EL 23 DE ENERO DE 2019 EN VENEZUELA
EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ
El 23 de enero[1]
y la llamada de la Asamblea Nacional y de las fuerzas de oposición a salir a
marchar, concentrarse y protestar, fue
esperado con muchas expectativas, tanto dentro del país como fuera del mismo,
sobre todo por los migrantes venezolanos en otros países y por organizaciones y
naciones críticas hacia los derroteros económicos y políticos a los que ha
llevado la administración bolivariana a Venezuela, sumiéndola en una aguda
crisis económica y social.
Dadas las
notables diferencias entre el escenario político de 2018[2]
en relación a 2017, en cuanto a desorganización y pasividad, generada o florecida en este último año por
razones de agotamiento, represión, decepción y migración como opción de salida
ante la no presencia de cambios, después del –y relacionado al- intenso
activismo y movilización alcanzada en este último año, donde se acumularon más
de 130 fallecidos como resultado de la alteración de las normas democráticas y
la fuerte represión ejecutada por la administración bolivariana; no era de
esperar, correspondientemente, una movilización similar a las observadas en el
año señalado.
Hubo sorpresas
variadas siendo la primera de ellas la voluminosa movilización que se dio,
tanto en la ciudad capital como en otras ciudades del país. Barquisimeto,
Valencia, San Cristóbal y ciudades del
oriente del país fueron escenario de manifestaciones y congregaciones bastante
significativas. Ciudades como San Fernando de Apure o Puerto Ayacucho, entre
otras, tuvieron también sus concentraciones y movilizaciones de significación. Más
aún debe resaltarse que, en barriadas populares como el Valle, o el indescriptible
conglomerado de barrios ubicados en Petare, se presentaron –y todavía el día
24- protestas y manifestaciones dentro del contexto social y político muy
particular de esa zona, habitada por -en líneas generales- sectores populares.
La propia concentración central de Caracas, realizada en la zona céntrica de
Chacao se vio alimentada por numerosos afluentes que incorporaron personas de
distintas zonas de la ciudad, produciendo una concentración poco menos que
apoteósica, a pesar de que en la ciudad capital eso ha sucedido en varias
oportunidades. El miedo y los temores, ante una administración que ha
administrado la represión con desenfado, fueron vencidos.
Y fue allí y/o a
partir de allí, donde surgieron dos sucesos adicionales altamente
interrelacionados con la misma movilización y el sentido de rescate de la
protesta y el rechazo mayoritario de la población venezolana a la
administración bolivariana –contrario a lo que piensa esta última, sobre que
está sustentada en grandes mayorías[3]-.
El primer suceso fue la
juramentación (autoproclamación) de Juan Guaidó[4]
como presidente interino o acto de compromiso de estar en disposición de
encargarse de la presidencia de Venezuela para un periodo de transición[5].
El segundo suceso, fue el
reconocimiento por parte del gobierno de Donald Trump, presidente de los EEUU, de
la condición de presidente interino de Venezuela de Juan Guaidó; sumándose
inmediatamente otros países de la región –Grupo de Lima[6],
11 de 14- y de otras latitudes. Como un efecto rebote, el gobierno de NM decidió
en momentos inmediatos siguientes romper relaciones con EEUU.
Quedó así pendiente
la explicación necesaria para una acumulación de hechos y pronunciamientos que
traerán resultados, como los previstos por algunos en el campo económico,
político y hasta acciones de expulsión/protección de la representación diplomática
de los EEUU; así como otras explicaciones. El 23 de enero 2019 se convirtió en
un verdadero punto de inflexión, aunque en sus días cercanos posteriores no
pudiesen preverse todas sus consecuencias. Lo que sí pudo apreciarse es que a
pesar de los fallecidos de 2017, la alta represión ejecutada por cuerpos
represivos en clara y evidente violación de derechos humanos, la presencia de
hambre, escasez, hiperinflación y populismo implementado y generado por
políticas económicas y sociales que lo fundamentan (que han agravado el hambre, la escasez y la propia
hiperinflación) y que, en momentos vislumbra una población -y no sin razón- solamente
pendiente de conseguir bienes subsidiados o al precio que se puedan encontrar,
salieron grupos humanos en notables números a manifestar su rechazo a las
condiciones económicas, sociales y políticas que ha generado la administración
bolivariana en más de 20 años, habiéndose acumulado más de veinte fallecidos (20)
entre el 23 y 24 de enero, por efectos de disparos de los cuerpos represivos de
la administración señalada[7].
Nunca deja de
impresionar la facilidad con que en nuestras latitudes latinoamericanas se
toman vidas, en manifestaciones, por parte de gobiernos supuestamente defensores del pueblo y de consignas como “las calles
son del pueblo…”.
25 de enero 2019
@eortizramirez
eortizramirez@gmail.com
[1]
El 23 de enero de 1958, en una unión cívico militar, los venezolanos derrocaron
la dictadura del General Marcos Pérez Giménez. Curiosamente a inicios de la
administración bolivariana, HC y otros dirigentes, señalaban que en esa fecha
no había nada que celebrar; cambiando esta posición en momentos posteriores
[3]
Marea Socialista, organización disidente
del oficialismo, planteó en comunicado que a NM el pueblo lo objeta, pero a la
vez señaló que a Guaidó nadie lo eligió. Debe recordarse que, la valoración de
la usurpación de NM, parte, de lo cuestionable que fueron las elecciones del 20
de Mayo de 2018 –nacional e internacionalmente- y que Juan Guaido fue nombrado
a inicios de 2019 presidente de la Asamblea Nacional así como que la actual
Asamblea Nacional viene de evoluciones tenidas desde finales de 2015, donde la
oposición ganó por amplia mayoría la contienda electoral al respecto. Marea Socialista: A Maduro el pueblo no lo
quiere y a Guaidó nadie lo eligió, 23 de enero de 2019; https://www.aporrea.org/actualidad/n337405.html.
[4]
Puede ilustrarse algunos detalles en CNN, Entrevista
a Giovanna De Mchele https://cnnespanol.cnn.com/video/juan-guaido-venezuela-juramentacion-descripcion-giovanna-michele-intv-camilo/
[5]
Voceros de la oposición o de la Asamblea
Nacional expresaron –o habían expresado- tres pasos de la estrategia: 1) cese a
la usurpación (del presidente NM), 2) establecer
un gobierno de transición y 3) Llamar a
unas elecciones libres.
[6] México
se mantuvo en su posición expresada a inicios de 2019 de no querer intervenir
en asuntos de otras naciones. Puede verse www.elmundo.es
24 de enero 2019.
[7]
“Este año, a diferencia de 2017, los primeros fallecidos en contexto de protestas tienen
todos heridas de bala. En un seguimiento a las diferentes
manifestaciones que se realizaron en el país durante el 22 y 23 de enero, Efecto
Cocuyo contabilizó un total de 28 personas muertas en disturbios.
De este total, Bolívar
registró el número más alto (siete), le sigue Distrito Capital con cinco casos.
En Barinas murieron cuatro personas y en Portuguesa hubo tres víctimas.
Mientras que en el estado Amazonas, Táchira y Monagas se registraron dos
personas muertas en cada región. Por último, en Vargas, Yaracuy y Sucre se
pudieron confirmar tres casos más de víctimas en medio de las protestas” www.efectococuyo.com 24 de enero 2019.
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