EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ
A esta altura los extremos se han
ampliado; de solo haber los que pensaban sí o no desde comienzos de los dos mil
y decían sí o no a la dolarización como solución mágica, se han agregado dos
figuras adicionales: los que les resulta indiferente y solo depende de
conveniencias y los que dicen si podría ser-no podría ser. En fin, pareciera
que eso quizás es más conveniente que la cultura de los extremos. De nuestra
parte pensamos lo que sugiere el título de esta nota.
El resumen del comienzo de la
dolarización es fijar un tipo de cambio, cambiarles a los agentes sus bolívares
por $, fijar precios y salarios en términos de dólares y dejar que pulsiones,
tendencias y fuerzas puedan ir llevando al equilibrio -o búsqueda del mismo- en
los precios relativos. Cosa nada
fácil en una economía desinstitucionalizada y rentista. Pero además, con un
gobierno que no es el que quiere o va a liderar la dolarización. La
administración bolivariana detesta el $ (solo le gusta para disfrutarlo, lo gocen
los suyos y para ejercer control político) y no ha dado muestras de querer ceder un ápice del régimen de
control de cambio –en sus líneas fundamentales- que ha ejecutado en más de 15
años y que ni ha eliminado la fuga de divisas, ni ha acabado con la corrupción
cambiaria que se ha ejecutado de distintas maneras y con variados privilegios.
Varios preceptos señalamos, entre
muchos otros que pudieran indicarse. El
primero lo planteamos en base a un señalamiento del profesor Bernardo Ferrán:
la moneda lo es todo. La idea de que desaparezca ya la moneda, la de la importancia del uso del cuasidinero y
tarjetas de crédito y, hoy día, el resbaladizo terreno de las criptomonedas[1],
no elimina para el corto o mediano plazo la importancia que seguirá teniendo
una unidad de cuenta y valor en sus
distintas expresiones[2].
En segundo lugar, que usar dólares,
euros o libras como moneda es tomar moneda de otro y someterse a los dictámenes
o definiciones de otras personas e instituciones (Bancos centrales por
supuesto) y obviamente, aunque para algunos es insignificante, adiós al señoreaje. Esto es así para lo que
ansían la dolarización o para algún “antiimperialista” que desee usar yuanes, por ejemplo. En tercer lugar, y derivado de lo
anterior en cierto grado, la perdida de oportunidad de actuar para el ajuste,
la estabilización y la búsqueda de equilibrios en la macroeconomía y la
economía en general. Y en ello los campos que se afectan son los de la política
monetaria y la cambiaria. Y en cuarto
lugar, uno derivado de las experiencias internacionales: los países que han
pasado a usar moneda de otros o que han dolarizado son pocos y representan
pequeños ´porcentajes de la población y el producto mundial[3].
La pregunta casi de humor negro sería ¿por qué una relativamente mediana
economía rentista por haber sido mal administrada en 19 años por parte de la
administración bolivariana –supuestamente revolucionaria- tiene ahora como
única salida la dolarización?
En razón de lo señalado, debemos
ordenar varios tópicos que apreciamos de importancia y que de alguna manera están,
individualmente o combinados, presentes
en las posiciones que hemos ubicado
inicialmente.
1. El primero
es que la dolarización planteada en este momento y tiempo, se contextualiza en
un gobierno que debe finalizar. Esto es, la dolarización implica que no esté
esta administración. Porque ella no la concibe como necesaria y no la va a
avalar o a ejecutar, a menos que volviera a nacer.
2. Correspondiente
con lo anterior, se trata de una administración que tampoco va a ejecutar un
programa de ajuste y estabilización y mucho menos de cambio estructural[4],
pues es una administración que cree que lo ha estado haciendo bien y para esto además
debería apartar un conjunto de principios rectores según la ideología que
profesa. Para lo contrario también tendría que volver a nacer. Y cualesquiera de estos programas, u otros parecidos,
van a tener que ejecutarse en Venezuela dado el ingente número de problemas de
macroeconomía y/o desarrollo, se dé o no la dolarización.
3. Se trata de
una solución que en la situación actual se le puede dar a un país, no a un gobierno (que no debería estar para hacer la
dolarización por lo indicado), que está considerablemente endeudado y sin
claras facilidades de conseguir en las condiciones de administración y políticas
actuales, financiamiento internacional y con compromisos prontos y para la
próxima década, con erogaciones de alrededor de 8.000 millones de $ anuales,
como pareciera estar claro desde tiempo cercano.
4. Es una
solución que se inspira en pocos y no muy representativos casos a nivel
internacional como Ecuador[5].
Esta nación no es equiparable a Venezuela por tener petróleo que, por lo demás,
en su caso, representa menos en sus ingresos totales de exportación[6].
Debe recordarse que Ecuador a pesar de todo lo que se pueda destacar, ha sido
el principal productor de banana en el mundo y ha desarrollado experiencias de
comercio y desarrollo de cooperativas importantes en este sentido. En el plano
político además, y a pesar del gobierno de Correa, pareciera mantener espacios
de institucionalidad que merecen reconocimiento. Venezuela por su parte ha
tenido un rentismo realmente acendrado[7].
5. Se trata de
una solución que después de instrumentada se enfrenta a varios problemas en la
formación de precios generales y relativos. El comienzo es que, efectivamente,
la instrumentación de la solución debe conseguir en primer momento abatir la hiperinflación y, con ello, llevar a un
aumento perceptible en el nivel de remuneraciones y de vida de los ciudadanos,
acercándolos a los salarios en dólares de otras economías aunque estas no estén
dolarizadas[8].
En el contexto de una economía acostumbrada a vivir en el rentismo agradable
para los buscadores de renta, los gobiernos y las camarillas habría que estar
considerablemente atento, en un programa económico diferente al que se ha
tenido y de desarrollo de nuevas instituciones, para que los agentes económicos
puedan coaligar intereses y se desarrolle la formación de nuevos precios
relativos. Si no fuese así, cualquier aumento – no muy probable por lo demás en
tiempos cercanos- de los precios del crudo, podría ser altamente alterador del
proceso económico, también unido ello a la resistencia de los grupos
acostumbrados al disfrute del rentismo y más aún del populismo.
6. En
correspondencia con el punto anterior, no puede haber dolarización que implique
mayor deterioro en el salario real del que ya ha producido la administración
bolivariana con programas revolucionarios y buscadores del mar de la felicidad.
Tal salario real, además ha venido
deteriorándose desde los setentas y los ochentas. Los programas de ajuste y
cambio estructural, los de reinstitucionalización, y el cambio radical del modelo
de desarrollo que quiere impulsar – pues lo logrado es destrucción y caos- en
el campo de la economía la administración bolivariana, en un contexto de
perdida de manejo del ámbito económico, vía política monetaria y cambiaria como
se indicó, son los grandes elementos que podrían impedir el deterioro del
salario real por la dolarización.
7. Para
contextos y políticas como las referidas, no es claro que los contendientes del
presidente Maduro en las elecciones de mayo de 2018, tengan definido el
desarrollo de una economía de mercado o de crítica profunda al modelo que sigue
la administración bolivariana. Más allá de la opinión de los asesores, varios
de los políticos contendientes o son los mismo o pueden convertirse en lo mismo
de la administración Maduro. Esto, por lo que podría ser la voluntad política de los planteamientos
y las propuestas, pues el resultado de esas elecciones ya está decidido, dadas
la secuencias conocidas por los venezolanos.
La dolarización es un mundo aparte de
la actual administración. En cuanto a su ejecución, nuestras observaciones
finales se inclinan en el sentido de no ser fundamental y tampoco el único elemento
para salir de la crisis.
@eortizramirez
eortizramirez@gmail.com
[1]
Carlos E. Daly Gimón, De monedas virtuales, monedas digitales y Criptomonedas. http://masterecointerucv.blogspot.com/2018/02/de-monedas-virtuales-monedas-digitales.html.
Febrero 2018.
[2]
Todos estos elementos y dimensiones aumentan en el contexto de la globalización.
Ver EDUARDO ORTÍZ RAMÍREZ. El
extremismo de la dolarización MAYO 21ST, 2001. http://www.analitica.com/economia/el-extremismo-de-la-dolarizacion/.
[3]
SIERRA SUÁREZ, LYA PAOLA; LOZANO BAQUERO, DIANA MARIBEL ¿QUÉ SABEMOS SOBRE LA
DOLARIZACIÓN Y SUS EFECTOS EN LAS ECONOMÍASLATINOAMERICANAS QUE LA ADOPTARON? Revista
Facultad de Ciencias Económicas: Investigación y Reflexión, vol. XVIII, núm. 1,
junio, 2010, pp. 119-132Universidad Militar Nueva Granada Bogotá, Colombia
[4]
Puede verse FRANCISCO
RODRÍGUEZ, http://americasquarterly.org Por
qué Venezuela debería contemplar la dolarización | FEBRUARY
15, 2018.
[5]
Panamá no es propiamente un ejemplo a destacar dada su evolución y su configuración
relativamente reciente como país sin la tutela del canal.
[6]
Humberto García Larralde, http://masterecointerucv.blogspot.com/2018/03/dolarizacion.html
miércoles, 7 de marzo de 2018 ¿Dolarización?
[7]
En su definición de algo puro.
[8]
En general el salario mínimo en la región supera los 300 $. “En algunos países
de la región como Argentina, Brasil, Colombia, México, Ecuador, Uruguay,
Bolivia y Chile, el salario
mínimo promedio para el 2018 será de aproximadamente USD 355. Según
cifras publicadas por los bancos centrales e institutos de estadística de las
ocho naciones, se presentó una inflación acumulada, a noviembre del año pasado,
de 5,40 por ciento… Mientras tanto, en Perú no se anunció cuál será el aumento
del sueldo mínimo para este año. Se espera que en el transcurso de enero se
anuncie el monto correspondiente. Por ahora, el ministro de Trabajo, Alfonso
Grados, dijo que comenzará a evaluar un incremento del salario mínimo vital
(SMV), fijado en USD 250. En Paraguay, el salario mínimo legal comenzó a regir
a partir de junio de 2017 y se ubica en USD 371. El salario básico en este país
será renovado a mediados del 2018. Argentina cerró el año con una inflación
cercana al 21 por ciento. El gobierno de Mauricio Macri determinó que la
ampliación del salario básico se hará en tres partes a partir de enero y en lo
corrido del primer semestre del 2018. El salario base quedó en USD 544. El
segundo país con el salario mínimo más alto de la región es Chile: un
trabajador puede ganarse USD 456, con una inflación nacional de 2,10 por ciento
a noviembre del año pasado. El gobierno de Uruguay definió el valor del salario
base, para el año que corre, en USD 431. Cabe decir que, a nivel
latinoamericano, Uruguay tiene la inflación más alta… A finales de diciembre,
el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, anunció un salario mínimo de USD 391.
En noviembre del 2017, el índice inflacionario fue de -0,27 por ciento, según
el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). Brasil registró uno de
los más bajos aumentos en el ingreso mensual básico para los trabajadores. Para
este año quedó en USD 325, con un aumento del 1,81 por ciento y una inflación
de 2,50 por ciento. El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, indicó el 30
de diciembre que el salario mínimo mensual será de USD 265, mientras que el
subsidio de transporte estará en el orden de los USD 30. Según el gobierno de
México, tan solo 1.000 personas en el país ganan el salario mínimo de USD 139,
algo así como USD 4,54 diarios. -Información: Agencia Anadolu-“ (www.semana.com 1/1/2018)
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