Modernización e Institucionalización
Modernidad equivale a la
racionalización de todos los procesos sociales con el fin de resolver de la
manera más eficiente posible cuestiones de naturaleza práctica
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JESÚS E. MAZZEI
ALFONZO
22/10/2020 05:00 am
Por otra parte, en lo
psicológico cambian los valores, actitudes y expectativas, en el sentido de
aceptar y desear el cambio y afrontar la realidad en lugar de resignarse a
ella. En su comienzo, la modernización tiene un gran impacto sobre el
crecimiento demográfico, que luego aminora su expansión. En el plano social,
los grupos primarios, de roles difusos (familia, comunidad local) son
complementados por grupos secundarios, de roles específicos (asociaciones
deliberadamente organizadas); por otra parte, el tradicional sistema bifurcado
de status, con "desigualdades acumulativas" es reemplazado por
estructuras de status pluralistas, de "desigualdades dispersas". En
lo económico, las actividades se diversifican, se eleva el nivel de la
especialización ocupacional, aumenta el capital a invertir para crear un puesto
de trabajo, aparece la agricultura "de mercado"; las actividades
extractivas (primarias) pierden importancia relativa frente a las actividades
de transformación o industriales (secundarias) y luego ocurre lo mismo con
éstas frente a las actividades terciarias (comercialización, servicios, etc.),
hoy se desarrolla en el sector digital. Los dos aspectos de la modernización
más vinculados a la política son el desarrollo económico y la movilización
social. El máximo impacto político se produce cuando se combinan el cambio de
las expectativas (que proviene de la movilización social) con el cambio de las
capacidades (que proviene del desarrollo económico).
Ahora bien, siguiendo a Mikel de Viana s.j, la modernización implica tres
condiciones1.Un uso de la racionalidad instrumental del que dependen las
consideraciones de posibilidades y viabilidad objetiva.2. El establecimiento de
una naturaleza centrada en el sometimiento transformador mediante la ciencia y
tecnología y 3. El establecimiento de normas abstractas que constituyen las
reglas de juego de los espacios públicos (derecho, mercado etc).
Por otra parte, la institucionalización
entendida como el proceso por el cual las organizaciones y procedimientos
adquieren valor y estabilidad, se mide por la adaptabilidad, coherencia,
complejidad y autonomía de los organismos y sus procedimientos. Por ello, en un
sistema político que lleva a cabo un proceso de modernización debería al menos
ser capaz por un lado, de innovar políticas públicas para promover reformas
sociales y económicas y, por el otro de asimilar a las fuerzas resultantes de
la modernización, ya sean grupos nuevos o tradicionales politizados, a través
de instituciones políticas que representen el interés público y tengan por ello
una dimensión moral. Esta última se relaciona con formas de comportamiento
reguladas e institucionalizadas que, por su predictibilidad generan confianza
entere la sociedad. Como diría el colega español Fernando Vallespín de Max
Weber:”… Su tesis central sobre el desarrollo del mundo moderno se aprende ya
desde el primer curso de sociología. Modernidad equivale a la racionalización
de todos los procesos sociales con el fin de resolver de la manera más
eficiente posible cuestiones de naturaleza práctica. Y racionalización se
conjuga con industrialización, burocratización, especialización,
secularización, avance del capitalismo…”
Venezuela desde 1936,
transitó este camino dentro de un proyecto de apertura política con pausas y
avances (López-Medina y Trienio adeco), se continua en la autocracia
pérezjimenista (con un retroceso en lo político, pero modernizante en lo
urbanístico y económico). Todo ello, sustentando por el peso cada vez mayor
peso del petróleo, en la economía y la transformación del mapa productivo y de
la sociedad, que va transitando su camino de una sociedad rural a una urbana y
cada vez más moderna, proceso que ha sido estudiado desde la perspectiva de la
ciencia política, entre otros, por mis maestros Juan Carlos Rey, Humberto
Njaim, Ricardo Combellas, Diego Bautista Urbaneja, Aníbal Romero, Carlos
Romero, Ángel Álvarez entre otros politólogos hasta llegar al proyecto de democracia
civil del 1958 a 1999, proceso que significo avances en los aspectos político,
económico, social, educativo, petrolero, cultural, urbanístico,
telecomunicacional, sanitario, expectativa de vida, en la infraestructura de
servicios, exportaciones no tradicionales, militar, política exterior entre
otros; y estos últimos años, se ha vivido un retroceso impresionante y
lamentable, en esas dimensiones, que ha hecho retroceder al país en forma
significativa. Corresponderá en el futuro revertir esta tendencia y trabajar en
un horizonte temporal de largo plazo para que la generación de nuestros hijos y
nietos, tengan un país de acuerdo a los tiempos que ellos se merecen
democrático, moderno, solidario, próspero y equitativo. Incomparable a
cualquier proceso histórico del pasado y del presente, que ha sido de un
innegable retroceso en estas dos variables.
jesusmazzei@gmail.com
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