VENEZUELA 2020: ¿QUE VIENE EN LA ECONOMÍA DURANTE O EL DÍA DESPUÉS?
EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ
Los efectos del covid19[1]
y la cuarentena no han sido más profundos en la economía y la sociedad
venezolana, porque esta ha estado relativamente paralizada: decrecimiento y
estancamiento pronunciado, dimensiones salariales, de precios y monetarias,
bastante distorsionadas así como hiperinflación
mantenida y no combatida desde 2017. Esto es, los efectos, que han sido más pronunciados
en otros lugares como en los propios EEUU (con la generación de millones de
desempleados), en Venezuela han sido filtrados o transfigurados por una estructura
productiva, comercial y financiera ya de
por si distorsionada. Por su parte, las magnitudes, crecimiento o aplanamiento
del virus, señalados por la administración bolivariana, que, como es conocido,
para el contexto regional son bajos y con niveles no abismales o profundamente
distantes, cuando se les compara con los que emite la oposición, se sabe tienen
un contexto de un sistema de atención de salud altamente deteriorado, pero
seguramente aquellas evoluciones remiten al relativo aislamiento de la sociedad
y la economía en cuanto al resto del mundo y al comportamiento relativamente
disciplinado que se ha observado en porciones de la población. Otras
precisiones ameritan la opinión de los especialistas. Puede, por otra parte,
avizorarse algunos resultados previsibles en el área económica. Los siguientes
son obviamente solo parte de ellos.
En primer lugar,
la especie de recesión natural que se producirá por las tendencias acumuladas
en años recientes, ahora potenciadas por el cierre e inactividad de empresas en
lo que atañe a producción o a limitaciones de la comercialización en general y
en específico es las áreas distintas a las de salud y alimentos. Se trata ahora
de un séptimo año con recesión y con la pérdida de alrededor de ¾ partes del
producto. Electrodomésticos, mecánica, repuestos diversos, confección,
distracción y viajes, entre otras del área comercial, son mercados que han acumularon
grandes retrocesos y que presentan grandes riesgos según Consecomercio.
En segundo lugar, y derivado de lo anterior, los profundos efectos en el área del empleo.
La cuarentena afecta grandemente el trabajo informal (que es por lo demás una
distorsión) y hace innecesarios muchos empleos formales en donde se encuentran
los ubicados en sus casas con empresas sin actividad que no pueden mantenerse
en funcionamiento por lo indicado. La posibilidad de trabajos desde la casa no es
fácil, en un contexto de servicios fracturados o afectados con frecuencia, como
no es extraño en la economía venezolana. La discusión es vasta y se encuentran
también las afirmaciones de autoridades brasileñas o las de AMLO[2]
-presidente de México- y algunos líderes empresariales mexicanos, que se
plantearon en algún momento de los inicios de la pandemia la necesidad de
mantener en funcionamiento las empresas y el país[3].
Finalizada alguna de las fases de la cuarentena venezolana habrá indudablemente
un decantamiento en cuanto a empleos perdidos, recuperados, adquiridos u otras
figuras. Es obvio que en una economía con problemas en la inversión privada y
ahora también la pública (dadas sus permanentes características de ineficiencia
y corrupción – dentro de la administración bolivariana- con el añadido de la
escasez relativa de recursos y la vasta problemática fiscal presente) debe
considerarse que no será un escenario fácil para la generación de nuevos y
viejos empleos.
En tercer lugar, para inicios de 2020, el cono monetario del Bolívar soberano establecido desde agosto de 2018, ya estaba
totalmente derrotado. Depreciación de su valor, escasez de efectivo,
restricciones de encaje legal de los
bancos y poco suministro de efectivo de estos al público, son parte de la
caracterización de tal derrota. Su perfil de valor perdido de los bolívares
soberanos es biunívoco en cuanto a deterioro del bienestar de los venezolanos
asalariados o pensionados, cuyos ingresos desde el sector público y alguna
parte del privado continua siendo en bolívares. El escenario en tales razones
nos presenta para abril un cartón de huevos con cerca de dos salarios mínimos
(Bs 250.000) de valor. Bonos más o bonos
menos, de los que ha venido estructurando la administración bolivariana en sus
políticas, no alcanzan a compensar los deterioros del bolívar soberano y el
bienestar de los venezolanos. Este elemento y su evolución, estarán acumulados
para el día o los días posteriores a la dinámica más intensa de la pandemia en
Venezuela.
En cuarto lugar,
se tendrá una dolarización informal aumentada y que derrotó sin ambages los
rechazos y criticas al dólar y a su influencia de parte de NM y su administración. La eliminación pausada del control de
cambios, fue enfrentándose o produciendo como resultado una aceleración intensa
de una dolarización que indeteniblemente venia avanzando en Venezuela[4].
Hoy día, la cuarentena ha sido escenario de ampliación de la propia
dolarización ante un funcionamiento de la banca solo por la vía digital, con la
correspondiente menor presencia de efectivo. Desde las grandes transacciones
hasta las más pequeñas se han dolarizado, en contexto de menos soberanos
disponibles, de una criptomoneda (el petro) no difundida ni nacional ni
internacionalmente y de otras divisas a excepción del euro que tampoco han ganado espacio en el bastante imperfecto
mercado monetario venezolano. Las remesas,
por su parte, no tienen ni la dinámica ni la magnitud alcanzada en otras
naciones, que en la región han estado más adelantadas en su ingreso. Esto se ha
dado con numerosas distorsiones como inflación en dólares/distancia de los
precios internacionales/subestimación por parte de agentes y operadores del
valor efectivo del dólar[5].
Se trata de un escenario complejo con ausencia de regulaciones o intervenciones
estatales de algún valor y en sentido diferente al discriminatorio,
entorpecedor, de controles políticos y generador de beneficios y corrupción que
tipifico la gestión estatal en el mercado cambiario; que por lo demás, generó
una especie de “efecto demostración” hacia agentes y ciudadanos que tardará en
desaparecer. Pero, además, teñido de lo que hemos llamado la dictadura de los portales que ahora se ha convertido en “¿cuánto
está a las 9am?”, “¿Cuánto está a la 1pm?”; siendo en parte resultado de la
ausencia de políticas cambiarias más estables o sesudas, de la “racionalidad”
de los buscadores de renta y de un mercado poco experimentado en el manejo de
una invasión informal de la divisa – en este caso el dólar-. En tales dinámicas
y nada sorpresivo para quienes han observado/precisado elementos como los
señalados, el dólar e encuentra hoy 14 de abril en Bs. S. 136.000 con una
subida exponencial después de haberse mantenido entre Bs S 70.000 y 80.000 en
varias semanas. Este elemento estará más fortalecido en Venezuela cuando
finalice la fase más intensa de la pandemia.
En quinto lugar,
la inflación, que como se señaló, desde 2017 se presenta como hiperinflación sin haber tenido
contrapesos en una política antiinflacionaria definida, operativa y seria. Esto,
aunque en marzo la inflación, según la Asamblea Nacional alcanzó a 21,2%[6]
(https://efectococuyo.com/tag/inflacion/).
Nada de lo observado en abril, permite esperar resultados diferentes a los
hiperinflacionarios. Y la inflación, como es conocido, afecta el bienestar, la
inversión y las posibilidades de estabilización y crecimiento del país, que es
la base del mejoramiento del bienestar y del aprovechamiento del acelerador keynesiano. Esto no se
controlará en la pandemia/cuarentena; todo lo contrario aumentará o se
mantendrá y se heredará para el día después.
En sexto lugar
y como si fuese poco lo señalado, hay un combustible heredado del petróleo y
con una dinámica obtenida del populismo y políticas que curiosamente terminan
beneficiando más a los ya beneficiados o mejor ubicados en la distribución del
ingreso. Se trata de la gasolina, sus precios y ahora su escasez. Antes se dijo:
“tenemos que disfrutar la gasolina
barata dado que somos un país petrolero”; ahora se dice “¿por qué no tenemos gasolina si somos un
país petrolero?” Producción de crudo en alrededor de 700.000 b/d para
inicios de abril; precios bastante bajos dada la propia recesión y situación
internacional derivada del Covid19 y
la pandemia internacional; inexistente producción de gasolina con la oferta de
que ayer comenzó a producir la refinería el palito (@ciudadvlc); son, pues, parte de los elementos para
un racionamiento que por ahora esta dirigido al sector salud, alimentos y
operadores oficiales. Pero este racionamiento le llegará bastante cercanamente
la necedad y demanda de otros agentes de la nación; agentes sin ingresos en dólares,
que requerirán susidio para poder hacer uso del combustible. La administración
que fomentó el populismo más férreo de la gasolina, ¿va a hacerse la
desentendida, va a dejarle los precios y la distribución a los operadores
privados, siendo que la nación y sus pobladores transitan por una dolarización
donde una porción no irrelevante de la misma ha pasado por un profundo
deterioro en su bienestar, donde ni funcionarios públicos ni pensionados, ni
una parte del sector privado percibe ingresos en dólares? Resultado paradójico
para una administración que en más de 21 año parafraseó a Simón Bolívar y divulgó que buscaría la mayor
suma de felicidad para sus pobladores.
Sabido es que la gestión del petróleo y de la gasolina requiere enseriamiento,
pero los venezolanos requieren sueldos medidos en dólares si van a pagar
medidos en dólares. Así de sencillo. Esto se arrastra en la cuarentena y será
traspasado al día después.
El país sigue sumergido en un primado
de la política. La pandemia actual en el mundo no solo condicionará en algún
grado las formas de vida en distintos países y en mayor y menor grado[8],
sino que también deberá permitir reenfocar elementos de aquella. La administración
bolivariana en más de 21 años, ha acumulado bastante distanciamiento de lo que
fueron sus bases populares y hoy día sus figuras claves tienen problemas
bastante agudos a nivel internacional. Solo la mantiene la inercia y la calidad
que brinda el apoyo que ofrecen los militares en una supuesta unión
pueblo/ejercito. La oposición por su parte, transitada esta cuarentena no le
será precisamente cómodo movilizarse. El problema económico social acumulado
por Venezuela es grande.
14 de abril de 2020
@eortizramirez
[1]
Variados elementos de interés en cuanto a lo que han sido variadas pandemias en la historia de la
humanidad pueden verse en: http://masterecointerucv.blogspot.com/2020/04/the-invisible-killers.html
The Invisible Killers Apr 10, 2020 EDOARDO CAMPANELLA.
[2]
Para días próximos México comenzará a levantar la cuarentena.
[3]
Desde los inicios de la pandemia, los más radicales e y conceptuales en esta
posición fueron los ingleses, aunque después reconsideraron lo mismo.
[4] Ver
Eduardo Ortiz Ramírez https://www.academia.edu/41985000/VENEZUELA_DOS_CARAS_DEL_D%C3%93LAR_EN_UNA_ECONOM%C3%8DA_DISTORSIONADA_EDUARDO_ORTIZ_RAMIREZ_15_de_febrero_de_2020;
también https://www.academia.edu/38576133/DOLARIZACI%C3%93N_INFORMAL_EN_VENEZUELA_2019_a_pesar_de_acciones_y_rechazos._18_de_marzo_2019.
[5] Ídem.
Se trata de denominaciones “alegres” de precios en dólares.
[6] En
enero había sido de 65,4% y en febrero 22,4%; ver https://www.finanzasdigital.com/2020/02/an-inflacion-en-enero-2020-fue-654/
y https://efectococuyo.com/economia/inflacion-de-febrero-se-ubico-en-224-y-la-anualizada-en-3-276-segun-la-an/.
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