jueves, 9 de noviembre de 2017

LA ESCENA POLÍTICA DE NOVIEMBRE


EDUARDO ORTIZ RAMíREZ

Cualquier persona puede tener pretensiones, más aun un político ungido de poderes temporales o “eternos”, que algún día acaban. Parangonar la Rusia de los días y meses previos a la toma del palacio de invierno, o sus dos o tres años inmediatos posteriores , a la realidad venezolana de la llamada revolución bonita en la actualidad, incluso en sus comienzos, no pasa de ser más que un entretenimiento o una fantasía. León Trotsky, con su amplia cultura y su destreza de escritor usó en su obra Historia de la revolución rusa, la referencia histórica de la revolución francesa con los cuidados del caso. Eran aquellos días los del verdadero tomar el cielo por asalto, la esperanza de una vía alternativa que cuajó en “los diez días que estremecieron al mundo” en las palabras del periodista estadounidense J Reed. Salga lo que salga, no pasa de ser más que un despropósito, comparar los CLAPS con los soviets impulsados por Lenin en el año 1917, e independientemente de que después sentó las bases para la tiranía basada en “que discutan los de abajo y que decidan los de arriba”.

En la realidad venezolana de noviembre de los corrientes, hay que señalar que después de las elecciones regionales del 15 de octubre, se presentó un importante punto de inflexión en la situación y perspectiva política de la nación. En tal razón, varios elementos podrían destacarse; sin embargo, mencionaremos tres muy inmediatos al episodio electoral mismo, que ameritan ser destacados. En primer lugar, la aguda crisis política en que  devino la MUD -como expresión de parte de la oposición- por los resultados mismos, por sospechas de arreglos de representantes suyos con la administración bolivariana y por la juramentación de cuatro gobernadores de los cinco de la oposición que, según el CNE, fueron ganadores[1]. Acusaciones, sospechas, deslealtades, irresponsabilidades y decepciones, fueron así destacadas por distintos representante políticos de partidos y agrupaciones, llegando a producir preocupación a nivel interno e internacional, sobre una posible división en el seno de aquella. En segundo lugar, la rapidez con la que la administración bolivariana comenzó a difundir y a tramitar lo concerniente  a elecciones municipales[2]. No habiéndose aclarado el procedimiento electoral, ni las solicitudes de auditorías recomendadas por países y grupos de ellos, pero llevando al extremo su sentido de victoria, a pesar de las numerosas sospechas y denuncias de fraude en estados y regiones (como Miranda, Bolívar y otros estados), el oficialismo inicio discusiones y ordenamiento de ideas atinentes a tales elecciones[3]. En tercer lugar, la expresión muy contundente del llamado Grupo de Lima, una vez finalizado su encuentro en Canadá el 26 de octubre  de 2017, sobre no reconocer la ANC e invitar a la MUD a que mantuviese la unidad y acuerdos entre distintos grupos y partidos de oposición[4].

La mezcla del primero y segundo punto de los resaltados, permitió observar ciertos efectos para las ya planteadas elecciones municipales de diciembre 2017. La oposición, en la mayor parte de las expresiones partidistas presentes en la MUD planteó no participar (dos de las que primero lo plantearon fueron Voluntad Popular y Primero Justicia). Sin embargo, iniciado noviembre algunas organizaciones decían seguirían discutiendo si lo harían o no, y se presentó el impresionante resultado de la eliminación de la inhabilitación política de Manuel Rosales (antiguo Gobernador del Zulia y excandidato presidencial) cuya organización (Un Nuevo Tiempo) si se planteó participar en las elecciones municipales del caso, al igual que Avanzada Progresista organización de Henri Falcón exgobernador de Lara (ver www.el-nacional.com 1 de noviembre 2017). Posterior a esto Manuel Rosales se convirtió en una especie de adalid para la justificación de la participación en las elecciones municipales y en un candidato a la gobernación del Estado Zulia, cuyas elecciones se volverían a realizar, entrando en polémicas con otros líderes de la oposición sobre la participación del caso y estos con él[5]. Igualmente impresionante, en posteriores pero muy cercanos días, el joven líder de Voluntad Popular Yon Goicoechea (ver www.noticierodigital.com 4 de noviembre 2017)  que estaba detenido desde hacía más de un año, fue liberado condicionadamente y, de manera inmediata a ello, se pronunció en su interés en participar para la alcaldía del hatillo (Voluntad Popular –tal cual se señaló ya había señalado no participaría en tales elecciones).

El hecho de participar en las elecciones, tiene el trasfondo de discusión de aceptar y reconocer los órganos e instituciones como el CNE y la ANC (con el agravante de juramentaciones ante ella como las ya señaladas). Quienes defienden posiciones favorables a tal participación argumentan: a) el enemigo no está entre nosotros, el enemigo se sabe quién es; b) hay que unir no desunir; c) si no se participa el gobierno se quedará con todo; d) se perderán oportunidades de seguir aumentando las fuerzas; e) participando se demuestra que el otro es capaz de hacer fraude; y otros elementos. Nada de ello explica cómo se convoca a participar en unas elecciones gestadas, controladas, supervisadas y con resultados ya preconcebidos desde la ANC, o como la nueva elección daría nuevamente ganador -al igual que en las regionales del 15 de octubre y en condiciones de creciente deterioro económico y social- a un gobierno que semanas y meses antes, se decía no ganaba ni la más elemental de las elecciones concebibles.

En este contexto surgen, o se alimentan, líderes y personalismos nada buenos o coincidentes con un proyecto nacional de unidad. Las frases siempre son atrayentes en la política. En el caso de un candidato en Chacao -el presidente del Concejo Municipal de Chacao, Robert García- este expresó casi en un tono seductor   no estar dispuesto “a que el gobierno de Maduro tome las riendas de Chacao, porque sabemos que sería nefasto ese escenario, pero tampoco estamos dispuestos a la continuidad. Nuestro municipio merece algo mejor y distinto”. “El chavismo se quedará con las ganas de tomar Chacao (ver www.elcooperante.com 1 de noviembre).

Al momento de mediados de noviembre, el panorama se haya complejizado de manera amplia y puede perfilarse a la luz de detalles de tres agentes fundamentales del contexto. El primer agente es la administración bolivariana. Esta, revalorizada -a sus propios ojos- producto de las victoria electorales de la elección de la ANC del 30 de julio y de las elecciones regionales del 15 de octubre se siente suficientemente fuerte para, con el CNE establecido, para adelantarse ya como ganadora en las elecciones municipales e incluso en pensar pudieran adelantarse las elecciones presidenciales – considerándose en tales condiciones muy posible “ganador”-. Esto, a pesar del creciente empobrecimiento generalizado, escasez, inflación, penuria de efectivo,  presión atosigante de los pagos de la deuda externa, desempleo y deterioro en valores y el comportamiento de funcionarios y ciudadanos. El segundo agente constituido por la oposición política a la administración bolivariana, a pesar de su amplio espectro. Encontrados en la crisis ya señalada, tiene previamente su punto de inflexión con las elecciones regionales, a las cuales fue sin las exigencias y cuidados pertinentes, después de haber observado todos los lustros de experiencias con el CNE y los específicos resultados de las elecciones para la ANC. El perfil derivado de esta inflexión para las elecciones municipales, y pareciera que para toda elección futura, es abstencionistas y voluntaristas  (que observan triunfos aun perdiendo con fraude, pues este lleva a que se muestre el talante del otro participante). La solución de esta dicotomía no puede entenderse como fácil, pues ella transita en la generación de confianza para cualquier elección y, en mediados de noviembre, ya esto no es posible con el CNE y la disposición política de la administración bolivariana de perpetuarse en el manejo del poder político. El tercer agente es la comunidad internacional en el entendido de EEUU, Canadá, la Unión Europea, el Grupo de los 12 en América Latina, y organismos como Mercosur y OEA (esta, fundamentalmente con las gestiones de Luis Almagro y sus tres informes sobre Venezuela[6]).  De manera curiosa y muy importante, mientras la oposición se mueve entre abstencionistas y voluntaristas, la comunidad internacional continúa con sus evaluaciones y procesos sancionatorios sobre Venezuela y sus funcionarios. En tal sentido además de las sanciones de Canadá en días previos el 8 de noviembre, la Unión Europea acordó sancionar a Venezuela por la represión en el país, incluyendo un embargo de armas y la posibilidad de imponer medidas restrictivas selectivas contra los responsables. Los ministros de Exteriores comunitarios plantearon dar su visto bueno en su Consejo del lunes 13 de noviembre a este acuerdo político, logrado unánimemente por los embajadores de los Veintiocho países integrantes. Las sanciones propuestas consisten en un embargo de armas y en un veto a las exportaciones de equipos que puedan ser utilizados para la represión interna o para vigilar las comunicaciones electrónicas; también incluyó la base legal para que la UE estableciese una lista de personas a las que considerase responsables de la situación en el país, a las que les prohibiría viajar a territorio comunitario y congelaría los bienes que pudiesen tener en la Unión, si la evolución de la situación lo requiriese (ver www.el-nacional.com 8 de noviembre 2017).

Un futuro próximo poco prometedor para el país, la administración bolivariana y la oposición. La inflación tiene ya tiempo convertida en hiperinflación, la escasez de efectivo, divisas y bienes se extiende; mientras, la administración se entretiene con un galimatías intencionado entre refinanciamiento o reestructuración de una deuda que aumentó a pesar del más de un billón de $ que ingresó al país en todos los años de la gestión bolivariana.

@eortizramirez
eortizramirez@gmail.com




[1] Pueden verse impresiones de Luis Vicente León al respecto www.el-nacional.com 25 de octubre 2017: “Esta es, por mucho, la peor crisis vivida por la oposición en 19 años y apenas está comenzando”; “No hay ninguna posibilidad de éxito opositor futuro sin pasar por la construcción de reglas comunes para dirimir sus diferencias”; “El triunfo del gobierno fracturando a la oposición es mucho más estrambótico que el resultado de las regionales”.
[2] El jueves 26 de octubre de 2017 un dirigente oficialista, Francisco Ameliach, presentó la propuesta de adelanto de las elecciones municipales ante la ANC. Incluso se señaló que serían para el mes de diciembre (ver www.laverdad.com 26 de octubre de 2017).
[3] Ello coincide plenamente con la idea de la atrofiación de la vía electoral o de cualquier grado de seriedad  que hubiese podido tener, hasta las elecciones de los miembros de la ANC y las elecciones regionales. Esto condujo a que el día 27 de octubre –tan pronto como solo 12 días posteriores a la elección- la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena, informara que el 30 de octubre iniciaría el proceso de elecciones de candidatos a las elecciones municipales (ver www.el-nacional.com 27 de octubre 2017).
[4] Ricardo Luna ministro peruano y uno de los copresidentes del bloque al final del encuentro: "estamos ahora tras un claro periodo de deterioro después de las elecciones regionales". Por su parte la canciller canadiense también copresidente del bloque señaló: "los miembros de este grupo están de acuerdo en que el régimen de Maduro debe hacer un giro claro y legítimo hacia la democracia"; "Exigimos que todos los presos políticos sean liberados. Que devuelva la autoridad a la Asamblea Nacional elegida democráticamente;  igualmente pidió que "se cree un calendario para las elecciones nacionales bajo la dirección de un Consejo Electoral independiente y autónomo. Y que se abra un canal de ayuda humanitaria para el pueblo de Venezuela". De la misma manera, el bloque planteó buscará implicar al secretario general de la ONU para la búsqueda de soluciones a la crisis venezolana (ver www.el-nacional.com 26 de octubre de 2017)

[5] “Desde Primero Justicia y Voluntad Popular queremos solidarizarnos con el bravo pueblo del Zulia, que no solo es víctima de los atropellos constantes de la dictadura de Nicolás Maduro, sino que hoy dirigentes utilizan su escudo y su bandera para proyectos políticos personales”, señaló un comunicado conjunto de Primero Justicia y Voluntad Popular (http://www.cronicaviva.com.pe 8 de noviembre 2017).
[6] Puede verse entrevista en Unión Radio a Félix Arellano y Kenneth Ramírez el 9 de noviembre 2017. http://unionradio.net/internacionalistas-analizan-contexto-mundial-para-venezuela/.  

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