¿Cómo va el Mercosur?,
por Félix Arellano
Publicado octubre 23, 2018
felixarellano50@yahoo.com
Luego de los fuertes enfrentamientos con el gobierno venezolano y finalmente aplicada la cláusula democrática, lo que conllevó la suspensión del gobierno venezolano del Mercosur (que no la expulsión de Venezuela), pareciera que la calma ha llegado al bloque y está logrando avanzar en su agenda de internacionalización, que tanto rechazó el proceso bolivariano; empero, en el panorama aparecen señales de incertidumbre, entre otras, la situación interna de sus miembros más poderosos (Argentina y Brasil) que se complica; los ataques del radicalismo, particularmente del Foro de San Pablo, con su política contra el libre comercio; y los problemas estructurales del bloque que aún no están en la agenda de trabajo.
Luego de la suspensión del gobierno venezolano, los cuatro países fundadores decidieron fortalecer la agenda de la internacionalización del bloque y sobre ella han estado avanzando en estos meses. En efecto, con Singapur iniciaron las negociaciones técnicas en julio del presente año. Con la EFTA, integrada por Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza, han efectuado: la IV reunión del grupo técnico en el mes de julio en Ginebra y la V reunión en octubre en Buenos Aires. Con Canadá han efectuado la IV reunión técnica en septiembre y está prevista la V reunión en Brasilia en el mes de diciembre de este año. Las negociaciones técnicas con Corea del Sur iniciaron en el mes de septiembre en Montevideo. También están avanzando en el diálogo con la Alianza del Pacifico. Ahora bien, la más compleja y larga negociación de libre comercio del bloque con la Unión Europea, que inició en 1995, se mantiene en pleno desarrollo y con pocas esperanzas de culminación.
Como se puede apreciar la agenda de apertura internacional ha sido intensa, pero el caso de la Unión Europea ilustra que el libre comercio no es un tema fácil, ni muy atractivo para el Mercosur. El bloque proyecta una imagen proteccionista y mucho tiene que ver con las tendencias que han imperado principalmente en Brasil, pero también en Argentina. Dos economías fuertes, con un importante mercado interno y alta capacidad exportadora, que por varios años han privilegiado la consolidación de la producción nacional, con un bajo nivel de apertura e inserción en la economía mundial.
Pero los tiempos han cambiado y la situación económica del bloque también y, ahora, la apertura internacional se presenta como conveniente y necesaria; no obstante, se mantiene el rechazo de varios sectores, en particular de los grupos radicales que satanizan la apertura, destacando sus limitaciones, sin apreciar sus beneficios en la generación de empleo, atracción de inversiones y generación de bienestar.
Frente a las limitaciones y rigidez del discurso radical sobre el libre comercio, sería conveniente que el nuevo Presidente de México, Andrés López Obrador, explicara a sus amigos de la región los beneficios que ha logrado México con el acuerdo de libre comercio con Estados Unidos y Canadá, al punto que ha propiciado su reciente renegociación, con resultados no tan positivos, pero siempre conveniente para México.
Adicional a las diferencias que se presentan al interior de los miembros sobre la estrategia de la apertura, muy marcadas en el Frente Amplio de Uruguay; los problemas económicos en Argentina y políticos en Brasil, representa serios obstáculos para la consolidación del debilitado Mercosur. Pareciera que se agota la estrella del Presidente Mauricio Macri, producto de la presión del radicalismo Kichnerista y el permanente fantasma del peronismo, lo que reduce la capacidad de acción de Argentina. En el caso de Brasil, la crisis política es profunda y no pareciera que la inminente elección de Jair Bolsonaro como Presidente, contribuya al afianzamiento del bloque; su discurso electoral lo presenta aislacionista, proteccionista y poco amigo de la integración regional.
En la lista de problemas no podemos dejar de mencionar que los países fundadores no han querido profundizar en los problemas estructurales del Mercosur, que se incrementan en la medida que no son atendidos. En un muy breve resumen podríamos mencionar que el libre comercio presenta diversos obstáculos; la unión aduanera genera fuertes resistencias; el mercado común poco avanza; la solución de diferencias es deficiente y la equidad ha sido menospreciada. Esperemos que los aires de renovación que están viviendo les permita organizar la casa un paso fundamental para lograr una eficiente inserción internacional.
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