Retos de la integración
Por César Andrea Pérez[1]
27 de septiembre de 2021
cesar.andrea49@gmail.com
La dinámica de la economía mundial se
caracteriza por un agudo proceso de internacionalización; es decir, cada día
existe mayor fluidez y dependencia en los mercados internacionales de
capitales, de comercio de bienes y servicios, de inversiones extranjeras, de movilidad
del talento humano, crisis sanitarias, entre otros. Los avances en la
tecnología y las comunicaciones han permitido que las fronteras se reduzcan. A lo
anterior se añade una desaceleración en curso del crecimiento de la economía
global profundizado por los efectos de la pandemia Covid-19.
En el mismo orden, los bloques
económicos regionales y subregionales son una tendencia a nivel mundial. Ingresar
individualmente a la economía internacional es más difícil, en un mundo donde
las políticas se diseñan y ejecutan por grandes bloques económicos. Por ende, se
requieren propuestas de integración económica que integren aspectos sociales,
culturales y políticos.
Pareciera que es una tendencia mundial
que las economías se integren como una forma de extender el mercado interno con
la incorporación de países socios, así como el establecimiento de operaciones
de inversión, movimiento de capital y personas, mercados comunes, de valores;
uniones aduaneras y monetarias.
El despertar de las naciones asiáticas
brinda ejemplos de esquemas de integración exitosos. Las economías agrupadas en
las Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), integradas por Indonesia, Filipinas,
Malasia, Singapur, Tailandia, Vietnam, Brunei Darussalam, Camboya, Laos y
Myanmar, constituyen ejemplo de esquemas de integración de éxito. Estas
economías se centraron en la promoción de exportaciones mediante un proceso de
industrialización profundo; las tasas de ahorro internas y la inversión
extranjera directa jugaron un papel fundamental en el crecimiento económico;
así como las finanzas y el sector bancario, dándole preponderancia al mercado,
sin reducir el papel del Estado y del mercado interno.
De hecho, en los años 70 estas
naciones asiáticas tomaron como referencia el modelo de sustitución de
importaciones aplicado en América Latina y en las fuentes teóricas latinoamericanas.
En los años 90 las tasas de crecimiento económico promedio de estos países
superaron el 6%.
No menos importante es el proyecto de
integración de la Unión Europea, siendo uno de los más exitosos de todos los
tiempos. En sus más de seis décadas, la ampliación de la integración europea,
ha incorporado a 27 naciones. Sus mercados se han integrado, y han logrado
avances en la Unión Monetaria Europea. Los vínculos comerciales, culturales y
de colaboración tecnológica abarcan países de África, Asia, América Latina,
entre otros.
Es un reto para los esquemas de
integración de América Latina y el Caribe, orientar el crecimiento hacia
afuera, mediante la promoción de las exportaciones, con el objeto de
internacionalizar el sector productivo local en sectores donde existen
ventajas. Las empresas Multilatinas
son un claro ejemplo de inserción empresarial internacional. De acuerdo al BCG,
en 2018 existían más de 100 Multilatinas. La mayoría ubicadas en México,
Brasil, Chile y Colombia. Estos ejemplos positivos, permiten visualizar que si
es posible ocupar mayores mercados.
El aprovechamiento de las tasas de
ahorro y equilibrio entre mercado y el Estado son retos que deben sortearse. Las
entradas de inversiones extranjeras pudieran ser un mecanismo para complementar
el crecimiento y desarrollo de la región, con orientaciones hacia la transformación
del tejido productivo y mirando hacia los mercados externos. En fin, la
integración supone retos, y existen evidencias positivas de ejemplos de
integración exitosos de los cuales la región debe revisar.
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