Ejerce el papel de negociador, en
situaciones complejas eran muy escasos en aquel momento en la Venezuela,
postgomecista
JESÚS E. MAZZEI ALFONZO
11/06/2020 05:00
am
Alberto Adriani Mazzei, no cabe la menor
duda, fue un brillante analista simbólico adelantado a su tiempo y espacio,
sino además, el primer venezolano con estatura de hombre de estado; auctoritas
plena; el próximo 14 de junio se conmemora un año más de su nacimiento. El tipo
de analista simbólico, y sobre todo, el rol jugado como actor, como economista,
miembro del gabinete de López Contreras, en una Venezuela paupérrima y de
escaso desarrollo intelectual, como es aquella a inicios del siglo XX, es indudable
en lo que él aporto para la solución de los diferentes problemas de la
economía, la sociedad y el papel y rol, del Estado venezolano fue fundamental.
Considero, que este individuo (actor socio-político), por los desafíos que debe
encarar, tenderá a ser un analista simbólico en terminología contemporánea
utilizada por Robert Reich, un intermediador estratégico, un identificador de
problemas y, finalmente, un actor que resuelve problemas en el contexto en el
que se desenvuelve, es decir un individuo que tendrá que tener mayor capacidad
de respuesta a ciertas situaciones problemáticas complejas, en una mayor carga
de incertidumbre ( la transición de aquella época).
En ese sentido, los analistas simbólicos se ubican en áreas tan disímiles como: investigadores, científicos, ingenieros proyectistas, ingenieros de sistemas, ingenieros civiles, biotecnólogos, ejecutivos de relaciones públicas, banqueros de inversión, abogados, politólogos, contadores, creativos, economistas, arquitectos, analistas de sistemas, periodistas, escritores, publicistas, internacionalistas los catedráticos universitarios, biólogos, médicos entre otros. Los analistas simbólicos como lo hemos manifestado en este espacio son intermediadores, identifican y resuelven problemas valiéndose de símbolos. El análisis simbólico abarca en síntesis, procesos de reflexión y comunicación y este rol lo jugó Alberto Adriani en su tiempo, en forma efectiva.
En efecto, este analista simbólico como intermediador estratégico, requiere de un profundo conocimiento del ambiente interméstico que está analizando, por ello la especialización es importante, para que pueda observar dónde residen las debilidades y fortalezas de un problema determinado, las características de ese ambiente. Ejerce el papel de negociador, en situaciones complejas eran muy escasos en aquel momento en la Venezuela, postgomecista. Por ello, Adriani, comprendió y entendió el problema a estudiar, de ver sus posibilidades, busca la identificación de oportunidades de acción eficientes para la organización donde trabaja, al menor costo de oportunidad y, finalmente, resuelve problemas, mediante las posibilidades de las diferentes alternativas, y evalúa los recursos y costos de implementación, analiza dentro de un ambiente de riesgo. Esta habilidad de intermediar, identificar y resolver problemas es una ventaja competitiva como en el de ayer, como en el mundo de hoy.
En suma, utilizan instrumentos de análisis, argumentos políticos y económicos, legales, de otras aéreas del conocimiento obtenidos a través del estudio, la experiencia. Los instrumentos pueden ser matemáticos, tácticas financieras, observaciones psicológicas de cómo persuadir, métodos inductivos o deductivos o cualquier otra técnica para resolver problemas. Algunas de estas tácticas revelan de qué manera desplegar más eficazmente los recursos, cómo ahorrar tiempo y energías en negociaciones complejas y difíciles.
Hoy, como ayer, podemos hablar de una innovación en el estado del arte en el enfoque por parte de los analistas simbólicos en diferentes áreas; de cómo analizar la venezolana y economía mundial del aquel momento a inicios del impacto del petróleo en el sistema económico, el enfoque del hecho internacional, ya que las mejoras académicas, tecnológicas e institucionales han permitido un aggiornamento que le ha permitido a los analistas simbólicos un mejor instrumental teórico y metodológico para este objetivo y Adriani, lo obtuvo con su brillante formación intelectual y de la experiencia organizacional adquirida, en Ginebra, la Unión Panamericana, en fin, la influencia de los 10 años fuera de Venezuela, que fueron claves en su completa formación y maduración .
La globalización, el conocimiento y el cambio tecnológico, fueron conceptos y procesos que si bien Alberto Adriani, no los definió así como tales, fue parte contemporáneo de ellos en su desarrollo histórico. Por varias razones. Por una parte, está inmerso como toda esa generación de los años 20 y 30, dentro del proceso de la cuarta revolución industrial, asimismo, el desarrollo de su obra intelectual en artículos en El Impulso de Mérida, El Universal de Caracas, en la Revista Cultura Venezolana y del Boletín de la Cámara de Comercio de Caracas, la mayoría centrados en estos temas: el área agrícola, monetaria y economía en general, economía cafetalera, conferencias, empresas editoriales como el Agricultor Venezolano y la Revista de Hacienda, que aún hoy se publican, dan muestra de la necesidad que él tenía de tener un alto nivel de discusión intelectual y de carácter político, en los organismos públicos que dirigió en su corta, pero fructífera vida pública venezolana, es por una parte, de ese interés particular que tenía él, de trasmitir conocimiento, para interpretar y tratar de explicar un momento concreto socio-histórico que le toca vivir como individuo que es parte de un proceso de evolución histórica-intelectual determinada y finalmente, la globalización no la va conceptualizar como tal, pero el análisis de la economía mundial que hace, el análisis del tema por ejemplo del café, de los países más desarrollados (los Imperios sin la connotación marxista del término que él le da), sus posibilidades y el emergencia de lo que él llama Estados Unidos de Europa en un futuro, dan una perspectiva de su visión y clarividencia de estadista, y claro poseedor de auctoritas ética, intelectual y política, cuando la ejerce. En este sentido, a inicios del mismo año 1936, en enero participa en un Simposio en la Universidad de Columbia y aquí muestras estas dotes.
Significó, personalmente, acercarme al pensamiento de Adriani, impulsado primero por razones familiares (fundamentalmente mi abuela paterna Isolina Berti Provenzali), luego paralelamente al estudio en pregrado de la economía en sus aspectos teóricos y del desarrollo de la economía contemporánea venezolana, en la Escuela de Estudios Políticos, de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, de la Universidad Central de Venezuela, y posteriormente, bajo el influjo del mi querido maestro y profesor, de Historia de las Ideas Políticas, Diego Bautista Urbaneja, me abrieron la ventana para leer un horizonte novedoso sobre su obra, estudiarla y profundizar en su pensamiento, que aprimore más adelante, en mis estudios de postgrado, en comercio exterior y economía internacional, tanto en la AVEX; en su curso de especialización de Comercio Exterior, como posteriormente en la maestría de Economia Internacional de la UCV.
Asimismo, luego varios autores venezolanos que estudiaron con sistematicidad y rigurosidad, el pensamiento de su obra intelectual y del legado como hombre de gobierno que dejó, me complementaron aún más la compresión de su obra por una parte entre otros, Asdrúbal Baptista y Armando Rojas, ambos en sendas y brillantes introducciones en libros escritos dedicados a Adriani, el primero, en la obra Labor Venezolanista, en su sexta edición y el segundo, en los Textos Escogidos de Adriani por la Biblioteca Ayacucho. Igualmente, el texto de Miguel Szinetar Gabaldón, que redactó un importante estudio doctoral clave para conocer su pensamiento: El proyecto de Cambio Social de Alberto Adriani, en ese mismo orden, el discurso de Orden de Simón Alberto Consalvi con motivo del centenario de su nacimiento en 1998 y Domingo Alberto Rangel, que publicó hace unos años un texto inolvidable para mí, de una enorme calidad humana sobre Adriani: Alberto Adriani y la Venezuela que no pudo ser, en el año 2004, además él, le dedicó algunos artículos de opinión en su columna mantenida en los años 80, aquí en El Universal, que leí con interés, fueron en síntesis; los libros, estudios e introducciones que me permitieron profundizar en la compresión del pensamiento de Adriani, que invitó a los jóvenes venezolanos a leer y estudiar, a este primer gran estadista venezolano del siglo XX. Este sí es un paradigma de imitación para la juventud venezolana.
jesusmazzei@gmail.com
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