Tomado de www.talcualdigital,com
Comercio internacional en movimiento, por Felix Arellano
Publicado Marzo 20, 2018
Autor: Felix Arellano
El tema comercial juega un papel relevante en las relaciones
internacionales, por una parte, puede servir para promover y fortalecer las
relaciones entre los países, pero, mal administrado y con una perspectiva
conflictiva, puede servir para todo lo contrario, generar contradicciones y
socavar las relaciones. En estos momentos estas dos dinámicas las encontramos
en pleno desarrollo, en complejos contextos, pues tradicionalmente, en el
imaginario colectivo, cultivado por los radicales, ha prevalecido la visión
según la cual el norte industrializado promovía el libre comercio
internacionaly, el sur subdesarrollado se concentraba en productos
primarios con una orientación proteccionista.
Tal interpretación, que ha tenido evidencias históricas,
también se difundido con imágenes tales como: el círculo vicioso de la pobreza,
el juego suma cero favorable al norte o, más ingenuamente, con la imagen del
norte como la ballena que se come al sur representado como la sardina. Ahora
bien, tal situación está cambiando; empero, los cambios no resultan fáciles de
comprender y menos de aceptar.
En estos momentos el norte industrializado pareciera
encontrarse en puertas de una absurda guerra comercial, promovida por el
radicalismo nacionalista de Donald Trump, quien pareciera desconocer la
dinámica del comercio mundial y las negativas consecuencias que le puede
generar a su propia economía. Los incrementos de aranceles que hasta el
presente ha adoptado Trump se fundamentan en normativas nacionales y no ha
utilizado los procesos de investigación previstos en la normativa comercial
internacional para la protección temporal, en buena medida porque su
radicalismo también incluye el desprecio al sistema multilateral del comercio,
en particular a la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Pero los procesos productivos y el comercio están
íntimamente intrincados y globalizados, ahora nos encontramos con una
producción en cadenas globales, un ensamblaje mundial, donde diferentes países,
fundamentalmente por condiciones de competitividad participan, para lo cual la
apertura comercial es fundamental. Trump con sus decisiones
unilaterales altera la lógica de la dinámica global, lo que puede
afectar otros procesos productivos de su país que participan en cadenas; puede
enfrentar respuestas proteccionistas de los mercados afectados, afectando con
ello otros sectores exportadores de su país; afecta al consumidor con productos
más caros incluso podría generar todo lo contrario a sus aspiraciones, pues el
deterioro de la condiciones reduce el interés de los inversionistas y con ello
se puede afectar el empleo que el Presidente aspira incrementar.
El panorama es complejo, pues Estados Unidos está ganando
con el comercio abierto mundial, particularmente en lo que respecta a servicios
e inversiones, pero no se está comiendo al sur, como lo pregonan los
radicales, pues varias economías del sur están fortaleciendo sus
exportaciones, incluso nos encontramos con potencias emergentes los BRICS
(Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica). Un caso significativo es la relación
comercial entre Estados Unidos y México, donde gracias al Acuerdo de Libre
Comercio firmado en 1994, con la participación de Canadá, el TLC, México ha
logrado una relación superavitaria en su balanza comercial.
En las confusiones del Presidente Trump aspira que solo su
país gane, y por ello sataniza los acuerdos de libre comercio, identificándoles
como los causantes de los problemas internos, particularmente el desempleo, en
su país, sin apreciar las diversas variables que participan en el proceso de
generación de empleos en una economía. Con esta visión equivocada está
desarrollando su cruzada destructiva del libre comercio, entre otros,
rechazando los acuerdos Transpacífico, Transatlántico; incremento de aranceles
para varios productos, el menosprecio al multilateralismo comercial y propenso
a eliminar el TLC actualmente en renegociación. Los aires del nacionalismo
proteccionista también corren por Europa, y el Reino Unido está
avanzando en el Brexit su retiro de la Unión Europea y el euroescepticismo
crece por el continente.
Por el contrario el sur, la sardina, que está ganando
competitividad, va encontrando los beneficios del libre comercio y los diez
países miembros del acuerdo Transpacífico han decidido retomarlo, en buena
medida bajo el liderazgo de Chile. El Mercosur, no obstante su problemas
internos, trata de avanzar en la agenda de la apertura comercial en sus
negociaciones con la Unión Europea, la Alianza del Pacifico y está incorporando
las negociaciones con Canadá
El proceso bolivariano, concentrado en la destrucción del
país para empobrecer, controlar y perpetuarse en el poder, mantiene su
irracional posición de satanizar el libre comercio, restando
oportunidades para los ciudadanos, pues el país se aísla, no logra inversiones,
ni empleos, ni diversifica la producción ni incrementa las exportaciones, el
mar de la felicidad que aún prometen.
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