CONTRADICCIONES
DEL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI
Enrique Viloria Vera
15 Llegaron
a Jerusalén; y entrando Jesús en el templo, comenzó a echar fuera a los que
vendían y compraban en el templo; volcó las mesas de los que cambiaban el
dinero y los asientos de los que vendían las palomas, 16 y no permitía que nadie
transportara objeto alguno a través del templo. 17 Y les enseñaba, diciendo:
«¿No está escrito: “Mi casa será llamada casa de oración para todas
las naciones”? Pero ustedes la han hecho cueva de ladrones». 18 Los principales sacerdotes y los escribas
oyeron esto y buscaban cómo destruir a Jesús, pero le tenían
miedo, pues toda la multitud estaba admirada de Su enseñanza.
Marcos 11:15-18
Los revolucionarios bolivarianos acuñaron el término
Socialismo del siglo XXI que pasará a la historia política como la mayor
contradicción habida en una acción de gobierno. En efecto, la gestión de esta
nomenklatura, de este nuevo cogollo, de esta claqué del castro - comunismo, ha
sido un verdadero desacierto, un auténtico yerro, un continuado error, producto
de la equivocación, del entusiasmo, de la justa decepción, de un mayoritario
grupo de venezolanos que – como en el siglo de las montoneras y los caudillos -,
se fueron detrás de un hombre a caballo, de un Maisanta de nuevo y alocado
cuño.
Veamos algunas de estas evidentes contradicciones, de esos
desaguisados revolucionarios, de los disparates de nuestro malhadado y
calamitoso Socialismo del siglo XXI:
Venezuela Potencia, resultó lo contrario, la convirtieron en impotente, es un
país inviable, anulado, equiparable - en lo concerniente a calidad de vida y
nivel de desarrollo económico y humano -, con países como Haití, Malí o Níger,
hasta la infortunada isla de la infelicidad supera a la Venezuela destruida en
Socialismo.
Soberanía alimentaria, una indudable contradicción socialista; los vertederos y
desechos de comida se convirtieron en la principal fuente de nutrición de los
famélicos, de los hambrientos y mal nutridos súbditos bolivarianos. La
revolución propició la llamada Economía de puerto, destruyendo- a conciencia -,
las capacidades productivas de los empresarios agropecuarios y
agroindustriales, privilegiando la importación de café, pollo, queso, carne, de
los países aliados de este magno desatino: Brasil. Argentina, Uruguay,
Nicaragua, y algunos otros.
Gestión transparente de los fondos públicos y
eliminación de la corrupción, en su lugar, la
Venezuela bolivariana ocupa un lugar destacadísimo en el ranking mundial de los
países más corruptos: sus dirigentes, familiares, enchufados, amigos, socios y
testaferros, dilapidaron a mansalva los fondos del erario público; sobornos y
comisiones, empresas fantasmas y de papel constituidas en paraísos fiscales,
sirvieron para depositar el pingüe botín de los socialistas del siglo XXI.
Respeto de los derechos humanos, sin comentarios.
Información veraz y oportuna, sobre este particular, es mejor que opinen los
propietarios y directivos de los numerosos medios de comunicación nacionales y
regionales cerrados; los periodistas golpeados y encarcelados; los miembros de
las directivas a quienes les dictaron amañados autos de detención, o a los
propietarios de los medios de comunicación a quienes aplicaron confiscatorias
compensaciones por concepto de daños y perjuicios a la reputación de los
impolutos dirigentes revolucionarios.
La Revolución bonita, todo lo afeo, lo volvió caca, las ciudades, villas y
pueblos de la malhadada patria, lucen tristes, sin brillo, marchitos, descuidados:
los hospitales, las escuelas, las universidades, los museos, las plazas, las
autopistas y avenidas, las calles y parques, los espacios públicos, son vivo
ejemplo de la desidia e incompetencia revolucionaria.
Y nada que decir de las relaciones internacionales multipolares, el régimen socialista nada quiere -, mantener ni tampoco
ellos quieren - con los países libres y
donde se respetan los derechos humanos, su diplomacia privilegia el llamado
nuevo eje del mal: los países que lo
integran son bien conocidos por su vinculación con asesinatos políticos,
masacres y detenciones injustas, y su vinculación con el terrorismo y el
narcotráfico.
Ciertamente, la desoladora realidad de nuestra Tierra de
Desgracia, clama al cielo. Es conveniente recordar a los responsables de este paíscidio, aquel grafiti, la pinta, que
apareció por los 70s del siglo pasado en las calles venezolanas:
Cristo
viene, y viene arrecho.
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