Petróleo y producción
César Andrea Pérez
La explotación de la riqueza petrolera es la
actividad más importante de la economía venezolana. Históricamente, este negocio del petróleo ha
sido el principal contribuyente de divisas a la nación, lo que ha permito que
el país financie las necesidades de inversión en infraestructura, industria,
finanzas, educación, alimentación, entre otros. En el concierto mundial de
países productores y exportadores de petróleo, Venezuela ha jugado un rol
importante.
De hecho, finalizando la Segunda Guerra Mundial el
ingreso promedio de los venezolanos sobrepasaba el de Argentina y superaba el
de los países europeos, exceptuando el Reino Unido y Suiza, lo que evidencia el
rol importante del ingreso petrolero en el circuito económico.
No obstante, esta abundancia de este recurso
natural, ha permeado la política, la economía, la cultura en torno al mismo,
además, ha permitido el nacimiento de múltiples teorías como “el efecto Venezuela”,
la “enfermedad holandesa”, “la maldición de los recursos naturales”, “volatilidad
cambiaria”, en otros, que buscan explicar, porqué algunos países con abundancia
de recursos naturales no han permitido diversificar tu tejido productivo.
La característica del provecho de este recurso ha
sido muy volátil en la economía venezolana; es allí donde históricamente el
Estado ha intervenido para aminorar el impacto de shocks en las variables
macroeconómicas, por ejemplo, el gasto público. Es este sentido, para reducir
el efecto de la ciclicidad de los ingresos petroleros en la economía, se han
diseñado políticas como la creación del Fondo de Inversiones Venezuela (FIV) y
el Fondo de Inversiones para la Estabilización Macroeconómica (FIEM).
Algunos estudios de la presencia del petróleo en la
economía de Venezuela han dado lugar a caracterizar el aparato productivo como
de “especialización ineficiente en bienes no transables”, esto quiere decir,
que nos hemos especializado en aquellos bienes que no son susceptibles de
ingresar en el comercio internacional.
Según cifras provenientes del banco Central de
Venezuela, para el primer trimestre de 2019 por el orden del 59% de la
conformación del producto interno bruto lo representan actividades económicas
no transables tales como comunicaciones (16,4%), servicios inmobiliarios,
empresariales y de alquiler (14,6%), producción de servicios de gobierno en
general (19,3%), entre otras, en cambio la manufactura y minería ocupan el 5,3%
y 0,3%.
En tal sentido, es pertinente considerar una
propuesta de diversificación productiva sustentable alrededor de la presencia
de recursos naturales como el petróleo y la petroquímica y dirigir recursos
financieros y capital humano hacia actividades como la agricultura e industria,
de forma que exista armonía en el crecimiento de las actividades económicas y
el aprovechamiento nuestras ventajas comparativas.
César Andrea Pérez
Economista
Cesar.andrea49@gmail.com
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