PROBLEMAS PERMANENTES DEL DESARROLLO. Más allá de la macroeconomía.
EDUARDO ORTIZ RAMÌREZ
Querer impulsar el crecimiento y el
desarrollo requiere, en el contexto internacional actual y de las últimas décadas,
apreciarlos, entre otras vías, por la de la presentación de dicotomías o
dualidades que, permanentemente, están presentes en la literatura y análisis
asociados. Existen, por otra parte, problemas sectoriales específicos,
necesitados también de políticas muy puntuales[1].
Es claro que este tipo de reflexión, estos perfiles del abordaje de la
problemática del desarrollo, han estado ausentes –y en distintos grados según
los casos- en la elaboración de la política económica y -más aún- en el
tratamiento del desarrollo económico de parte de variadas administraciones de
las ultimas décadas y -de manera muy importante- en la administración
bolivariana dados sus sesgos y su presencia de casi 20 años, por una parte, y
sus resultados infructuosos por la otra. Algunas de tales dualidades son las
siguientes.
LÍDERES/SEGUIDORES. Perspectiva de entendimiento
del éxito de las naciones y de la posibilidad de que marquen pautas económicas
y tecnológicas que puedan ser de utilidad para naciones menos adelantadas o
potenciales seguidores. Se entiende
que en la economía del capitalismo, el líder de líderes fue Inglaterra. Después vinieron Estados Unidos, Alemania,
Japón, Francia, en fin, todos los que se beneficiaron e impulsaron –en su
momento o tardíamente- la primera, segunda, tercera y actualmente cuarta
revolución industrial. Hoy en día, el rol de seguidores sigue estando presente para la mayoría de las naciones
en desarrollo. Algunas de estas, se han convertido en líderes a través del polémico y variopinto concepto de economías emergentes o el del perfil de aquellos países ubicados en el
grupo de los BRICS que abarca a la
expansiva e influyente economía China[2],
además de Brasil, Rusia, India y Sudáfrica. Pero nadie sensato, con
conocimiento e información va a creer que República Dominicana o Colombia son
determinantes en el rumbo y patrón del desarrollo económico mundial. Por lo
demás, las exageraciones e insensateces, también las tienen representantes de
los países líderes.
CONVERGENCIA/DIVERGENCIA. Desde tiempo atrás, en la
literatura seria sobre el desarrollo (puede verse por ejemplo Meier y Baldwin, Economic
Development, 1957) el crecimiento en el nivel de ingreso general y
percapita es variable fundamental. Para las naciones ya avanzadas para los años
cincuenta y sesenta el problema era cómo mantener el nivel de crecimiento y,
para las naciones menos adelantadas, cómo acelerar el crecimiento del mismo. Se
ha extendido el uso de comparar unos y otros niveles, evaluando su cercanía o
distanciamiento a pesar de las numerosas críticas al concepto de Ingreso percápita. El caso es que, en los
últimos sesenta años se ha apuntalado el viejo resultado resumido en la idea de
la brecha que se ensancha -que en la actualidad se ha
extendido hacia otras áreas incluyendo el propio concepto de brecha digital, entre otros-. La
distribución internacional del ingreso y la presentación del nivel de ingreso
de la mayor parte de los países en desarrollo mantiene la importancia de la
convergencia/divergencia y que tiene de base la característica país desarrollado
es igual a ingreso percapita alto.
Reflexionar sobre la unión de la primera y segunda dualidad que
presentamos, lleva a precisar cómo, con todo, la ayuda internacional sigue
siendo poco sólida y siguen concurriendo crecientes restricciones al comercio,
además de formidables diferencias y desigualdades, con una creciente
acumulación de riqueza en un selecto conjunto de la población mundial. Basta
ilustrar, que según el informe Global Private Banking Survey 2013.
Capturing the new generation of clients, de la consultora McKinsey, la
riqueza de los más ricos alcanzó, en 2013, un valor de 60 billones (millones de
millones) de dólares (86% del PIB nominal global en ese año), con una
proyección -en ese momento- para 2016 de llegar a los 80 billones de dólares (que
se repartirían entre 16 millones de personas). Esto, en un escenario mundial en
el último lustro, con una población mundial bordeando los 7.000 millones de
personas, representa un enorme desarreglo social[3].
Pero también deben señalarse las observaciones diversas de parte de economistas
como Sen[4]
o Deaton[5]
en cuanto a reservas a determinados
indicadores y al propio PIB percapita, o al menos en cuanto a tener en este último
indicador la confianza exclusiva. Sabido es que, todo esto, llevó a la difusión
-desde 1990- del Índice De Desarrollo
Humano (IDH) por parte del PNUD, basado en Ingreso percapita, nivel
educativo y esperanza de vida.
CONFLICTOS/INSTITUCIONES. Ya están planteados de tiempo
atrás, en la literatura especializada, los lineamientos fundamentales de
variados aspectos que se asocian a la importancia de la dinámica institucional
para el crecimiento y desarrollo. En tiempos más recientes, se ha venido
avanzando en la relación entre la dimensión política y los cambios y
perspectivas institucionales. Basados en planteamientos iniciales de variados
autores, entre otros Rodrik, se han propuesto y usado indicadores que buscan
medir factores como la coacción política,
en el sentido de que los grupos políticos que ejercitan el poder político
puedan llevar a cabo un determinado conjunto de políticas que propendan, por
ejemplo, a la transformación económica. Pero también, se trata de registrar las
posibilidades de concentración del poder político en grupos reducidos, muy
cercanos, por ejemplo, al poder presidencial y que terminarían reduciendo la
perspectiva de la amplitud democrática.
Termina entendiéndose que, la democracia, es más
adecuada para el propio éxito de políticas de transformación y funcionamiento
económico-social. De nuestra parte, esto nos reafirma la importancia que debe
tener en la actualidad venezolana una perspectiva analítica y de actuación que
se base en la economía política[6].
LAS MEJORES PRÁCTICAS/PRÁCTICAS ADECUADAS. En los proyectos de reforma institucional del mundo en desarrollo, la
práctica predominante consiste en identificar las mejores prácticas[7] para tratar con cualquier
problema, e intentar adoptarlas allí donde se les requiera. Sin embargo,
durante las dos últimas décadas, la noción de adoptar mejores prácticas
ha sido duramente criticada. Dos perfiles pueden resaltarse en este sentido. En
primer lugar, si a una organización se le asigna una tarea que supera
ampliamente sus capacidades, puede que colapse bajo la presión. Igualmente, una
organización que recibe financiamiento bajo la condición de adoptar las mejores
prácticas quizás intente cumplir con los requisitos de manera puramente
formal, pretendiendo que hace algo que, en realidad, sabe que no puede hacer[8].
En segundo lugar, las políticas se aplican en contextos muy específicos, donde
existen reglas de juego explicitas y tácitas, y normas de conducta que pueden
ser distintas de las leyes formales y puede que los actores locales conozcan
bien estas reglas y las acepten, pero a los expertos extranjeros les cueste más
entenderlas. Es la parte tácita -las reglas de comportamiento no escritas o informales
también- lo que hace que sea tan difícil adoptar lo que funciona bien en otra
parte. Por ejemplo, las mejores prácticas en un entorno donde la
conducta se basa en la confianza mutua entre los participantes de una política
determinada no funcionarán tan bien en un entorno dominado por la desconfianza.
La dificultad de transferir las mejores prácticas del contexto de un
país a otro es que es prácticamente imposible replicar los elementos informales,
implícitos, no escritos y rara vez visibles del entorno institucional y los
mismos terminan siendo fundamentales para las llamadas mejores prácticas.
La alternativa a este concepto es entonces la mejor adecuación de las políticas
a las capacidades existentes. Es esta una idea manejada desde hace lustros para
mejor interrelacionar el cambio institucional con el desarrollo[9].
ESTRUCTURA/FINANZAS. Hace ya alrededor de tres
décadas cuando Drucker, pasó a
insistir en la diferenciación entre economía
de los símbolos y economía real. Entendiéndose por la primera, el área
monetaria, cambiaria y financiera y, por la segunda, el área más tradicional de
la producción. Para la actualidad, esta especie de dicotomía se ha profundizado
con el desarrollo y profundización de los mercados de capitales y cambiarios y
la propia economía de la información y la globalización. En realidad, para
países como Venezuela, la dualidad presenta elementos de carácter básico en lo
que se asocia a política comercial e industrial, en contraposición al área de
la finanzas y a un particular mercado cambiario que evolucionó de un finiquito
de la libre convertibilidad y tipo de cambio fijo en 1983, pasando por
distintos regímenes cambiarios hasta llegar a un control de cambio –establecido
en 2003 y vigente al momento actual- estricto y conducente -entre otros
determinantes- al deterioro económico, como se ha plasmado desde su
instalación, en el contexto de la administración bolivariana que va desde 1999
hasta la actualidad. La presión y dinámica desde estas últimas áreas, no
termina de verse compensada con seriedad, regularización y buenos resultados
por parte de las primeras.
AGLOMERACIÓN/DISPERSIÓN. Desde décadas recientes, viene revalorizándose
la importancia de la geografía (Krugman[10],
Henderson, otros). En sentido general se ha resaltado la significación de estar
cerca o lejos, pero también las posibilidades de acceso a una determinada
nación o región. Dos conceptos fundamentales que terminan alimentándose de
variadas perspectivas técnicas, pero también de sentido común, son los de aglomeración
y dispersión. En una relación inversa, si se está más
lejos o si los costos de comercio son más altos, se comercia menos, entre otros
determinantes por el propio costo de la energía. La relación inversa también funciona
si se está más cerca o los costos de comercio son más bajos. Es parte de lo que
ha derivado de relaciones crecientes entre las áreas de la geografía y la economía.
En fin, hay mucho que estudiar y
revisar, para mejorar las actuaciones y la elaboración de políticas en cuanto
al desarrollo económico en naciones como Venezuela y, más aún, con los
resultados de deformación, empobrecimiento y recesión que crecientemente se
observan y acumulan.
@eortizramirez
eortizramirez@gmail.com
Octubre 2018
[1] Para casos
como los de la agricultura en Venezuela puede verse por ejemplo Pedro R. Solórzano http://masterecointerucv.blogspot.com/2018/10/que-hacer-ante-la-realidad-actual-de.html.
Un panorama útil expresado brevemente sobre el área automotriz se registra
en https://unionradio.net/advierten-que-80-del-parque-automotor-publico-esta-fuera-de-servicio/
.
[2] El
patrón expansivo de China en comercio, inversión y endeudamiento de otros
países con ella en cuanto a comportamientos, ataduras, condicionamientos y
aseguramiento de mercados se diferencia muy poco del tradicionalmente observado
-y muchas veces criticado- en el desempeño de las naciones más adelantadas del
espacio de las economías de mercado o capitalistas (puede verse China
Solidifies Its Influence in Southeast Asia. http://www.spiegel.de/international/world/operation-mekong-china-tightens-grip-on-southeast-asia-a-1232484.html).
El patrón observado en Asia se repite en África y en América Latina.
[3] Ver
relaciones de interés en https://www.eleconomista.es/opinion-blogs/noticias/7076103/10/15/El-Nobel-Angus-Deaton-y-las-desigualdades.html.
Otros difusores de información han señalado como el año 2014 Oxfam Intermón indicó que las 85
personas más ricas del mundo acumulaban casi idéntica riqueza que los 3.500
millones de personas que constituyen la mitad más pobre de la población
mundial. En 2015 la cifra descendió a 80
personas; y en 2010 esa misma riqueza se concentraba en 388 personas,
tratándose de que cada vez los ricos son más ricos y los pobres, más pobres (http://www.consumer.es 17 de febrero de
2015).
[4]
Premio Nobel de Economía 1998 por su contribución al análisis del bienestar
económico.
[5] Premio
nobel de economía en 2015 por sus contribuciones al estudio de la pobreza, el
consumo y el bienestar.
[6]
Puede verse Eduardo Ortiz Ramírez https://www.academia.edu/12313878/Econom%C3%ADa_Pol%C3%ADtica_y_Venezuela.
[7] Una
discusión de interés sobre este término puede verse en Dani Rodrik, Second-Best Institución; American Economic Review: Papers & Proceedings 2008, Vol. 98
N°2.
[8] Cosas
similares sucedían en el socialismo real, como en varias oportunidades resaltó
el propio M Dobb.
[9] Dani Rodrik, Second-Best Institución…
[10]
Una reflexión de interés sobre asuntos varios del desarrollo en: http://web.mit.edu/krugman/www/dishpan.html
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