lunes, 20 de noviembre de 2017

USLAR PIETRI Y EL CAPITALISMO DE ESTADO BOLIVARIANO
                                                                                                       Enrique Viloria Vera

Sería redundante y alejado de nuestro propósito realizar un exhaustivo análisis de la influencia y repercusiones que el petróleo ha tenido sobre la vida nacional, en general, y  el rentismo petrolero sobre la economía venezolana, en particular. Son muchos las reflexiones que venezolanos ilustres de diferentes formaciones profesionales y militancias políticas, han realizado sobre el tema.  Arturo Uslar Pietri, en su celebrado artículo Sembrar el petróleo publicado el 14 de julio de 1936 en el diario Ahora, fue el primero en subrayar de manera enfática el carácter deformante de dicho recurso sobre la economía venezolana: " El petróleo no es una cosecha ni una renta, sino el consumo continuo de un capital depositado por la naturaleza en el subsuelo.”

Lo que nos interesa destacar son los efectos que nuestro nuevo Dorado - el petróleo - ha tenido sobre la participación cada día más creciente y decisiva del Estado en la vida económica: el capitalismo de Estado venezolano y ahora bolivariano. Entre las consecuencias nocivas de la perniciosa y recurrente influencia del petróleo en la economía nacional, podemos subrayar las siguientes:
·         Sector público y privado dependiente de la exportación petrolera y, en especial, del ingreso fiscal petrolero.
·         Sector privado excesivamente dependiente de las decisiones de política pública, como es el caso en materia de gasto corriente, inversión, protección económica, subvenciones, precios, financiamiento, política laboral, monetaria o cambiaria.
·         Control ineficiente de la inflación generada por el exceso de circulante ocioso sin destino productivo.
·         Débil competencia nacional e internacional de los empresarios locales.
·         Búsqueda de alta rentabilidad a corto plazo como respuesta a los ciclos de precios el petróleo y a las cambiantes políticas petroleras de los gobiernos de turno.
·         Baja competitividad internacional de las empresas venezolanas.
·         Empresas públicas de baja rentabilidad, debido a políticas de subvenciones sociales o económicas, a las altas reivindicaciones sindicales, a la partidización y el clientelismo político, así como a la falta de productividad y competitividad.  
·         Concentración del ingreso en manos de un reducido sector de la población.

 Coincidimos totalmente con Uslar Pietri cuando advertía que el más pernicioso efecto de este nuevo Dorado Petrolero sobre la sociedad venezolana radica en que:

 “Una parte de esa gran riqueza…se ha invertido en crear un Capitalismo de Estado…Ese Capitalismo de Estado tiene consecuencias graves. Si sigue creciendo ilimitadamente, Venezuela va a llegar a ser un país, no ya de dependientes del petróleo, sino de dependientes del Estado, y ese capitalismo monstruoso del Estado, llegará fatalmente a convertirse…en una terrible máquina de tiranizar.”   


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