Gobernar hoy en el siglo XXI
El político en funciones de gobierno debe conocer cuál es el margen y
repito, el timing de maniobra que tiene para tomar decisiones
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JESÚS E. MAZZEI ALFONZO
17/12/2020
05:00 am
Este artículo lo
escribo guiado por las ideas del Consejo Latinoamericano de la Administración
para el Desarrollo (CLAD), organismo intergubernamental fundado por
Venezuela entre otros fundadores, en el Gobierno de Presidente Caldera, en
1972, sus ideas me nutren desde que profundicé mi relación profesional con este
organismo a partir del año 1986. Gobernar en los próximos años será un desafío
y un riesgo aún mayor, en un asunto transdisciplinario, por ello, el gobernante
de una nación tiene el inmenso reto de gobernar no solo para una parcela del
país, sino para toda una nación, es la obra de una élite, nos guste ó no nos
guste es la realidad, de quienes gobiernan, pero para ello la cabeza del Estado
requiere gente capacitada, experimentada no improvisada. Se debe profundizar en
las capacidades y conocimiento, de la función de gobernar, sobre todo en la
oficina del alto gobernante.
El alto gobernante, debe tomar decisiones, interactuar con los ministros, altos
funcionarios de la administración pública que él designa, llevar a cabo
reuniones de Consejo de Ministros, conducción y negociación al interno son a mí
manera de ver los elementos complejos y dinámicos, de entender y comprender,
reflexionar, sobre el arte de gobernar, otra cualidad saberse rodear y
acompañar en esta compleja y difícil tarea. Sobre ellos históricamente han sido
unos de los retos del estudio y reflexión de la teoría política. El tema del
buen gobernante o del ejercicio del gobierno, abarcar dos aspectos: el político
y el administrativo. El político, porque abarca el ámbito de toma de decisiones
y el administrativo, la administración pública debe propender a tener
innovación elástica y estar en permanente actualización porque va hacia la
realización de propuestas, programas y planes de acción. Implica, además, la
conducción y coordinación horizontal y vertical de las diferentes acciones de
gobierno.
El buen gobernante debe al menos cumplir con estas premisas para llevar a feliz
término una gestión gubernamental que son a saber: identificar los problemas en
forma adecuada. Clasificarlos en forma oportuna lo que se une a un claro
sentido de prioridades. Luego determinar cuáles ameritan tratamiento inmediato
y en forma eficaz y eficiente. Hay otras tres condiciones importantes que se
une a sus cualidades cualitativas, por otra parte, saber cuándo disminuir las
tensiones y procesos conflictuales de la sociedad que gobierna. Darle
estabilidad a su equipo de gobierno y proporcionar un sentido dialogante con
sus adversarios y como dice, la carta de Innovación de gestión pública…”un cambio
radical en los modelos y metodologías de gestión vinculados a las tecnologías
emergentes y disruptivas: la Administración digital, al manejo de grandes
fuentes de datos (Big Data & Anaylitcs), internet de las cosas, realidad
virtual, blockchain y, especialmente, la introducción en la gestión pública de
la inteligencia artificial y de la automatización de procesos mediante la
robotización…”
A la hora de gobernar se requiere tacto político, capacidad de comunicación,
persuasión y un timing especial, ver el margen de maniobra que
dan las decisiones, para llevar cabo no solamente las tareas normales del día a
día de gobierno, sino igualmente, negociar, con los diversos actores con los
que se convive y la posible influencia del entorno internacional que también
influye, porque hoy en día hay una porosidad manifiesta entre el ambiente
interno y el externo y por los elementos arriba enunciados.
El político en funciones de gobierno debe conocer cuál es el margen y repito,
el timing de maniobra que tiene para tomar decisiones y en
inicio de este siglo y los años siguientes influirán más en el gobierno. En las
democracias gobernar es más intricado porque se debe gobernar bajo varias
premisas como consulta, persuasión, cooperación, negociación y coordinación.
En este sentido, la interacción entre los agentes políticos (partidos,
sindicatos grupos de interés y de presión, líderes, etcétera) y las decisiones
de política es el objeto central de la teoría política contemporánea y el
diseño de políticas públicas es uno de sus desafíos En esta interacción, las
expectativas racionales de los agentes juegan un papel esencial en la acción
política, lo cual debe tomarse en cuenta. La relación dialéctica entre sociedad
política y civil, es un elemento que debe tomar en cuenta en quien ejerce
funciones de gobierno,. No es un problema que se arregla con buena gerencia,
porque gobernar es esencialmente un problema político. Hoy a que crear valor
público mediante la innovación de la gestión pública.
En suma, en la actividad política es difícil, pero el ejercicio del gobierno,
del gobernar es más intricado, complejo, debido a que es optar entre opciones,
es saber qué se quiere, saber qué se puede y qué no se puede hacer, saber
cuándo hay que hacerlo y finalmente, cómo hay que hacerlo. El político en
funciones de gobierno debe tener pues, iniciativa estratégica, pero con un
sentido de las proporciones.
Por ello, los funcionarios o gerentes públicos, deben analizar e interpretar
los datos, tanto a nivel tecnológico como de conocimiento humano (sistemas de
inteligencia colectiva internos y externos a la Administración), que faciliten
la detección proactiva de las nuevas necesidades sociales e individuales de los
servicios públicos con el objetivo de un mayor bienestar social.
jesusmazzei@gmail.com
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