domingo, 19 de septiembre de 2021

CELAC Y SU VI REUNIÓN EN MÉXICO: ESPERANZAS Y DISCURSOS DE SIEMPRE.

 

CELAC Y SU VI REUNIÓN EN MÉXICO: ESPERANZAS Y DISCURSOS DE SIEMPRE.

EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ

 


Dos perspectiva asociadas siempre a la
CELAC atañen para algunos a que sustituya a la OEA y a que represente una autentica y fuerte entidad para la integración latinoamericana (de por sí muy vasto esto último, para explicarlo sucintamente). Suficiente, sin embargo, escuchar las palabras de la ministro Delcy Rodríguez  en su llegada a México, para destacar algo de lo indicado. Señaló la ministro algo más o menos así: no les gusta la CELAC, ante lo que ella podría representar para una América Latina impulsada por la integración económica y la unión de sus países.

El contexto de desempeño de la administración bolivariana, en las versiones de los presidentes Chávez y Maduro, ha significado la búsqueda y propuesta de organismos internacionales nuevos para la región. Ya se tiene, sin embargo, el fin de Unasur y su no sustitución operativa por Prosur. Y es que tales organismos se convierten en escenarios de enfado/desenfado político sin tener que ver con algo tan necesitado de nuevas políticas y acciones como es la integración económica[1].

Las fuerzas políticas han cambiado, y si bien se tienen los resultados de Perú, se tienen también los muy recientes de Argentina, con un no apoyo de la gestión oficial de Alberto Fernández. Obviamente, junto al escenario polimorfo de El Salvador y que remite a nuestras particulares e inestables democracias. Aun así, y para eso es la política y los políticos, no podía AMLO (presidente de México) desaprovechar la ocasión para darle aire a su socialismo tardío y justiciero.

A pesar del ofrecido documento (donde parafraseando se puede señalar) “altamente negociado y discutido de 44 puntos donde todos pueden tener su cuota de satisfacción”, según expresiones cercanas del Canciller mexicano, la ocasión solo sirvió para reafirmación de posiciones o instigar en pequeñas rencillas. El bloque o apoyo a la siempre victima economía y sociedad cubana, el nefasto papel de la OEA según algunos (y que sigue recogiendo, por lo demás, el espíritu cubano de los años 60 y 70), la pandemia y los retrasos en los procesos de atención del Covid19, el cambio climático, las corresponsabilidades que directa o indirectamente siguen teniendo el conjunto de naciones desarrolladas con su modelo diferenciador oprobioso y consumista, en fin, lo que sabemos. Muy poco obviamente sobre las responsabilidad desde gobiernos y políticas económicas para producir 6 millones de migrantes en una nación como Venezuela, o de aquellas políticas y acciones que tienen por lo menos unos 10.000 ciudadanos en las fronteras de EE.UU. y bordes del Rio Grande. No era ocasión para juzgar a México ni a ninguna nación, pero el anfitrión mantiene graves problemas sociales, económicos y de no abordaje del permanente problema del narcotráfico y los carteles de la droga. Pero igual puede decirse de la acelerada disminución de popularidad de Bolsonaro.  ¡Ah…! pero nada de las cosas señaladas impidieron que se recordara para las temáticas y el documento, la problemática de las guerra de las Malvinas (tema Cautivo, tema de interés para varios)[2].

¡Valame Dios!  Y es de este escenario de donde algunos esperan construir organizaciones de integración que puedan impulsar esta última y potenciar el desarrollo económico de la región. No quedó entonces sino la posibilidad de avalar alguna de las tantas propuestas de CEPAL (su máxima autoridad estuvo en la reunión) para reconducir el desarrollo. Curiosamente, algunos piensan que los organismos regionales de América Latina -o una porción de ellos- no coliden con el pensamiento de la izquierda internacional, a pesar de la conformación de los gobiernos. ¿Cómo hacer con esto? No es fácil precisarlo[3].

 

19 de septiembre 2021

@eortizramirez

eortizramirez@gmail.com

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