerdo chofer de autobús que continuó la tarea de arruinar el país
y llevarlo a más absoluta miseria traducida en hambre, muerte y diáspora.
Más de tres millones
de venezolanos de toda condición profesional, social o económica han
literalmente inundado cercanos y lejanos países, desbordando las cifras de
pedidas de asilo y las estadísticas de inmigración. Algunos ejercen
exitosamente su profesión de origen, otros emprenden, muchos matan tigres, y
muchas venden su cuerpo en casas de alterne de lujo y en burdeles de poca monta,
donde son explotadas y ganan algunas divisas para la supervivencia de hijos y
padres que viven en el filo de la navaja socialista.
La destrucción no
tiene límites, nada ni nadie ha escapado a la terrible maquinaria de
exterminación conocida como Socialismo del siglo XXI. Empresas del Estado en
ruinas, privadas confiscadas y quebradas, servicios públicos ruinosos,
agricultura y ganadería extinguida, supermercados sin alimentos que ofertar,
farmacias vacías, hospitales en escombros, infraestructura pública totalmente
deteriorada, arcas públicas exhaustas… y el país entregado sin más al castro –
comunismo para que los hijos de la Isla de la Felicidad lo manejen a su antojo
y obtengan pingues beneficios para intentar demorar el naufragio del largo
lagarto verde de Nicolás Guillén.
Con toda razón la
sabia sabiduría popular habla de la Robolución
Bolivariana, ciertamente da asco el expolio que ha sufrido Venezuela por
parte de los gobernantes rojo - rojitos,
de sus familiares y amigos, y de los enchufados. Cada vez es más frecuente leer
la prensa mundial informando de la riqueza mal habida que los personeros del
socialismo del siglo XXI exhiben sin pudor. Igualmente, es usual enterarnos de
las confiscaciones, extradiciones, detenciones, realizadas por los órganos de
seguridad que combaten el blanqueo de capitales efectuado por nuestra
cleptómana cúpula bolivariana
El Mahatma Gandhi ya
lo había serenamente advertido:
¿Qué diferencia hay para los muertos, los
huérfanos y los refugiados que la loca destrucción venga bajo el nombre del
totalitarismo o el sagrado nombre de la libertad y la democracia?”
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