domingo, 3 de enero de 2021

Covid-19 Economía y Política 2020

 

Covid-19 Economía y Política 2020

El caso venezolano es singular y excepcional, en medio de la peor crisis histórica del país, con los gobernantes más mediocres que pudiésemos tener, tenemos una crisis multidimensional.-

 


 

JESÚS E. MAZZEI ALFONZO

31/12/2020 05:00 am

 



                 noticia del año es el Covid-19, indudablemente, el balance general de la economía latinoamericana, es realmente devastador. No es una recesión típica como la de los años 80 ó fines de los 90, ocasionada por la crisis de los dragones asiáticos. 10% de reducción del PIB de la región, desempleo de 2 dígitos, y más de 15 millones de personas caerán en la pobreza extrema. Hay un colapso en el standar de vida, los gobiernos tratan de aplica políticas de oferta y demanda. La primera fase las políticas públicas de los gobiernos se dirigieron a políticas sanitarias y de contención, (cierre, dotación de infraestructura sanitaria para aquellos países que podían) y como dice Andrés Velasco en un artículo del mes pasado…” Encauzaron recursos hacia el sector sanitario, entregaron subsidios a las empresas, y realizaron transferencias de fondos de emergencia a los hogares. Este enfoque fue el correcto…”.

                Dos cosas ha dejado el Covid-19, por una parte la debilidad crónica del Estado en América Latina y la característica dual del mercado laboral de trabajo. Esta crisis es una oportunidad para fortalecer el rol y capacidad del Estado y corregir la disfunción del mercado laboral y como afirma el propio Velasco y cito…” Pero el efecto de la pandemia sobre la economía real ha sido devastador: innumerables empresas, grandes y pequeñas, quedaron sin liquidez y se vieron obligadas a cerrar de manera permanente. El crecimiento potencial de la producción va a sufrir a medida que las firmas quiebren y sea necesario reestructurar sectores enteros. Esto hará más difícil revertir el aumento del desempleo, la pobreza y la desigualdad, y volverá inmanejables las tareas de equilibrar las cuentas fiscales y estabilizar la deuda pública.


                La política monetaria no convencional es útil, pero no será suficiente para garantizar la recuperación. Los países latinoamericanos requieren planes de precisión quirúrgica que no solo estimulen la demanda, sino que también contribuyan a relajar las restricciones a la oferta y a mitigar el estrés financiero en las empresas. Al mismo tiempo, el apoyo a los trabajadores debe ser diseñado de modo que fomente el empleo formal. Los gobiernos deberán invertir en salud, educación e infraestructura con el fin de ayudar a que firmas y hogares se adapten a la nueva normalidad. La colaboración público-privada será esencial, al igual que las relaciones industriales estables: una recuperación saludable es un juego cooperativo…”

                 desafíos de gran seriedad, que exigen líderes conscientes, responsables y con visión y sentido de estado, no los hemos tenido en Brasil, México, la Argentina, pero si en Uruguay, Costa Rica, de Venezuela, hablaremos al final. Por ello, el llamado de este lucido economista es pertinente…”Para los latinoamericanos, la pandemia ha constituido un doloroso recordatorio del alto costo de permitir que los Estados sean ineficientes y que los mercados laborales permanezcan injustamente segmentados. La crisis ha profundizado antiguas desigualdades y también ha creado nuevas. La inversión en infraestructura continúa siendo baja, y la diversificación de las exportaciones insuficiente. En estos y otros ámbitos, la inacción no es una alternativa. América Latina no puede sufrir otra década perdida…”.

                El caso venezolano es singular y excepcional, en medio de la peor crisis histórica del país, con los gobernantes más mediocres que pudiésemos tener, tenemos una crisis multidimensional, una economía que prevé un retroceso del 25% aún más de su PIB, recesión por octavo año consecutivo, hiperinflación del más de 6.500%, reducción de la otrora fuerte y eficiente industria petrolera, hoy el país produce lo que hace más de 100 años, cuando en 1998 a finales del gobierno de Presidente Caldera, era de más de 3.3000.00 barriles diarios y una capacidad de refinación de más de 1,200.00 de gasolina, hoy el desempleo se acerca casi al 55% y para rematar, una migración de 6 millones de personas que han salido y siguen migrando, buscado mejores condiciones de vida económica y social. Según la encuesta Encovi, 79,3% de las familias venezolanas vive en condición de pobreza.


Por otra parte, la experiencia chavomadurista-marxista, le ha costado a la nación, la bicoca de 1 trillón de dólares despilfarrado entre los años 2002-2014 (Alberto Adriani, hubiera reprobado a todo el gabinete económico de estos años) y además, el economista Víctor Álvarez afirma…” Según datos del Banco Mundial, en 2013 el PIB venezolano era de 438.384 millones de dólares y para 2020 se habrá reducido a solo 48.610 millones de dólares, para una contracción acumulada de 81,2% en 7 años. Esto también golpea los ingresos fiscales de un gobierno que se sigue financiando con emisiones de dinero sin respaldo para poder sostener empresas públicas deficitarias que no facturan ni para pagar la nómina….”. Son datos crudos, crueles y duros, de la peor hecatombe macroeconómica. Vaya liderazgo político y económico, cuerda de incapaces. Venezuela vive una crisis existencial. Tiempo extraordinario, se requieren medidas extraordinarias, pero con estos ministros ni de broma.



Desde una perspectiva cristiana, les deseo un próspero año 2021, esperemos que así sea. Dios nos proteja. Feliz año.



jesusmazzei@gmail.com

 

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