viernes, 19 de junio de 2020

LA INTEGRACIÓN Y LA ADMINISTRACIÓN BOLIVARIANA (logros, fracasos, desafíos y Covid19)


LA INTEGRACIÓN Y LA ADMINISTRACIÓN BOLIVARIANA (logros, fracasos, desafíos y Covid19)
EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ


Las propuestas de integración de la administración bolivariana desde 1999, deben enmarcarse en el contexto regional  sobre la misma. Un balance general aproximado, nos permite afirmar que no ha habido mayor originalidad, ni creatividad  y mucho menos avances, desde la perspectiva de los planteamientos de aquella administración. Algunos piensan que no hay que ver el pasado para programar el futuro (sobre ello versa la prognosis), sino planear el futuro, algo así como proyectar montado sobre el futuro mismo. Queremos así sintetizar algo de lo hecho mal o hecho bien, para un menester tan valorado y apreciado o también utilizado por oportunistas, como es el caso de la integración económica[1]. Ella se enfrenta siempre a las críticas al economicismo o enfoques basados solamente en el comercio y a las sugerencias de hacer propuestas integrales (basadas, puede ser en enfoques Holísticos) y, aunque no se crea, remiten también al realismo mágico de los latinoamericanos y algunas veces a sus ambiciones sobre grandes proyectos que -en variados casos- terminan en pequeños resultados[2].
Hoy día, la región va a estar necesitada de rápidos y más eficientes resultados, pues la pandemia del Covid19 y las cuarentenas, han sumido a las economías en pérdidas de puestos de trabajo, necesidades de retomar la competitividad y, entre otros tantos elementos, disponer adecuadamente de mecanismos de financiamiento que se basen en ahorro interno o ahorro externo[3]. En tal contexto, los países deberán insistir en nivelarse, recuperar el desarrollo perdido y reimpulsarse para estabilizar el crecimiento a futuro. Los más débiles y los de peores resultados -como siempre- les será más difícil. La integración, para quienes la puedan impulsar podrá así tener su propio aporte.

a) Una periodización necesaria
En un principio (hacia mediados del siglo XX), ni en el globo ni en la región, había integración económica, según la conocería después el mundo y los hacedores de políticas a partir de los trabajos de Viner, Balassa y numerosísimos autores individuales y otros tantos libros y manuales.
Efectivamente, en tiempos próximos cercanos a los indicados, la región inició la experiencia de ALALC que en los ochenta se convertiría en ALADI (11+Cuba). No pasó mucho tiempo para que los centroamericanos iniciarán un proyecto que dejó experiencias positivas, pero que se alteró en los ochenta y los noventa con las guerras de izquierdistas y derechistas, según sus distintas perspectivas de ejercer el poder, apoyadas por los resabios de la guerra fría y los vendedores de armas; dejando también, el recuerdo efímero de haber llamado a su experiencia el Mercado Común Centroamericano, mientras, en todo su historial, ni en aquellos tiempos ni en los actuales, ya con otra denominación (SICA), logró abordar/superar la etapa de Unión Aduanera. Desde esos tiempos hasta la actualidad -hay que señalarlo de entrada-, la región solo ha alcanzado -en algunos casos- etapas de uniones aduaneras imperfectas[4].
Dándole algo de orden al repensar de la integración económica en la región, podemos preliminarmente ubicar tres fases en la misma. La primera fase, la llamaremos la fase ambiciosa o de las ejecutorias de los proyectos iniciáticos que puede abarcar la experiencia del MCCA y el Pacto Andino (1969) y la serie de acuerdos bilaterales fijados hasta los setenta y los ochenta. Sobre todo interesa el Pacto señalado, por la participación de Venezuela, con la experiencia de un proyecto omniabarcante e integral; programa de liberación, arancel externo común, programas sectoriales de desarrollo industrial,, empresas multinacionales andinas, armonización de políticas para la movilidad factorial, propuestas para el área tecnológica y de la seguridad social, en fin numerosos aspectos donde el éxito se puede medir por cual proyecto específico, avanzó menos que el otro; paradójicamente, con problemas fundamentales para la representación y la creación del comercio intrarregional[5]. Pero también, lo que representó lo llamado alguna vez por la autora colombiana Alicia Puyana de Palacios la integración entre socios desiguales. Compensación y esperas recurrentes para Ecuador y Bolivia, o Perú de vez en cuando queriendo dejar el proceso integracionista.
La segunda fase se enfrenta al avance de la integración entre países desarrollados (UE 1993, TLCAN 1994), habiéndose avanzado muy poco en la dimensión regional en el aspecto económico comercial. Coexiste esta fase con un proceso paralelo de apertura y difusión de ideas neoliberales y de ejecutorias de planes de ajuste y estabilización, que terminaron llevando a variados países a trampas macroeconómicas, sin soluciones efectivas para el crecimiento y el desarrollo. Surge Mercosur en 1991, que aprovechó la fuerza que seguiría teniendo en el nuevo proyecto la relación Argentina/Brasil y que estaba claramente establecida ya en 1989, con el Programa PICE o programa para la integración y cooperación económica. Pero, paralelamente, puede decirse que Paraguay y Uruguay se perfilaron como lo que se mantendrían siendo en el proyecto; esto es, países con grandes diferencias con las dos naciones mencionadas primeramente y que necesitarían grandemente de tiempo y consideraciones especiales. La Comunidad Andina, cuyo proyecto ya en los noventa estaba claramente identificada como Comunidad Andina de Naciones continua en los noventa del siglo XX con lo que se volverá en ella una costumbre; esto es, una permanente reestructuración y esbozo de necesidades de cambios en el proyecto. Reunión tras reunión, se vuelve larga la misma.  A pesar de los deseos de estructurar cambios y nuevos proyectos en esta segunda fase, que abarca todos los noventa, el comercio intrarregional no crece. A pesar de todos los ajustes que se puedan hacer, puede afirmarse -grosso modo- que el comercio intrarregional en América Latina nunca ha superado en forma estable -para convertirse en una regularidad- el 20 % del comercio total, teniendo casos emblemáticos como el de México y su pequeño comercio con la región.
Casos en la región que habrían brindado buenas oportunidades, como el del Grupo de los Tres donde estaba México, Colombia y Venezuela, tuvieron un gran impulso inicial, pero pasaron a un estancamiento y a un finiquito dado el retiro de Venezuela de este proceso y de la CAN en el año 2006, en plena administración bolivariana. A los efectos de los resultados de esta segunda fase, tras 40 o cincuenta años de propuestas y experiencias de integración, no se superó en la región el consuelo que brinda la expresión Uniones aduaneras imperfectas, dadas las considerables dificultades para que se estructurase en forma completa y para todos los miembros el Arancel Externo Común en los proyectos que se lo plantearon (Mercosur, CAN).
Pocos sospechaban que se podía caer en una tercera fase,  que se puede ubicar como la de la Integración ideológica, dado el impulso que recibe desde las ideologías izquierdistas y anti-imperialistas, pues quienes la lideran, Venezuela -sobre todo- por su chequera petrolera, se plantearon cambiar los modelos de desarrollo, desarrollar luchas antiimperialistas y liberar a los seres humanos del supuesto oprobio del capitalismo. Sin estar esto en las gestiones institucionales del Mercosur[6], paradójicamente y con conveniencia para otros, Venezuela se planteó ingresar a este proyecto[7], donde después de unos pocos años de haber ingresado terminó suspendida/expulsada en tiempo reciente, en base a la aplicación de los criterios democráticos (o cláusula democrática).

b) Particularidades de la administración bolivariana.
La administración bolivariana se ha pronunciado con gran énfasis en la importancia de la integración latinoamericana. En realidad, la misma tenía ya casi tres lustros –al iniciarse aquella y tal cual se desprende de la periodización- de haber ingresado en una etapa que se asociaba a: la existencia de bloques económicos; desarrollo de áreas como servicios y propiedad intelectual; acuerdos de nuevas generaciones; desarrollo exagerado del bilateralismo; discursos que no terminaban de convertirse en experiencias concretas de impulso al comercio según los casos; violaciones y acomodos como los de México en ALADI para atender sus intereses en cuanto al TLCAN –no transfiriendo a los miembros de ALADI los arreglos alcanzados en esta última experiencia de integración llevada con Canadá y EEUU.- o los de Venezuela en su relación con Colombia; o a las asimetrías y compensaciones en las experiencias particulares de integración como eran los casos de la Comunidad Andina y Mercosur[8].
La integración y los acuerdos tienen sus reglas. No debe la espontaneidad  convertirse en el instrumento determinante en la formulación de políticas. Más aun, en un escenario como el latinoamericano, donde sus élites gobernantes, en algunos casos terminan apartando propuestas compartidas en el campo del comercio y la integración o importándoles más sus probables relaciones con EE.UU. o con Rusia o China más recientemente. Los funcionarios venezolanos relacionados con el campo comercial, tienen conocimiento sobre cómo varias naciones de la región utilizan el pragmatismo a la hora de negociar o presentar sus intereses comerciales[9].
Uno de los países que en la región latinoamericana presenta mayor dimensión en las relaciones comerciales a lo interno de la misma es Brasil (Banco Interamericano de Desarrollo, Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe-INTAL. El comercio intrarregional sudamericano: patrón exportador y flujos intraindustriales. Romina Gayá y Kathia Michalczewsky. Nota Técnica# IDB-TN583. Mayo 2014). En particular, el perfil de la integración y desarrollo del comercio entre Venezuela y Brasil puede ameritar variadas consideraciones desde el punto de vista sectorial y regional, al considerar la vasta dimensión territorial de aquel país. Es altamente ilustrativo, de las interpretaciones que han estado presentes en la administración bolivariana, parte de lo expuesto por el propio Presidente de la República, Hugo Chávez, en la oportunidad de la reunión efectuada en Miraflores el 14 de septiembre de 1999, con empresarios del Estado brasileño de Amazonas. Dijo el Presidente que las relaciones entre los dos países “deben tener carácter existencial”.  Y ello derivaba de que los dos países están llamados a ser “el epicentro de un polo de fuerzas mundiales, de una vasta región poderosa por sus riquezas, por el calor de su gente, por la inventiva de sus pueblos y por la fuerza infinita que está a la espera de ser desarrollada”. Más aun, y hablando de la particular situación del comercio entre la zona norte de Brasil y el sur de Venezuela, insistió en que estos dos espacios son “desde el punto de vista geográfico, geoeconómico, geosocial y geohumano, la bisagra de la unión y de la unificación.”[10] Estas expresiones, son consustanciales a las posiciones que varios representantes gubernamentales han presentado sobre la integración, desde que se inició el período gubernamental de la administración bolivariana. Uno de los resultados de coincidencias ya en el plano regional, es la creación de ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América - Tratado de Comercio de los Pueblos o ALBA-TCP)[11].
Tales posiciones han influido en la manera de abordar los distintos proyectos o propuestas en curso en América Latina y que hayan podido tener o no interés para Venezuela[12]. Puede señalarse, así, la facilidad con la que Venezuela solicitó en junio de 2001[13] su ingreso al Mercosur –materializado en 2012- pero también lo que han sido las gestiones y actitudes del ejecutivo cuando Venezuela era miembro de la Comunidad Andina –lo fue hasta 2011- que, con las ideas de alcanzar una integración integral[14] y no solo económica o comercial, facilitan reincidir en la grandilocuencia y los planteamientos altisonantes que han limitado la propia operatividad de la integración en la región.
Todos estos elementos han dado como resultado que, en la administración iniciada en 1999, se haya carecido de una política de estado hacia la integración económica[15], aunque se haya invertido mucho en pronunciamientos sobre la misma y se hayan tenido resultados como los señalados en cuanto a la creación del ALBA (Eduardo Ortiz Ramírez ¿Tiene Venezuela una política de integración económica?  Lunes, 22/09/2014, www.aporrea.org).
En una nación altamente presidencialista como la venezolana, es indudable que las referencias hechas por el Presidente de la República, adquieren importancia para medir el grado de imprecisión, equivocación o certeza que pueda o haya podido tener el ejecutivo sobre los procesos integracionistas. Para el caso de este punto en el trabajo, sirve de referencia el Discurso en inauguración de la I Cumbre sobre la Deuda Social y la Integración Latinoamericana, Hugo Chávez, Caracas, Círculo Militar, 10 de julio de 2001 (Eduardo Ortiz Ramírez, La integración según el presidente. 23 de julio de 2001.  www.analitica.com), del cual extrajimos algunas ideas fundamentales y que presentamos en bloque a continuación.
1. "...La propuesta del ALCA por ejemplo, es una propuesta de matrimonio por interés. No tiene alma, le han extraído el alma, no tiene pueblo..." 2."...Aquí tenemos que acelerar muchas cosas, pero no es el ALCA precisamente lo que hay que acelerar. Tenemos que acelerar la integración nuestra, de Suramérica, de Centroamérica, del Caribe. Pero además tenemos que revolucionar los mecanismos de integración. Yo acabo de entregar la presidencia de la Comunidad Andina de Naciones... ...pero soy un radical crítico del sistema de integración andino, así llamado. Y Venezuela pertenece también a la Asociación de Estados del Caribe, y Venezuela pertenece también al Grupo de los Tres y al Grupo de los Quince y al Grupo de los 77 y al grupo de los doble equis. Bueno, cuántos grupos hay en el mundo y creo que ninguno sirve. Tengo dos años y medio yendo a cumbres y cumbres... ...pero creo que estamos equivocados,... creo que tenemos la carreta delante de los caballos. La integración no puede partir de lo económico, eso debe ser consecuencia…    ...debe partir de lo político, una decisión política que hay que tomar de gran dimensión..." 3."Se trata de tomar decisiones de una gran envergadura política. Ah, pero se conspira contra esas decisiones, hay una conspiración internacional en contra de la integración de América Latina y del Caribe... Contra Venezuela, por ejemplo, se conspira,... ...se está conspirando y se seguirá conspirando...". 4. "Entonces debemos conformar o contribuir pues, desde aquí, a la conformación de un mundo pluripolar. De Europa aplaudimos la Unión Europea. Nos alegra muchísimo la Unión Europea y la reunificación de Alemania y el fortalecimiento de Europa y la monedas europea: el Euro..."
Transcurridos más de 18 años desde que fueron realizadas las afirmaciones del caso puede decirse que se trataba -en la óptica del presidente Hugo Chávez (HC)- de la voluntad política anticapitalista o antiimperialista, como la han manejado grupos y partidos de izquierda en América Latina. Y sobre ella, no es claro que numerosos gobernantes latinoamericanos estén en la segunda década del siglo XXI en esa onda, como señalaremos más adelante. Puede afirmarse, con igual importancia que, en América Latina, a distintos gobernantes les ha faltado voluntad política y operativa para actuar firmemente en cuanto al desarrollo y sus posibles vínculos con la integración económica. También debe señalarse que es difícil -aun a sabiendas que en la política y la acción de gobierno se argumenta en el terreno de lo increíble- demostrar que haya podido existir una conspiración contra la integración latinoamericana[16]: parte de sus fracasos tiene que ver con la propia responsabilidad y actitudes de los latinoamericanos. Debe señalarse –dada la referencia hecha por el presidente HC- que el comercio intraeuropeo ha sido altamente representativo del comercio total de las distintas naciones de la Unión Europea. En el principio fue el comercio, la cercanía y los patrones de industrialización, parte del conjunto de elementos que impulsaron la integración lo cual es expresión de la importancia del tratamiento técnico y conceptual que debe tener la integración además de su perfil político.
Como puede observarse, parte de los tránsitos de la administración bolivariana (actitud contraria a ALCA, distanciamientos con la comunidad andina, actitud antiimperialista como objetivo de la propia integración o creación de un mundo pluripolar) estaban presentes ya en esta alocución del presidente HC. Debe resaltarse como una tendencia en los basamentos de la actitud hacia la integración y hacia la conformación de una particular política exterior, como se señala más adelante. Los mismos que estuvieron presentes en sus posiciones en la Cumbre de las Américas llevada a cabo en Mar del Plata Argentina a finales de 2005, que se constituyó en el momento a partir del cual la propuesta de ALCA pasó a perder fuerza o impulso (Eduardo Ortiz Ramírez y Marisela Díaz, Algunas percepciones de la IV Cumbre de las Américas. 6 de noviembre de 2005. www.analítica.com).

c) El caso de los Acuerdos de libre Comercio.
Un punto a resaltar en lo que concierne a integración atañe a los Acuerdos de Libre Comercio (ALC),  que son una de las formas en que se materializa la misma y que está vinculado al desarrollo de las exportaciones. Algunos estudios en la región, han buscado vincular los dos elementos en algunas de sus dimensiones. De seguida –brevemente-resumimos uno de ellos en las líneas que son de interés.
 En el trabajo de Alfonso Dingemans y César Ross (Los acuerdos de libre comercio en América Latina desde 1990. Una evaluación de la diversificación de exportaciones. Revista de la Cepal 108, diciembre 2012) se evalúa la efectividad de los Acuerdos de Libre Comercio para aumentar exportaciones, diversificación de las mismas y ampliación de mercado, entre otros elementos. El período considerado va de 1990 a 2008 y obviamente los datos vistos allí no son solo responsabilidad del periodo 1999/2008 -o relacionado con la administración bolivariana- pero algunos de los resultados encontrados indudablemente que atañen a acciones y actuaciones así como a líneas de política que se han ejecutado en la administración bolivariana desde sus inicios y que después de 2008, se han apuntalado o insistido.
Señalan Dingemans y Ross cómo las estrategias de inserción económica internacional de las naciones de América Latina han implicado firma de Acuerdos de Libre Comercio y acuerdos preferenciales de comercio (los primeros se firmaron en número importante después de 1990[17]). El crecimiento de las exportaciones asociado a tales ALC fue estimulante –para el período 1990/2008-, pero en tal incremento se debe destacar que si bien se registró un considerable aumento de los socios comerciales y un viraje hacia los países asiáticos, la distribución de las cuotas de los cinco principales mercados exportadores se mantuvo casi constante. Por otra parte, la diversificación hacia nuevas exportaciones fue baja, y cuando los países comenzaron a exportar nuevos productos, se   trató en general de productos básicos que sustituyeron otras exportaciones de productos básicos. El incremento de las exportaciones se atribuye, sobre todo, al crecimiento en el margen intensivo (mismo productos y mercados). Así, los ALC han sido bastante infructuosos al momento de suscitar la diversificación de productos de exportación y, por otra parte, no existe una correlación lineal significativa entre la cantidad de acuerdos firmados y el crecimiento de las exportaciones.
Se observa que, con la excepción de México y —curiosamente— de Chile, todos los países (naciones de Aladi menos Cuba) comenzaron a exportar nuevos productos durante el período en consideración. El Estado Plurinacional de Bolivia y la República Bolivariana de Venezuela sobresalen por la cantidad de productos que dejaron de exportar entre 1990 y 2008. Las exportaciones de todos los países, con la excepción de la República Bolivariana de Venezuela, presentan una diversificación al menos equivalente en 2008 y en 1990. La situación de Venezuela puede explicarse –según los autores- por su creciente dependencia del petróleo (95% de sus exportaciones). Debe señalarse que las economías latinoamericanas continúan estando muy concentradas en los productos primarios y dependen mucho de ellos y –correspondientemente-  los limitados cambios estructurales que revelaron, muestran una mayor diversificación en materia de socios comerciales que de productos[18]. Todos los países del estudio, excepto –nuevamente- la República Bolivariana de Venezuela, incrementaron el número de socios comerciales[19] y tienen para 2008 una mayor diversificación geográfica que en 1990. El caso venezolano es llamativo, ya que como resultado de la dependencia aludida perdió 37 mercados (Ídem).
Los datos transmiten que el comercio con futuros socios comerciales ya era relativamente importante en 1990. Con excepción de la República Bolivariana de Venezuela, la participación de futuros socios comerciales en las exportaciones totales aumentó significativamente para todos los países. De hecho, el crecimiento anual de las exportaciones a futuros socios comerciales es, nuevamente salvo la República Bolivariana de Venezuela, superior al crecimiento anual de las exportaciones a todos los países. Pero dada la importancia que estos destinos ya constituían para las economías en cuestión, difícilmente se puede afirmar que los acuerdos comerciales abrieron nuevos mercados (Ídem).

d) Nuevos desafíos
Llegados a este punto, tenemos los nuevos desafíos de la de actualidad y el futuro. Nuevas propuestas han surgido y avanzan a pesar de las diferencias y problemas. Es el caso de la Alianza para el Pacifico que integran fundamentalmente México, Colombia, Perú y Chile. México y Colombia, dos antiguos miembros del Grupo de los tres; Perú, un miembro a veces con incomodidad en la Comunidad Andina de Naciones y Chile, un país  que avanza con logros indiscutibles en varios ámbitos; todos, por lo demás, afectados de manera importante por la pandemia/Covid19 . En esta especie de cuarta fase, según la periodización presentada más arriba, seguramente habrá deserciones y hasta disoluciones según casos y experiencias.
Dos de los grandes pragmáticos en América Latina son los mexicanos y los brasileños. Aun con las diferencias a lo interno de cada uno, tienen estrategias e instituciones. No es el recientemente electo presidente Brasileño el determinante en la inestabilidad del Mercosur, ni tampoco de la profundidad y estragos que ha producido el Covid19 en su país. Ella es estructural al proyecto mismo y viene de tiempo atrás. Los mexicanos, por su parte, a veces dicen que mirarán al sur, pero siguen mirando al norte y en ello -desde tiempo atrás- arrastran a los países centroamericanos. Esto sigue siendo así, aun con la presidencia de Andrés Manuel López Obrador desde diciembre 2018, pues ni México ha sufrido la cuarta transformación que dijo ejecutará ni sus compromisos estructurales con el Norte han disminuido[20]. Por su parte, la Comunidad Andina de Naciones perdió uno de su dos países fuertes, que hacia pareja en este sentido con Colombia. Son demasiados los intereses circundantes, las confusiones, litigios y proyectos para pensar en un futuro armonioso o exitoso para la Comunidad. Desde los remotos tempranos años noventa, ya eso era evidente y hoy día es más que transparente.
En tales sentidos, algunos voluntaristas piensan y -hasta con confusiones- recuerdan la Unión Europea como un ejemplo a seguir, y es que a pesar de los franceses haber rechazado la constitución única o el retiro de Inglaterra con el Brexit[21] o los recientes elementos álgidos en la administración italiana, el proyecto embate tras embate se mantiene. Claro, habiendo avanzado desde lo pequeño. En tales sentidos es de pensar si la Unión Europea solo puede existir en Europa, por su historia, su dinámica y sus particularidades. ¿Requiere la Unión europea – y no por ser perfecta, que no lo es- un hombre europeo? Esta pregunta, que parece intrascendente, no lo es. En variadas ocasiones podemos ver funcionarios, políticos, académicos, plegarse a ese ejemplo, a pesar  de sus  cuestionamientos a los imperios, a la dominación y quien sabe a cuantas cosas.
Como bien se infiere de lo planteado hace falta una definición y recomposición en instrumentos y políticas, pues el universo de fracasos o intentos o pocos éxitos, en materia de integración económica, es algo vasto en la región en estos menesteres. Algunas de las ideas equivocadas en la región, están en que algunos creen que somos hermanos por la cercanía geográfica, de origen, de idioma y de otras tantas cosas. No es cierto, a veces estamos más cercanos de europeos y de gentes de otras latitudes que de habitantes de algunos países vecinos o cercanos[22]. No es extraño esto, la misma experiencia europea así lo demuestra; basta, sin embargo, con hacer algunas concesiones y ceder un poco en algunos asuntos para que la colaboración sea posible. O también plantearse metas realizables, pues, de no ser así, seguirá la región cantando notas irrealizables o desarrollando proyectos que permanentemente requerirán restructuración. Por otra parte, algunos organismos regionales han sido y pueden ser importantes. Pero en ellos también está presente, curiosa y cómodamente, la ideología de algunas de las fases que hemos planteado. Las actitudes y las propuestas de políticas, si no son totalmente neutras en los organismos multilaterales tampoco lo son en los regionales.
La administración bolivariana se ha pronunciado con gran énfasis en la importancia de la integración latinoamericana. Sus resultados, sin embargo son bastante magros. Tal cual hemos señalado la integración y los acuerdos tienen sus reglas. No debe la improvisación convertirse en el instrumento determinante en la formulación de políticas.  En un escenario como el latinoamericano, sus élites gobernantes, en algunos casos terminan apartando propuestas compartidas en el campo del comercio y la integración o importándoles más sus probables relaciones con EE.UU. y ahora China o Rusia. Y debe destacarse, que este es el perfil que está asumiendo Venezuela. Pero estos arreglos son otra cosa y tienen otros sentidos.

e) La creación permanente de nuevos organismos.
Ante tal panorama una estrategia también fallida y de pocos frutos ha sido la creación permanente de nuevos organismos y más burocracia. CELAC, UNASUR, PROSUR, son algunos de ellos.
De las cosas menos convenientes que podían pasarle  a la integración latinoamericana en la primera década de los años dos mil, después de numerosos fracasos, esfuerzos e intentos por impulsarla, estaba el que cayera bajo el estímulo, conducción de parte de los restos y resultados traumáticos de la tampoco exitosa izquierda latinoamericana[23], pero como puede colegirse, esto es natural con la evolución planteada. Se enfocó bajo perspectivas integralistas, totalizantes o “no economicistas”, según sus agentes, lo que en términos estrictos debe implicar siempre, contrariamente, al comercio y al desarrollo. Los proyectos de integración, que habían comenzado en los sesenta y setenta con perspectivas omniabarcantes[24] volvieron así, en los dos mil, a recorrer los caminos de quererlo solucionar todo sin solucionar nada realmente. Obviamente que ante tamañas ambiciones y propuestas, lo que mejor calzaba era apuntalar una perspectiva sistémica (en su sentido contrario), que pudiera enfrentarse al capitalismo y al imperialismo.  Correspondientemente, surgieron organizaciones, instituciones o instrumentos como UNASUR, CELAC y cualquier otro semejante cuyo fin era –o terminó siendo-,  fundamentalmente, representar foros políticos para la defensa e impulso de aquellas posiciones e intereses. Pero, contrariamente a ideas mal conceptualizadas y más difundidas de lo debido, no eran organismos de integración económica y social –incluso si se tratase de ser amplios en el concepto-. UNASUR se desempeñó así, mayormente, como un foro para el manejo burocrático de intereses políticos.
Visto así, la desaparición de UNASUR[25]pasa a representar un logro a pesar de que fue su propio sentido, estructura, matiz y uso, lo que estuvo en la base de tal desvanecimiento, representando un conjunto de confusiones e intentos en cuanto a la integración latinoamericana. En tal sentido la propuesta, aparición y conformación de PROSUR adquiere gran relevancia[26]. Más aun, pues ello coincide con la gran crisis presente en la sociedad venezolana desde hace varios años y pronunciada desde inicios de 2019.
Los jefes de Estado de Argentina, Brasil, Chile (Anfitrión), Colombia, Ecuador, Paraguay y Perú iniciaron en Santiago de Chile, el viernes 22 de marzo de 2019, el encuentro de Presidentes de América del Sur que buscó finiquitar la UNASUR y poner en marcha un nuevo proyecto de integración regional, el PROSUR. La reunión del llamado Foro para el Progreso y Desarrollo de América Latina (PROSUR), comenzó con el primer punto de la agenda del día, el “Diálogo para la coordinación y colaboración en América del Sur”, que se desenvolvió en abierto a los medios de comunicación. Debe resaltarse que todos los presidentes de Suramérica fueron invitados a este encuentro, a excepción de NM, pero solo estuvieron presentes los mandatarios de los seis países que, además de Chile, han abandonado en los últimos meses la UNASUR[27].
Así, siete presidentes de Sudamérica firmaron la declaración de Santiago para crear el PROSUR, la cual enuncia la voluntad de "construir y consolidar un espacio regional de coordinación y cooperación, sin exclusiones, para avanzar hacia una integración más efectiva" que contribuya al "crecimiento, progreso y desarrollo" de los países de Sudamérica[28]. Puede observarse la intención que se persigue, sin embargo, no hubo  mayores precisiones y la de sustituir a UNASUR dejó la propuesta en interrogantes adicionales, dado lo hecho y lo no hecho por esta última, según sus propios preceptos de funcionamiento.
Debe señalarse que la declaración firmada en la sede del Gobierno de Chile, el palacio de La Moneda, expresando la voluntad ya indicada está registrada en base a expresiones que no pasan de ser palabras bastante generales y que lo deseable para beneficio de PROSUR y la región, es que se pudiesen alcanzar mayores y no tardías precisiones, no cayendo en las amplias declaraciones que tipifican los ámbitos latinoamericanos, según hemos precisado más arriba. Las materias de infraestructura, energía, salud, defensa, seguridad y combate al crimen, prevención y manejo de desastres naturales fueron enumeradas como prioritarias.  El escenario de la pandemia y Covid 19 desde inicios de 2020, somete a exigencias y necesarias precisiones a todos estos pronunciamientos.
Los ministros de Relaciones Exteriores de los países firmantes, recibieron el mandato de profundizar el diálogo para implementar gradualmente el PROSUR. También debe señalarse que los vicecancilleres de Bolivia, Uruguay, y el embajador de Surinam en Cuba, no firmaron la Declaración por haber participado en calidad de observadores, pero continuarán presentes en todas las instancias próximas de dialogo y se estipuló pudiesen firmar su ingreso si fuese la decisión de sus naciones. Chile asumió la primera presidencia "pro tempore" del  organismo por los próximos 12 meses, periodo tras el que le pasará la presidencia a Paraguay[29] .
No puede separarse la inevitable desaparición de UNASUR, de las acciones que es conveniente tomen las naciones de la región para ayudar a los necesarios e imprescindibles cambios que deben darse en Venezuela y, en ello, la conformación de PROSUR tiene su alta significación. Pero esto último y las necesidades de impulsar distintos mecanismos para promover la tambaleada integración latinoamericana, pues sus proyectos en curso presentan distintos problemas a atender o no resueltos entre sus miembros y cuyas soluciones, ni total y ni siquiera en parte, las va a brindar fácilmente la existencia de aquel. No hay integración perfecta, pero ella apremia a que se atiendan tales problemas y desafíos en las relaciones comerciales y de otro tipo entre los países de la subregión. La creación de PROSUR, tampoco significa solución inmediata o automática a numerosísimos problemas que existen en los perfiles comerciales y de la integración en América Latina o en grupos de sus países[30].

f) ¿Que ha logrado Venezuela en integración durante la administración bolivariana?
País del primer mundo, país potencia, desarrollo de un mundo multipolar, complementariedad económica, producción competitiva de bienes diversos, son ideas –por mencionar algunas- atinentes a logros que se alcanzarían con las políticas y acciones de la “revolución”; todas ubicables en documentos, discursos y pronunciamientos del presidente HC y también del presidente NM, durante más de 21 años. Muy poco de eso, sin embargo, tiene hasta 2020 Venezuela.
La creación más completa, puede aceptarse es el ALBA-TCP, el cual, sin embargo, se basa en una versión/o una especie de reciprocidad asimétrica donde lo que facilita el miembro más fuerte no tiene que ser correspondido, necesariamente, por los receptores de la ayuda o el financiamiento. Al momento, ALBA se ha relativamente desmembrado y vendrán mayores episodios en tales sentidos, mientras la situación venezolana no se recupere a niveles anteriores en el manejo de fondos transferibles o prestables. Y sabido es que esto es harto difícil, con las condiciones económicas actuales y el marco novedoso de pandemia y cuarentenas internacionales. La producción petrolera –además- continúa decayendo y las sanciones de años recientes adicionan elementos de entrabamiento de un funcionamiento del país y la economía ya maltrecho antes, e independientemente de pandemia y sanciones.
La experiencia más larga y relativamente más trabajada por Venezuela fue el pacto Andino, y en la cual se mantuvo por más de 30 años y de la que se retiró según los procesos planteados al igual que se retiró del G3 (México/Colombia/Venezuela). Esas experiencias ya forman parte del pasado y no pueden ubicarse como logros, donde un retiro hubiera sido sustituido por otras experiencias. Hemos así señalado como el ingreso al Mercosur no bien pensado y peor ejecutado, con incumplimientos de sus responsabilidades, habría llevado a la suspensión/expulsión de la nación  en el proyecto y proceso Mercosur iniciado en 1991.
Por el lado de sus relaciones con países, una que le es muy fundamental en el plano político es la establecida con Cuba. Esta nación forma parte del AlBA  y su situación económica y social, después de más de sesenta años de establecimiento del socialismo, la convierte en una nación receptora de insumos y financiamientos más que una que pudiese apoyar económicamente a Venezuela. En tal contexto debe destacarse su relación con Turquía, Irán, Rusia y China. Con ninguna de estas naciones se ha planteado/ negociado un Acuerdo de libre Comercio, como se ha destacado en este trabajo para el contexto latinoamericano o como se conocen o difunden en el escenario internacional. Con cualesquiera de tales naciones es poco lo que se tiene, a pesar de desarrollos recientes y de financiamientos recibidos (caso China), en cuanto a semejanza de los aparatos  productivos, cercanía o comercio previo. Son estos tres los factores que se destacan, como promedio de características que sirven de base para proyectos de integración exitosos. Algunos de estos países se mueven en ámbitos geopolíticos muy diferentes al de Venezuela, o su situación financiera no es precisamente de la mayor holgura –caso Rusia-, o sus prioridades pueden ser multifacéticas – caso China-, si bien Venezuela ha contado con su ayuda –caso reciente de Irán con la traída de 5 buques de suministro de gasolina- y “apoyos“ para el caso de la industria petrolera, de manera manifiesta desde mayo 2020.
En el contexto geopolítico regional no le es fácil a Venezuela, ni tampoco es su deseo al menos en forma manifiesta, el retorno a Mercosur o su participación en proyectos como la Alianza para el Pacifico. Tampoco está planteada su vinculación a países centroamericanos, a excepción de sus vínculos con Nicaragua que ha demostrado interés y apoyo político a Venezuela, pero también pragmatismo en sus relaciones con organismos internacionales y naciones específicas como los EEUU.
Ninguna nación es exitosa en integración económica porque lo desee o tenga múltiples necesidades. Las naciones para ser exitosas en los menesteres asociados deben tener capacidad de compra y mercado, pero también una dinámica sectorial y productiva activa que le permita ofrecer productos competitivos en escenarios de integración donde se crea comercio en proporción mayor al que se desvia. No es este el caso de Venezuela con una economía destruida y con el número de establecimientos industriales grandemente disminuido, tal cual ha venido planteando continua y sistemáticamente Conindustria[31].

19 de junio de 2020
@eortizramirez
eortizramirez@gmail.com




[1] Para el interés de reflexión de este trabajo, puede afirmarse que un tiempo intermedio de balance, así como de creación de nuevos retos de la integración en la región, fueron los finales de los ochenta e inicios de los noventa del siglo XX. Puede verse Eduardo Ortiz Ramírez https://www.academia.edu/33864296/C._LA_DIN%C3%81MICA_INTERNACIONAL_DE_LA_INTEGRACION_Y_LOS_BLOQUES_ECON%C3%93MICOS._PERFILES_PARA_VENEZUELA_1990._Eduardo_Ortiz_Ram%C3%ADrez.
[2] Dentro de los elementos asociados a la integraciones exitosas se estima que: a) deben ser llevadas a cabo por equipos; ni es una experta o experto, ni un ministro el determinante; b) sistemáticamente deben realizarse estudios sectoriales y/o regionales en vez de dejarse atrapar por la palabra fácil o entusiasta; c) hay que entusiasmar a la población por proyectos determinados; esto es, convertir a la integración en un objetivo nacional.
[4] Ilustraciones para algunos períodos pueden verse en GERMAN A. DE LA REZA. Creación y desviación de comercio en el regionalismo latinoamericano: nuevos argumentos de un viejo debate. Revista Comercio Exterior. Julio 2005. México.
[5] Puede verse ESTIMACIONES DE LAS TENDENCIAS COMERCIALES AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE. EDICIÓN 2018 Actualización 1T Coordinado por Paolo Giordano.  Sector de Integración y Comercio. Vicepresidencia de Sectores y Conocimiento. Banco Interamericano de Desarrollo.
[6] Ver Los futuros del MERCOSUR: nuevos rumbos de la integración regional / Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe. p. cm. — (Nota técnica del BID; 1263)- Marzo 2017.
[7] Venezuela solicitó en junio de 2001 su ingreso a MERCOSUR y ello fue materializado en 2012 en el contexto de una coyuntura política vivida por Paraguay.
[8] Estas asimetrías y compensación remiten al hecho de que en Comunidad Andina siempre se exigió o hubo tratamientos diferenciados para Ecuador y Bolivia y, en el caso de Mercosur, para Uruguay y Paraguay, según puntos a negociar o políticas a ejecutar (Sobre este último proceso de integración puede verse José Manuel Quijano,  El MERCOSUR en tiempos de cólera, Rev. AMERICA LATINA en movimiento, Nro. 511 Marzo 2016).
[9] Debe señalarse que, Venezuela, en el contexto de la administración iniciada en 1999, en algunas ocasiones ha planteado y ejecutado posiciones totalmente diferentes. Así, el Presidente Hugo Chávez, en el caso del Acuerdo Energético de Caracas -que se le fijó como fin suministrar petróleo en condiciones bastante favorables a los países de Centroamérica y el Caribe-, marcó distancia, en su discurso del 19 de octubre de 2000 -al momento de la firma del mismo-, con aquellos que exigían algún tipo de ataduras para compra de insumos y materiales por parte de las naciones beneficiarias.
[10] El Universal,  15-9-99,  p.  2-1.
[11] Puede verse DILIO HERNÁNDEZ / YUDI CHAUDARY La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América - Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) Vigencia y viabilidad en el actual contexto venezolano y regional. Enero de 2015. ILDIS.
[12] Como los casos del Grupo de los Tres (México, Colombia y Venezuela) y el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
[13] La solicitud formal se hizo mediante la suscripción del protocolo de adhesión el 4 de julio de 2006, en una cumbre realizada en Caracas. Esto, junto a otras implicaciones y secuencias legales puede verse en Eduardo Porcarelli, Venezuela como miembro pleno del Mercado Común del Sur: implicaciones económicas y sociolaborales. ILDIS, octubre 2013.
[14] Este tipo de expresiones fueron resaltadas en las intervenciones del Presidente Chávez en la Cumbre de la Comunidad Andina realizada en la ciudad de Valencia entre el 21 y 24 de junio de 2001 (pero han sido frecuentes durante toda la administración bolivariana) y donde, este último, entregó la conducción del Consejo Presidencial Andino, la cual llegaba hasta esa fecha. Dada la valoración que el gobierno iniciado en 1999 le ha dado a la integración latinoamericana debe señalarse que la gestión del Presidente Chávez al frente de tal Consejo registró pocos éxitos. En la reunión finalizada por la comunidad andina el 30/01/02 en Sta Cruz Bolivia el presidente Chávez expresó ideas que pueden destacarse y que en su momento comentamos: “El Presidente Chávez no dijo absolutamente nada nuevo. Ni en sentido general, ni en sentido específico, a lo que han sido sus participaciones en la CA. Su interés, sigue siendo, realmente, enjuiciar al capitalismo. Este interés de su parte, que en el lenguaje de estos encuentros termina expresándose como integración política o futuro político de la integración, será atendido por una reunión presidencial en un día del mes de mayo del año en curso. O los Presidentes Andinos están mamando gallo -usando la expresión criolla-, cosa que seguramente no es, o esa reunión va ser un saludo a cualquier bandera, pues el presidente Chávez dijo, nada más y nada menos que esto: “estos mecanismos de integración, como el nuestro, fueron elaborados (…) con patrones o con ideas enmarcadas en el concepto del capitalismo neoliberal que tanto daño le ha hecho a este continente. Preguntamos desde Venezuela: ¿Es con ese modelo económico que nosotros vamos a lograr una integración plena de nuestra región, es con ese modelo económico excluyente de las mayorías, excluyente de los campesinos, excluyente de los indígenas, excluyente de las juventudes que le niega los derechos humanos fundamentales a las mayorías, la educación, la salud, la tierra, la vida misma, es con ese modelo salvaje que nosotros vamos a integrar nuestro continente como lo necesitamos?. No, desde Venezuela decimos no, creemos que no es por ahí el camino.” Y pensar que, el mismo Presidente Chávez y su gobierno, son los que, disparatadamente, han planteado, desde que se iniciaron, ingresar al MERCOSUR“ (Eduardo Ortiz Ramírez, La mano andina; 1 de febrero de 2002; https://www.analitica.com/economia/la-mano-andina/)
[15] Puede, sin embargo, resumirse un conjunto de elementos que, además de los señalados y otros que serán referidos más adelante, permitan ilustraciones adicionales sobre lo que ha sido la posición de la administración bolivariana en cuanto a integración económica:El Gobierno encabezado por el presidente Hugo Chávez ha considerado a la integración económica y comercial como un tema especial. La integración para el gobierno de Venezuela no se limita a plantear una alianza comercial, sino por el contrario, se entiende a la integración como algo global que se conecta con dos de los elementos básicos de la política que está ejecutando Caracas. Se trata de que a mediano plazo, esa integración esté fundamentada en bases no capitalistas, en el ejercicio de una democracia participativa, en la promoción de una economía que combine la propiedad estatal con propiedades sociales y cooperativas, y en la regulación y disminución de las inversiones extranjeras directas privadas. Es decir, el planteamiento venezolano es anti-capitalista y anti-estadounidense; por lo tanto, la integración para Venezuela escapa al modelo que se define en la OMC y que bajo el concepto de regionalismo abierto se ha venido planteando en América Latina y el Caribe.” (Carlos Romero y Claudia Curiel, VENEZUELA: POLÍTICA EXTERIOR Y RENTISMO. Cuadernos PROLAM/USP, Año 8 — Vol. 1 — 2009 p. 39-61).
[16] Es impresionante como todavía en años más recientes, como 2016, Theotonio dos Santos hace afirmaciones en tal sentido (ver Entrevista a Theotonio dos Santos, http://masterecointerucv.blogspot.com/2016/03/entrevista-theotonio-dos-santos.html).
[17] La profusión de ALC entre los países de América Latina, o entre miembros de esta con  países fuera de la región (entre enero 2013 y octubre 2014 se pusieron en vigor, se encontraban para la firma o en negociaciones 8 acuerdos intrarregionales y 22 extraregionales), debe relacionarse con el estancamiento que tenido en las negociaciones comerciales multilaterales de la Ronda Doha iniciada desde 2001, el abandono de proyectos como ALCA en América -y que era liderado por los EE.UU.- y el mismo surgimiento de los llamados Mega acuerdos y que abarcan el Atlántico con EE.UU. y la Unión Europea o el Pacífico con un número considerable de países vinculados al área, donde se encuentran algunos latinoamericanos (teniendo la temporalidad del caso por la fecha de publicación del estudio, se incluye a Australia, Brunei Darussalam, Canadá, Chile, EE.UU., Japón -recientemente incorporado-, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam), (Puede verse Monitor de Comercio e Integración 2014. Vientos Adversos. Políticas para relanzar el comercio en la post-crisis. Paolo Giordano Coordinador. Octubre 2014 BID).
[18] Un resumen en este sentido y desde otro perfil analítico permite destacar que: “…la estructura exportadora no ha cambiado en treinta años de reformas y los tipos de cambio se desplomaron a pesar de las reservas.  Para lo que han servido las reformas en Suramérica ha sido para el traspaso de propiedad y el aumento de volúmenes, pero no para un cambio en la estructura productiva que venía afectada por la depresión –metafóricamente referida como la década perdida– de los años 80.  En Centroamérica sí hubo un cambio con la industria maquiladora y dejaron de ser “repúblicas bananeras”, lo que hace que sean más resistentes a las depresiones de materias primas pero no han regresado a la dinámica de la era del Mercado Común Centroamericano.  La costa pacífica de América del Sur sigue altamente dependiente de materias primas mientras la costa atlántica continúa con su industrialización de baja intensidad y el Caribe se divide entre petroleros y no petroleros” (Oscar Ugarteche y Tesalia Valencia, ¿Cómo va el mundo al 2016?, Rev.  AMERICA LATINA en movimiento, Nro. 511 Marzo 2016).
[19] Como se señala en este trabajo, Venezuela se retira formalmente de la Comunidad Andina de Naciones en 2011 y se incorpora a Mercosur en 2012. De resto se encuentran los países y el proyecto del Alba con los arreglos comerciales desarrollados allí y el conjunto de relaciones y entendimientos comerciales y de inversión con países como Irán o China, pero que no han implicado procesos de negociación de los que tradicionalmente se ejecutan para firmar un ALC. Puede indicarse que de los Acuerdos o Proyectos que entre enero 2013 y octubre 2014 se pusieron en vigor, se encontraban para la firma o en negociaciones (iniciadas antes de 2013) en América Latina  8 acuerdos son intrarregionales y 22 extraregionales, según se indicó más arriba. En estos Acuerdos o proyectos sin embargo Venezuela solo figura en 1, puesto en vigor con Perú el 1/8/13 y, en lo que concierne a Mercosur –dada su membresía en este Acuerdo-, solo se registran las negociaciones con la Unión Europea las cuales, por lo demás, se desarrollan desde el año 2000. Adicionalmente debe señalarse que “… en julio de 2014 los países integrantes del MERCOSUR (excepto Venezuela), consensuan una oferta conjunta para un Acuerdo de Asociación Birregional con la UE, luego de un largo proceso de reuniones técnicas”  (BID octubre 2014, Ídem).
[21]Carlos Daly Gimón  El Brexit ante la Unión Europea en noviembre de 2018. viernes, 23 de noviembre de 2018. http://masterecointerucv.blogspot.com/2018/11/el-brexit-ante-la-union-europea-en.html; Se consuma el Brexit: ¿qué pierde realmente la UE con la salida del Reino Unido? https://www.elconfidencial.com/mundo/europa/2020-01-31/brexit-que-pierde-realmente-union-europea-salida-reino-unido_2435804/ 31/0172020.
  
[22] Es conocido que en varios países latinoamericanos, incluida Venezuela, se dio una relativamente numerosa inmigración europea.
[23] Ni cuba, ni Bolivia, ni Nicaragua, ni mucho menos Venezuela son éxitos. Tampoco las innumerables experiencias armadas, que buscaron imitar el particular caso cubano y que terminaron en cosas algo distintas a sus inspiraciones iniciales, en su sentido y actividades abarcadas.
[29] Puede verse también https://www.voanoticias.com/a/lideres-sudamericanos-se-reunen-en-chile-para-la-creacion-de-prosur/4840959.html. Dado el escenario 2020 las reuniones de presidentes y algunos ministros han sido virtuales y sigue el presidente de Chile ejerciendo la presidencia de PROSUR. De los temas tratados están asuntos relacionados con el Covid19 y otros relacionados como la reactivación productiva,  https://id.presidencia.gov.co/Paginas/prensa/2020/Presidentes-de-los-paises-de-Prosur-evaluaron-medidas-adoptadas-para-enfrentar-la-pandemia-y-nuevas-acciones-200519.aspx. 

[31] De 13 mil empresas que había, hace veinte años, apenas quedan 2.600 en estos momentos. Noviembre 14 2019. https://www.conindustria.org/?p=5593. Debe observarse que este señalamiento es anterior a la pandemia y la cuarentena iniciada a mediados de marzo. Sobre efectos de este contexto puede verse: Eduardo Ortiz Ramírez,


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