EDUARDO ORTIZ RAMíREZ
Cualquier persona puede tener pretensiones,
más aun un político ungido de poderes temporales o “eternos”, que algún día
acaban. Parangonar la Rusia de los días y meses previos a la toma del palacio
de invierno, o sus dos o tres años inmediatos posteriores , a la realidad
venezolana de la llamada revolución
bonita en la actualidad, incluso en sus comienzos, no pasa de ser más que
un entretenimiento o una fantasía. León Trotsky,
con su amplia cultura y su destreza de escritor usó en su obra Historia de la revolución rusa, la referencia
histórica de la revolución francesa con los cuidados del caso. Eran aquellos días
los del verdadero tomar el cielo por
asalto, la esperanza de una vía alternativa que cuajó en “los diez días que
estremecieron al mundo” en las palabras del periodista estadounidense J Reed. Salga lo que salga, no pasa de
ser más que un despropósito, comparar los CLAPS con los soviets impulsados por Lenin en el año 1917, e independientemente
de que después sentó las bases para la tiranía basada en “que discutan los de
abajo y que decidan los de arriba”.
En la realidad venezolana de noviembre de los corrientes,
hay que señalar que después de las elecciones regionales del 15 de octubre, se presentó
un importante punto de inflexión en la situación y perspectiva política de la
nación. En tal razón, varios elementos podrían destacarse; sin embargo,
mencionaremos tres muy inmediatos al episodio electoral mismo, que ameritan ser
destacados. En primer lugar, la
aguda crisis política en que devino la
MUD -como expresión de parte de la oposición- por los resultados mismos, por
sospechas de arreglos de representantes suyos con la administración bolivariana
y por la juramentación de cuatro gobernadores de los cinco de la oposición que,
según el CNE, fueron ganadores[1].
Acusaciones, sospechas, deslealtades, irresponsabilidades y decepciones, fueron
así destacadas por distintos representante políticos de partidos y agrupaciones,
llegando a producir preocupación a nivel interno e internacional, sobre una
posible división en el seno de aquella. En
segundo lugar, la rapidez con la que la administración bolivariana comenzó
a difundir y a tramitar lo concerniente
a elecciones municipales[2].
No habiéndose aclarado el procedimiento electoral, ni las solicitudes de
auditorías recomendadas por países y grupos de ellos, pero llevando al extremo
su sentido de victoria, a pesar de las numerosas sospechas y denuncias de
fraude en estados y regiones (como Miranda, Bolívar y otros estados), el
oficialismo inicio discusiones y ordenamiento de ideas atinentes a tales
elecciones[3].
En tercer lugar, la expresión muy
contundente del llamado Grupo de Lima, una vez finalizado su encuentro en Canadá
el 26 de octubre de 2017, sobre no
reconocer la ANC e invitar a la MUD a que mantuviese la unidad y acuerdos entre
distintos grupos y partidos de oposición[4].
La mezcla del primero y segundo punto de los resaltados,
permitió observar ciertos efectos para las ya planteadas elecciones municipales
de diciembre 2017. La oposición, en la mayor parte de las expresiones partidistas
presentes en la MUD planteó no participar (dos de las que primero lo plantearon
fueron Voluntad Popular y Primero Justicia). Sin embargo,
iniciado noviembre algunas organizaciones decían seguirían discutiendo si lo harían
o no, y se presentó el impresionante resultado de la eliminación de la
inhabilitación política de Manuel Rosales (antiguo Gobernador del Zulia y
excandidato presidencial) cuya organización (Un Nuevo Tiempo) si se planteó participar en las elecciones
municipales del caso, al igual que Avanzada
Progresista organización de Henri Falcón exgobernador de Lara (ver www.el-nacional.com 1 de noviembre 2017).
Posterior a esto Manuel Rosales se convirtió en una especie de adalid para la justificación de la participación en las elecciones
municipales y en un candidato a la gobernación del Estado Zulia, cuyas elecciones
se volverían a realizar, entrando en polémicas con otros líderes de la
oposición sobre la participación del caso y estos con él[5].
Igualmente impresionante, en posteriores pero muy cercanos días, el joven líder
de Voluntad Popular Yon Goicoechea (ver www.noticierodigital.com 4 de
noviembre 2017) que estaba detenido
desde hacía más de un año, fue liberado condicionadamente y, de manera
inmediata a ello, se pronunció en su interés en participar para la alcaldía del
hatillo (Voluntad Popular –tal cual se señaló ya había señalado no participaría
en tales elecciones).
El hecho de participar en las elecciones, tiene el trasfondo
de discusión de aceptar y reconocer los órganos e instituciones como el CNE y
la ANC (con el agravante de juramentaciones ante ella como las ya señaladas).
Quienes defienden posiciones favorables a tal participación argumentan: a) el
enemigo no está entre nosotros, el enemigo se sabe quién es; b) hay que unir no
desunir; c) si no se participa el gobierno se quedará con todo; d) se perderán
oportunidades de seguir aumentando las fuerzas; e) participando se demuestra
que el otro es capaz de hacer fraude; y otros elementos. Nada de ello explica cómo
se convoca a participar en unas elecciones gestadas, controladas, supervisadas
y con resultados ya preconcebidos desde la ANC, o como la nueva elección daría
nuevamente ganador -al igual que en las regionales del 15 de octubre y en
condiciones de creciente deterioro económico y social- a un gobierno que
semanas y meses antes, se decía no ganaba ni la más elemental de las elecciones
concebibles.
En este contexto surgen,
o se alimentan, líderes y personalismos nada buenos o coincidentes con un
proyecto nacional de unidad. Las frases siempre son atrayentes en la política.
En el caso de un candidato en Chacao -el presidente del Concejo Municipal
de Chacao, Robert García- este expresó casi en un tono seductor no estar dispuesto “a que el
gobierno de Maduro tome las riendas de Chacao, porque sabemos que sería nefasto
ese escenario, pero tampoco estamos dispuestos a la continuidad. Nuestro
municipio merece algo mejor y distinto”. “El chavismo se quedará con las ganas de tomar Chacao”
(ver www.elcooperante.com 1 de
noviembre).
Al momento de mediados de
noviembre, el panorama se haya complejizado de manera amplia y puede perfilarse
a la luz de detalles de tres agentes fundamentales del contexto. El primer agente es la administración bolivariana. Esta, revalorizada -a
sus propios ojos- producto de las victoria electorales de la elección de la ANC
del 30 de julio y de las elecciones regionales del 15 de octubre se siente suficientemente
fuerte para, con el CNE establecido, para adelantarse ya como ganadora en las
elecciones municipales e incluso en pensar pudieran adelantarse las elecciones
presidenciales – considerándose en tales condiciones muy posible “ganador”-. Esto,
a pesar del creciente empobrecimiento generalizado, escasez, inflación, penuria
de efectivo, presión atosigante de los
pagos de la deuda externa, desempleo y deterioro en valores y el comportamiento
de funcionarios y ciudadanos. El segundo
agente constituido por la oposición política a la administración
bolivariana, a pesar de su amplio espectro. Encontrados en la crisis ya
señalada, tiene previamente su punto de inflexión con las elecciones regionales,
a las cuales fue sin las exigencias y cuidados pertinentes, después de haber
observado todos los lustros de experiencias con el CNE y los específicos
resultados de las elecciones para la ANC. El perfil derivado de esta inflexión para
las elecciones municipales, y pareciera que para toda elección futura, es abstencionistas
y voluntaristas (que observan triunfos
aun perdiendo con fraude, pues este lleva a que se muestre el talante del otro
participante). La solución de esta dicotomía no puede entenderse como fácil, pues
ella transita en la generación de confianza para cualquier elección y, en
mediados de noviembre, ya esto no es posible con el CNE y la disposición política
de la administración bolivariana de perpetuarse en el manejo del poder político.
El tercer agente es la comunidad
internacional en el entendido de EEUU, Canadá, la Unión Europea, el Grupo de
los 12 en América Latina, y organismos como Mercosur y OEA (esta, fundamentalmente
con las gestiones de Luis Almagro y sus tres informes sobre Venezuela[6]). De manera curiosa y muy importante, mientras
la oposición se mueve entre abstencionistas y voluntaristas, la comunidad
internacional continúa con sus evaluaciones y procesos sancionatorios sobre
Venezuela y sus funcionarios. En tal sentido además de las sanciones de Canadá
en días previos el 8 de noviembre, la Unión Europea acordó sancionar a
Venezuela por la represión en el país, incluyendo un embargo de armas y la
posibilidad de imponer medidas restrictivas selectivas contra los responsables.
Los ministros de Exteriores comunitarios plantearon dar su visto bueno en su
Consejo del lunes 13 de noviembre a este acuerdo político, logrado unánimemente
por los embajadores de los Veintiocho países integrantes. Las sanciones
propuestas consisten en un embargo de armas y en un veto a las exportaciones de
equipos que puedan ser utilizados para la represión interna o para vigilar las
comunicaciones electrónicas; también incluyó la base legal para que la UE
estableciese una lista de personas a las que considerase responsables de la
situación en el país, a las que les prohibiría viajar a territorio comunitario
y congelaría los bienes que pudiesen tener en la Unión, si la evolución de la
situación lo requiriese (ver www.el-nacional.com
8 de noviembre 2017).
Un futuro próximo poco prometedor
para el país, la administración bolivariana y la oposición. La inflación tiene
ya tiempo convertida en hiperinflación, la escasez de efectivo, divisas y bienes
se extiende; mientras, la administración se entretiene con un galimatías intencionado
entre refinanciamiento o reestructuración de una deuda que aumentó a pesar del
más de un billón de $ que ingresó al país en todos los años de la gestión
bolivariana.
@eortizramirez
eortizramirez@gmail.com
[1] Pueden
verse impresiones de Luis Vicente León al respecto www.el-nacional.com 25 de octubre 2017: “Esta
es, por mucho, la peor crisis vivida por la oposición en 19 años y apenas está
comenzando”; “No hay ninguna posibilidad de éxito opositor futuro sin pasar por
la construcción de reglas comunes para dirimir sus diferencias”; “El triunfo
del gobierno fracturando a la oposición es mucho más estrambótico que el
resultado de las regionales”.
[2] El
jueves 26 de octubre de 2017 un dirigente oficialista, Francisco Ameliach,
presentó la propuesta de adelanto de las elecciones municipales ante la ANC.
Incluso se señaló que serían para el mes de diciembre (ver www.laverdad.com 26 de octubre de 2017).
[3] Ello
coincide plenamente con la idea de la atrofiación de la vía electoral o de
cualquier grado de seriedad que hubiese
podido tener, hasta las elecciones de los miembros de la ANC y las elecciones
regionales. Esto condujo a que el día 27 de octubre –tan pronto como solo 12
días posteriores a la elección- la presidenta del Consejo Nacional
Electoral, Tibisay Lucena, informara que el 30 de octubre iniciaría el
proceso de elecciones de candidatos a las elecciones municipales (ver www.el-nacional.com 27 de octubre 2017).
[4] Ricardo
Luna ministro peruano y uno de los copresidentes del bloque al final del
encuentro: "estamos ahora tras un claro periodo de deterioro después de
las elecciones regionales". Por su parte la canciller canadiense también
copresidente del bloque señaló: "los miembros de este grupo están de
acuerdo en que el régimen de Maduro debe hacer un giro claro y legítimo hacia
la democracia"; "Exigimos que todos los presos políticos sean
liberados. Que devuelva la autoridad a la Asamblea Nacional elegida democráticamente; igualmente pidió que "se cree un
calendario para las elecciones nacionales bajo la dirección de un Consejo
Electoral independiente y autónomo. Y que se abra un canal de ayuda humanitaria
para el pueblo de Venezuela". De la misma manera, el bloque planteó
buscará implicar al secretario general de la ONU para la búsqueda de soluciones
a la crisis venezolana (ver www.el-nacional.com
26 de octubre de 2017)
[5] “Desde
Primero Justicia y Voluntad Popular queremos solidarizarnos con el bravo pueblo
del Zulia, que no solo es víctima de los atropellos constantes de la dictadura
de Nicolás Maduro, sino que hoy dirigentes utilizan su escudo y su bandera para
proyectos políticos personales”, señaló un comunicado conjunto de Primero
Justicia y Voluntad Popular (http://www.cronicaviva.com.pe
8 de noviembre 2017).
[6] Puede verse
entrevista en Unión Radio a Félix Arellano y Kenneth Ramírez el 9 de noviembre
2017. http://unionradio.net/internacionalistas-analizan-contexto-mundial-para-venezuela/.
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