lunes, 26 de octubre de 2020

LA IZQUIERDA COMO MERCADO EN LATINOAMÉRICA

 

LA IZQUIERDA COMO MERCADO EN LATINOAMÉRICA

EDUARDO ORTIZ RAMÍREZ

 


DOS EXPRESIONES QUE REQUIEREN AJUSTES

La primera, es la del destacado estadista W. Churchill “el que no es de izquierda a los 20 años no tiene corazón, pero el que a los 40 lo sigue siendo, no tiene cerebro”[1]. Sin ser necesario analizar esta frase, se sabe lo que representó en el mundo de la política. Hoy día, se podría pensar que las emotividades y pulsiones para ser de izquierda podrían acercarse a la de los jóvenes de los años veinte, treinta o cincuenta del siglo XX, la diferencia sustancial es que ahora se tienen los resultados de setenta años de socialismo soviético, de lo que pasó tras la cortina de hierro, de lo evidenciado en la revolución cultural china, de los fracasos en África y América Latina en cuanto a socialismo o sus intentos y de la tiranía y relativo aislamiento de Corea del Norte, frente al empuje y fuerza de Corea del Sur, entre otros tantos elementos. Entusiasmarse ahora, requiere mucha voluntad o ceguera, sin negar que haya otras cosas que entusiasmen que no sea el pensamiento liberal ciego, pertinaz y extremista también por su lado.

La segunda, es la del actual presidente Bolsonaro de Brasil quien –recientemente- señaló que  el legado de Ernesto Che Guevara, "apenas inspira a marginales, drogados y la escoria de la izquierda"[2]. No es difícil ver las justificaciones de la crítica a quienes se pueden plegar a ese legado, dados los comportamientos políticos y en acciones sobre la vida de otros del personaje de marras; pero, la frase que resume la crítica –en cuanto a quienes son los inspirados- es impulsada por un fanatismo similar al que sustenta la afirmación del presidente en cuanto a las iluminaciones o inspiraciones que estimula el legado del mismo. Es parte esto, del dilema al que se enfrenta la izquierda como mercado en la región.

LO QUE REALMENTE PASÓ CON LA OFERTA IZQUIERDISTA

El mundo ha cambiado, los tiempos han cambiado y con ello el perfil y contiendas de distintos participantes o agentes internacionales. En los años sesenta y parte de los setenta, todo parecía posible dentro de las relaciones de la guerra fría y la dinámica de los bloques de poder, al implicar, en buena parte de los casos, delimitar una posición según se estuviese en  la zona de influencia de uno u otro bloque. Aunque hoy parezca fuerte ese tipo de interrelaciones, existieron y se dieron con énfasis y recurrencias.

Más aun, era difícil la comprensión de lo que se dio en llamar el conflicto chino-soviético –donde unos a otros se adjetivaban de bandidos-, el cual marcó pauta en la conformación de grupos políticos -incluso armados- en América Latina. Se podía leer en Alternativa, en la versión de G. García Márquez, y en el caso de la experiencia colombiana, los matices de unas u otras agrupaciones que después -en varios casos- se volvieron adictas a la delincuencia asociada al narcotráfico, en periodos posteriores a las ideas de tomar el cielo por asalto o a las concepciones foquistas de R Debray[3], en donde un grupo de aventurados podía repetir el endulzado caso cubano de toma del poder.

En esos mismos tiempos, anteriores a la conversión de la utopía e ilusión, en delincuencia y en derrota política, tal cual se vio en Venezuela y en otros países en los años 70 y ochenta (a pesar de la salida victoriosa del sandinismo a finales de los años setenta e inicios de los ochenta en Nicaragua para llegar a su primera y fracasada experiencia de ejercicio del poder), fue donde Ernesto Che Guevara dio a publicación su Mensaje a la Tricontinental (mayo 1967)[4] donde convocaba a crear uno, dos, tres Vietnam y tenía como referencia fundamental a los pueblos de Asia, África y América Latina. Como es conocido, todo ello terminó en fracasos, con toda su violencia y sus guerras, y Cuba no pasó de ser una nostalgia y un desengaño.

Claro, Asia, además de la experiencia china desde 1949, tuvo y acumuló la larga experiencia de Vietnam y las tragedias en casos como Cambodia.  África, por su parte, vivió las experiencias de los socialismos tropicales tipo Angola, Mozambique, que se mezclaron con las previas experiencias de descolonización e independencia, así como fue también escenario de expresión del “internacionalismo” cubano. América Latina, por su lado, vio la aparición terrible de las dictaduras en el cono sur y la de Brasil ya formada desde la propia década de los años sesenta, y que -en parte- fueron expresión de reacción contra la politización y el izquierdismo[5].

Correspondientemente, no era muy claro a pesar de la voluntad, el entusiasmo y la oferta permanente de felicidad que tenían y tienen los izquierdistas -según algunos- quien podía ser el receptor o entusiasmarse –cosa que no pasó- con aquella convocatoria del escrito referido. Y, en tal sentido, a inicios de los noventa fue fácil hablar y ser receptores en Latinoamérica del planteamiento de Fukuyama del fin de la historia y observar una especie de actitud triunfalista por los partidarios del capitalismo y las economías de mercado. La crisis de la deuda en América Latina, los planes de ajuste y estabilización con sus secuelas de deterioro del salario real y las democracias de solamente elecciones hicieron su parte para ensombrecer, aun más, a América Latina al menos[6]. Lo que vino después, las que podrían llamarse las reales propuestas de socialismo latinoamericano, tal cual sandinistas, en su segunda parte, el partido de los trabajadores de Brasil con Lula como baluarte, los Kirchners, Correa y otras experiencias, incluso la mexicana actual de López Obrador, no han representado más que alternativas tipo pastiche, al fracaso de la propuesta del socialismo, hoy día demostradamente fracasada en sus logros reales de desarrollo económico y social. Encontrándose palpables los ejemplos de Nicaragua, Cuba y ni que decir Venezuela. No en balde, la mayoría ha terminado en episodios de corrupción y de actividades delictuosas. La experiencia de la administración bolivariana pasa a ser una que se ha cobijado en el alto deterioro institucional estimulada y desarrollada por ella con una política de desinstitucionalización, un fracaso de su proyecto político y una destrucción profunda de la economía.

LO QUE HA BUSCADO LA REGIÓN

Históricamente, arrancado el siglo XX, la región buscó cobijarse en las teorías del imperialismo y parcialmente en la de la dependencia (versión de Cardoso y Faletto) para explicar sus fracasos y sus posibilidades de éxitos según los casos, por la intervención extranjera en sus economías, cuyo desiderátum siempre terminaba siendo obtener los recursos primarios locales. Y esto no es que no haya sido cierto, sino que no es fácilmente demostrable que las malas políticas o la ausencia de buenas políticas fuera siempre culpa de los factores exógenos y no de la falta de voluntad o las componendas de los propios factores internos con los referidos de afuera. Claro, un entonamiento fino puede brindar diferencias y matices según los casos.

Una especie de rentismo conceptual basado en el historicismo, estuvo siempre a mano para todo aquel que no hiciera lo que debía hacer en cuanto a cuidar la infraestructura o ampliarla y a buscar el desarrollo económico. Fue así fácil, en varios casos, el ejercicio de los gobiernos. Junto a la dependencia de los partidos políticos, fue natural que varias cosas en el siglo XX se le adjudicaran al imperialismo –por lo demás algunos lo siguen haciendo-. Recordamos al profesor Armando Cordova, economista destacado y de estudio, planteando como el marxismo mismo caía con este paracaídas que lo traía del cielo (metáfora nuestra). Mientras otros veían y vieron en el pensamiento liberal, una forma de poder conducir la sociedad, pero que también era exógena.

Un mercado para deambular, como ha pasado claramente en la economía, volviéndose la región estatista, neoliberal, nuevamente estatista, o según sus propios inventos, militarista, de democracias electorales solamente, constituyentistas o cualquier otro intento para que en la mayoría de los casos terminen los políticos con reelecciones eternas y convertidos en dictadores. Es esta última, por cierto, también línea de la Rusia actual, que tiene no solo los problemas económico y sociales conocidos sino también las grandes ambiciones de Putin, a pesar de que algunos la siguen considerando la “alternativa” de la humanidad.

A todas estas, la gran pregunta es si se desarrollarán parte importante de los países del región, dando saltos dentro de la teoría del desarrollo, al estilo de lo realizado por Corea del Sur -u otras contadas naciones- que todavía en los años ochenta tenia niñas de 12 y 13 años trabajando hasta 18 horas diarias, según podía revisarse por parte de economistas dedicados a analizar sus realidades y hoy dia es país de alta figuración en competitividad internacional de parte de economías emergentes.

Esto es, el discurso de desquite, de revancha o de justificar el atraso por lo exógeno –expresado en colonialismo y en imperialismo- no llevó a la región al desarrollo y en algunos casos, logros de impulso económico como en México permitieron hablar a Carlos Fuentes  de su propio país como una narconación[7]. Pero si el discurso  o los análisis de la inspiración señalada como revanchista, de desquite o de izquierda -digamos ya-, no han dado fundamento para el desarrollo, tampoco lo han brindado buena parte de las experiencias de gobierno. ¿Es cuba un ejemplo de crecimiento y desarrollo económico? No lo es. ¿Son los sandinistas un ejemplo de éxito económico? No lo son. ¿Acaso la administración bolivariana? Menos aún, dados los montos de recursos tenidos en sus más de 21 años, de lo que el economista Paul Baran habría llamado el excedente económico potencial y real. En tal sentido, dadas tales experiencias, la pregunta con sentido sería ¿y que quiere hacer la izquierda ahora en América Latina con cualesquiera de las posibilidades de gobierno que pudiera tener? Pues, por otra parte existe la sobre determinación de problemas de estructura económica, de mercado internacional y de necesidades de consenso entre distintos agentes económicos y políticos que tienen los países. Debajo de Macri y Fernández –dos últimas presidencias argentinas- se encuentran los Argentinos sensatos, cuyo balance no siendo ciego, observa cualquier grado de deterioro en las condiciones de vida que puedan haber en tal país.

LO QUE PODRÁ SUCEDER

No sin extrañar que pudieran haber apoyos, financiamientos e intereses, los casos de Chile y Costa Rica[8] han llamado la atención por la violencia desatada y, en el caso de la primera, nación se puede decir contenida o guardada durante numerosos años. Si bien la nación austral, produjo, después de los tiempos de la dictadura, mejoras en la distribución del ingreso, es evidente que en pensiones, salarios, protección social, costos de servicios y oportunidades de ascenso social, ha sido alto el déficit sentido por los ciudadanos desde la segunda mitad de los años dos mil. El resultado exitoso del apruebo –plesbicito del 25 octubre 2020- para algunos es triunfo de la izquierda, para otros rechazo a la constitución  vigente de claro sesgo pinochetista o aprobada durante la dictadura de Pinochet. Un proceso complejo de fases y etapas y con detalles por venir, y que lo importante es que pudiera permitir dar avances a la sociedad chilena.

Interesa destacar el fácil espíritu victorioso de la izquierda, que buscará capitalizar el triunfo del apruebo, incluso lanzarlo a la arena latinoamericana como el inicio de una nueva etapa de victorias por venir. Mientras, la contraparte de esto es la ausencia de propuestas específicas para el crecimiento y el desarrollo en los países donde participan partidos y grupos de izquierda como contienda electoral o ya en funciones de gobierno, y que no sean aquellas de la planificación centralizada y el estatismo exacerbado,  asfixiante y generador de corrupción como pasó en los socialismos reales. ¿O es que acaso los planteamiento de la izquierda latinoamericana vinculadas al Foro de Sao Paulo, a la administración bolivariana y a las distintas especies de grupos libres, se dedicará solo a manifestar con violencia como lo ha hecho en Chile o en otras naciones señaladas, mientras los grupos u organizaciones de la misma, en el ejercicio del poder, asumen actitudes violentas y autoritarias con los que deciden oponérseles como han sido los casos de numerosos asesinados o manifestaciones reprimidas con violación de derechos humanos como ha sido en Venezuela o Nicaragua en años recientes?

El mercado para las ideas de la izquierda en América Latina no puede, por tanto, ser el de las acciones vistas en países como Chile, Costa Rica, sino cómo tales ideas pueden propender al desarrollo  económico y social en base a la ejecución de estrategias. El caso práctico de Venezuela es dramático. Pues, se ha derivado una especie de poesía trágica, para la “revolución“ que ha buscado salvar al hombre y darle la mayor suma de felicidad posible, mientras ha conseguido, contrariamente, penurias e insuficiencias; que ha intentado unirlo más a la naturaleza y evitar el carácter depredador del capitalismo y lo ha llevado, más bien a recurrir a la leña, por ausencia de insumos básicos (gas de bombonas) y naturales de la vida moderna; que ha perseguido crear un país de clase media  y del primer mundo (expresiones de HC y asumidas por NM) y ha avanzado profusamente en la destrucción de cosas mínimas y básicas que ya eran naturales y consustanciales a la vida regular; que ha buscado desarrollar un país potencia y más recientemente una potencia agrícola exportadora y -hoy día- muchos hogares deben cocinar con leña alimentos básicos traídos de distintos lugares del resto del mundo. Y esos son pues los “grandes logros”, que terminan más bien apuntalado el atraso y el antidesarrollo.

El desarrollo es asunto de logros, de estabilidad en el crecimiento, de conversión de este en bienestar y de consecución de mejores perspectivas de vida para los ciudadanos. Cuando las sociedades logran altos niveles de desarrollo o impulsos significativos en el mismo, esto se convierte -vía las instituciones como reguladoras- en normas, confianza, estabilidad y bajos costos de transacción.  La limpieza, el orden, la seguridad en sentido amplio, la salud, la educación, son derivaciones que terminan convirtiéndose a su vez en nuevos impulsos para la sociedad y la economía. La nación se retroalimenta dentro de sus propios componentes y uno de ellos, la sociedad civil[9], le da más fuerza al proceso de desarrollo, pues esta pasa a ser contrapeso y balance de las propias actividades del Estado. Las políticas económicas pueden incluso trascender por la vía del consenso y todo esto termina en la estructuración democrática en las perspectivas políticas de la nación. Diferente cosa sucede en las dictaduras y en los regímenes militaristas; de ahí que la democracia pasa a ser elemento fundamental para impulsar el desarrollo (ver Amartya Sen). Este es, tendencialmente, el cuerpo sano o el estado sin dolor[10], desde la perspectiva económica, social y política.

Claro, para el siglo XX fue notoria la comparación entre los éxitos del socialismo y los del capitalismo y no fue extraño conseguir a muchos en los extremos de unos y otros partidarios, sobre qué sistema era más exitoso[11], desde viajes al espacio, cohetería, industrias diversas y seres más felices en el modo de vida americano y la vida donde todos supuestamente comían, tenían posibilidades de estudiar y también éxitos deportivos, en el caso del socialismo real. Pero, como estudiaron y precisaron algunos analistas en las cercanías de su caída, los ciudadanos en el socialismo real no podían ya albergar posibilidades de mejoramientos de sus vidas (en su proyecto temporal de vida). Las clases o grupos sociales, que se habían generado desde el Estado, el ejército y el partido, se llevaban y concentraban las riquezas. El sistema del socialismo real no era eficiente en el mejoramiento del bienestar general y había hecho florecer privilegios en grupos específicos. Igual sucedió en China a pesar de los extremismos, la política convertida en religión y los numerosísimos muertos que hubo (en los años 50 y sesenta), al igual que en la Unión Soviética, a pesar de razones particulares y según los tiempos, en los distintos casos. En los otros países del bloque soviético las cosas acabaron como llegaron: con imposición y rapidez. En los casos tropicales no hay mayores éxitos en el contexto de las izquierdas: ni en África, ni en América Latina. En Cuba el proyecto de vida es tal que “el hombre nuevo” se lanza al mar Caribe en balsas indescriptibles. Krugman ha demostrado que la disminución de expectativas también se ha dado en la economía y sociedad estadounidense, pero parece que ello no altera una perspectiva que estimula a varios de distintos lugares, a quererse ir para allí.

Son ámbitos de interés para la izquierda como mercado en Latinoamérica.

 

26 octubre 2020

@eortizramirez

eortizramirez@gmail.com



[2] El contexto de esta afirmación se relaciona también con las críticas del presidente Bolsanaro  a la dinámica política Argentina. En registros de prensa: “También este viernes, Bolsonaro se había referido a la Argentina, al señalar que "allí volvió el izquierdismo", y señalando en sus redes sociales que “Argentina tiene lo que se merece”. "Volvió la 'izquierdista' Cristina Kirchner. Fíjense lo que está pasando en Argentina. Vi en la prensa que el presidente va a legalizar el aborto en Argentina. Bueno, argentinos, lo siento, pero eso es lo que se merecen”, señaló el mandatario brasileño. (Fuente www.perfil.com). https://www.perfil.com/noticias/internacional/bolsonaro-che-guevara-inspira-a-marginales-y-drogados-escoria-izquierda.phtml 10 de octubre 2020.

[3] Regis Debray, Ensayos sobre América Latina, Ediciones Era 1976.

[4] Ernesto Che Guevara, Obra revolucionaria, Ediciones Era 1972.

[5] La dictadura militar, terrible y sangrienta instaurada en 1964 con duración de 21 años ha buscado ser edulcorada por el presidente Bolsanaro y sus ministros, presentándola como algo suave o no precisamente como se ha registrado en la historia brasileña y de la región (ver https://www.clarin.com/mundo/ahora-bolsonaro-quiere-revisar-cuenta-golpe-militar-libros-escolares-brasil_0_pLugyCzom.html 04/04/2019). “El 55 aniversario del derrocamiento del entonces presidente, Joao Goulart, estuvo precedido de polémicas generadas por la decisión de Bolsonaro, capitán de la reserva del Ejército y nostálgico defensor de ese largo período militar, de "conmemorar" la fecha, algo inédito desde que el país recuperó la democracia en 1985. Aunque Bolsonaro luego alteró el verbo y pidió "rememorar" ese episodio en vez de "conmemorar" lo que siempre niega que haya sido una dictadura, organismos de derechos humanos, la izquierda, la prensa y hasta sectores de centro y derecha alzaron la voz contra un período que consideraron una "página tenebrosa" de la historia” https://www.efe.com/efe/america/politica/los-militares-de-brasil-recuerdan-el-golpe-1964-en-poder-con-bolsonaro/20000035-3940285 31 marzo 2019.

[6] No es atrevido ni exagerado afirmar que en la región y a pesar de avances puntuales y específicos tales problemas persisten y en algunos lugares se han potenciado. Globalmente la década de los ochenta no es la única perdida para varios países de la región.

[7] Carlos Fuentes, Entre la voluntad y la fortuna. Ed Alfaguara. México 2008.

[8] Un posible acuerdo con el FMI. Aumento de impuestos, efectos del covid19 en la economía y en el nro. de fallecidos en una fase avanzada de la pandemia, se encuentran en la base de las protestas. Puede verse https://youtu.be/ciSprEgV91s ¿Qué provocó la reciente jornada de protestas en Costa Rica? 21 de octubre 2020.

[9] Concepto fundamental de Hegel y de Gramsci.

[10] Nos referimos a la agradable situación donde nuestro cuerpo no tiene ningún tipo de dolor.

[11] Al destacado economista inglés M Dobb se le ubicó -por algunos- como un analista destacado del socialismo soviético, incluso en la perspectiva de su defensa.

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