Industrialización y comercio
exterior
Por
industrialización se entiende la capacidad que desarrollan las economías en
función de manufacturar bienes y servicios. Una economía industrializada es
aquella capaz de producir bienes y servicios para el mercado interno y hacia el
mercado externo; es decir, para las exportaciones. Lo anterior no quiere decir
que las economías industrializadas deban producirlo todo, al contrario, son
selectivas en los sectores a desarrollar con base a las ventajas existentes.
Un
reducido número de economías en América Latina han logrado niveles altos de
industrialización, en contraste, la mayoría de éstas, históricamente han sido
proveedoras de materias primas y bienes intermedios a los países
industrializados. De esta forma se ha tejido una relación desigual en los
llamados “términos de intercambio”, traduciéndose en una fuerte dependencia de
los vaivenes de los mercados internacionales, específicamente el de los
llamados “commodities”.
Al
parecer no hay una receta única de los métodos que deben seguir los países para
alcanzar altos niveles de industrialización, sin embargo, algunas premisas
importantes a considerar son las
condiciones iniciales a nivel productivo, el tamaño del país y su dotación de
recursos naturales; este último le provee al país de ventajas comparativas
hacia dónde dirigir recursos y sectores a desarrollar.
Otro
aspecto a considerar es el establecimiento de un “tipo de cambio real de equilibrio” que refleje la productividad
del sector productivo de la economía. El aspecto cambiario es de vital
importancia, pues permite las condiciones de equilibrio para que sea atractivo
que el sector industrial pueda exportar. Esta forma de industrialización dirigida hacia el comercio exterior, permite que
el sector productivo desarrolle ventajas que el comercio internacional le
ofrece y aproveche las oportunidades de demanda que la economía mundial le
ofrece.
Dado
lo anterior, es necesario reformas de política comercial que uniformicen los
incentivos que se otorgan a las actividades de exportación y de sustitución de
importaciones. Eliminar toda tendencia contraria a la exportación de bienes y
servicios.
Las
acciones en materia de comercio interior
referidas a leyes e instituciones que le permitan a los mercados funcionar,
específicamente derechos de propiedad, leyes de patentes, derechos de autor,
ambiente propicio para la inversión, reglas claras, entre otros, son aspectos
claves para proporcionar un ambiente estable que promueva las inversiones a
largo plazo y minimice los riesgos.
Otros
aspectos a resaltar son la educación; la
infraestructura de transporte y comunicaciones, y grandes esfuerzos por lograr
institucionalidad y equilibrios macroeconómicos.
La
industrialización exige grandes inversiones en maquinaria e infraestructura, en
las etapas iniciales, que pueden ser complementadas por flujos de inversión extranjera
directa dirigidos y focalizados.
Por
último, no menos importante es el papel de la banca local e internacional de
desarrollo (ejemplo, el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura de
desarrollo y en América Latina el Banco Interamericano de Desarrollo, la
Corporación Andina de Fomento) para el otorgamiento de recursos dirigido a las
grandes y pequeñas y medianas industrias (pymis).
Por
César Andrea Pérez
24
de junio de 2020
cesar.andrea49@gmail.com
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