... depende de la visión internacional, de la experiencia en materia de política internacional del Jefe del Estado y de su percepción del mundo internacional.
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JESÚS E. MAZZEI ALFONZO
08/10/2020 05:00 am
En efecto, a los efectos de comprender el significado y sentido, que ha cobrado
la diplomacia presidencial, puede citarse la definición de Danese (1999):
“Diplomacia de jefes de estado, de gobierno y aún más diplomacia de mandatarios
son nombres que pueden ser utilizados indistintamente para describir el mismo
fenómeno histórico instrumento político-diplomático (dependiendo del punto de
vista) que un país como Brasil o Francia asume el nombre de diplomacia
presidencial: la conducción personal de asuntos de política exterior, fuera de
la rutina o de las atribuciones ex-oficio por el Presidente, o en el caso de
régimen parlamentario por el jefe de estado o jefe de gobierno” . Tratase
también conducción personal del proceso decisorio de política externa una
diplomacia de las doctrinas y otra de diplomacia de encuentros que tiene 18
variantes.
Aunque algunos académicos y analistas, lo denominan una presencia y actuación
autoritaria del Presidente de la República en la definición e implementación de
la Política exterior, (Política exterior autoritaria), esto indudablemente,
depende de la visión internacional, de la experiencia en materia de política
internacional del Jefe del Estado y de su percepción del mundo internacional.
Ahora bien, para los autores citados, se formalizan cuatro niveles diferentes
de diplomacia presidencial, por una parte, el involucramiento del jefe de
Estado o Gobierno en el proceso de toma de decisiones tiene en una determinada
acción de política exterior que es determinante para la diferenciación de los
Danese, llama “Diplomacia Presidencial”. Esta variable implica una
conceptualización diferente de los el mismo llama diplomacia tradicional, que está
inserta en lo que es el protocolo o la rutina internacional de la cabeza del
estado. La diplomacia tradicional esta circunscrita a la que formula y ejecuta,
el Ministerio de Relaciones Exteriores. Siguiendo a Danese, tendremos que la
Diplomacia Presidencial en cuanto el Presidente se envuelve directamente en el
proceso decisorio de determinada acción de política externa hay tres límites
que la delimitan, a saber por un lado, los límites protocolarios y rutinarios,
el uso intensivo y general de este instrumento y además, que es una promoción
interna por la acción internacional, del Jefe del estado o de Gobierno.
Otros autores brasileños, como José Guilhon Alburquerque, definen el tema en
forma diferente, para él la Diplomacia es…” la participación personal del jefe
del Estado o Gobierno en las relaciones internacionales, sea por medio de
pronunciamientos, sea por participación en foros internacionales, sea además,
actuando directamente en negociaciones internacionales. En este autor no es
necesaria la participación en el proceso decisorio además, que el término usado
ahora relaciones internacionales y no más política externa o diplomacia. A
pesar de la paradoja del concepto de Alburquerque, se presta a una mejor
verificación en cuanto el concepto debido a que posee en mente que es más fácil
la verificación del número de pronunciamientos y participación en foros
internacionales del Presidente de la República, con todo el propio autor no
entiende tal concepto como suficientemente explicativo, y ya en 1996, apuntaba
para la necesaria verificación de la acción del Presidente en el proceso
decisorio.
Otro aporte interesante es del académico argentino, Andrés Malamud, que afirma
que es… “mecanismo (que) és entendido como el recurso tradicional para
negociaciones directas entre presidentes nacionales cada vez que se ha de tomar
una decisión crucial o que conflictos críticos han de ser resueltos. A pesar
del adjetivo “presidencial”, este tipo de prácticas hacen referencia a la
política, la diplomacia de cumbre —en oposición a la diplomacia burocrática y
profesional…” (MALAMUD, 2010). Como se ve el concepto de este intelectual
argentino la variable negociación directo actuando y no solamente la conducción
de la política externa como afirma Danese o participación en pronunciamientos
(Guilhon), es necesaria, sino además, la interlocución de Política
Internacional, siendo hecha esta por el propio Presidente, además, de que el
autor nuevamente pone en el tapete y pone en oposición Diplomacia Presidencial
versus Diplomacia burocrática y profesional.
El último aporte, es dado, por Rodrigo Cerqueira, para quien el MRE, utiliza al
Presidente como herramienta de promoción de intereses, de reaproximación al
campo internacional. Hoy hay nuevos desafíos visto la compleja y dinámica,
estructura internacional y el papel de los los jefes de estado en el uso de la
Diplomacia Presidencial.
jesusmazzei@gmail.com
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