Facultad
de Agronomía, UCV. Período 1960-1965.
Pedro
Raúl Solórzano Peraza.
Octubre
de 2018.
La Facultad de Agronomía de la Universidad Central de
Venezuela (UCV) fue fundada hace 81 años, el 13 de octubre de 1937, por el
Presidente de entonces Eleazar López Contreras. Al principio fue la escuela
Superior de Agricultura y Zootecnia, adscrita al Ministerio de Agricultura y
Cría (MAC), como parte de la Estación Experimental de Agricultura y Zootecnia
del Distrito Federal. Estaba ubicada en la Hacienda Sosa en El Valle, aledaño a
la ciudad de Caracas.
Debido a la presión demográfica en la ciudad capital,
la escuela fue mudada a Maracay, Haciendas El Limón y La Trinidad, en 1940. Fue
adscrita a la UCV en 1945 con el nombre de Facultad de Ingeniería Agronómica.
En 1952 cambia su nombre a Facultad de Agricultura, y desde 1958 cambia a
facultad de Agronomía. Algunos consideran como precursor de la Facultad de
Agronomía, a la Escuela Normal de Agricultura fundada en Caracas, el 9/12/1843,
por el Ingeniero Agrónomo italiano Doménico Milano.
Tuve la oportunidad de estudiar en esa hermosa facultad
durante el período 1960-1965, del que tengo cientos de recuerdos y vivencias,
algunos de los cuales trataré de sintetizar en estas líneas, con la esperanza
de que las personas nombradas o sus familiares lo tomen como una sincera
reminiscencia de la época.
El bautizo. Cuando los nuevos estudiantes llegamos a
las instalaciones centrales de la facultad, el primer día de supuesto inicio de
clases, éramos identificados como “peluos” e inmediatamente iban rapándonos la
cabeza uno a uno. Un condiscípulo mestizo del estado Bolívar, sacó su casta
guayanesa y no permitió que le tocaran su rizada cabellera, porque lo pagarían
caro. Ante su actitud, fue el único que mantuvo su cabello intacto. Luego de
este acto un poco agresivo, nos invitaron a subir a los autobuses de la UCV
Maracay para un recorrido por las instalaciones y visita a los diferentes
Institutos. Fuimos a Economía, Genética, Química, Ingeniería Agrícola, Zoología
Agrícola, Botánica (que incluía además de Botánica General y Sistemática,
Ecología, Microbiología, Fitofisiología, Fitopatología), Edafología, Agronomía,
y por último el Instituto de Producción Animal. Allí concluía el bautizo con un
baño de estiércol, y como recompensa, una ternera a la criolla. Este bautizo
desapareció de los actos de bienvenida a los nuevos alumnos.
Deportes. Para 1960, las instalaciones deportivas en
la UCV Maracay eran solo un campo para jugar béisbol y una pista de atletismo,
con su óvalo de 400 metros. Como las instalaciones de la UCV estaban mezcladas
con las del CIA (Centro de Investigaciones Agropecuarias del MAC, que luego fue
FONAIAP y ahora es INIA), ellos tenían un campo para jugar softbol y un casino
(con cerveza y todo) que nosotros también podíamos utilizar en forma
coordinada. Por aquella época los horarios de clases tenían los miércoles por
la tarde libre, para actividades deportivas de quienes estuvieran interesados.
La práctica de baloncesto y volibol la realizábamos en las instalaciones
militares de Boca de Río, que eran exclusivas para nosotros las tardes de los
miércoles. Los militares utilizaban la vialidad del área universitaria para que
la soldadesca se entrenara en el manejo de los camiones militares. Esta
convivencia cívico-militar perduró hasta el día en que un camión militar, con
un aprendiz al volante, atropelló el carro de una estudiante de la facultad
causándole la muerte a ella y a una pequeña hermana que la acompañaba. Aquella
tragedia impactó profundamente a la comunidad universitaria, los estudiantes
procedimos a incendiar el camión y aquel enfrentamiento acabó con el uso de las
instalaciones deportivas militares.
Desde aquel momento, se comenzaron a ampliar las
facilidades dentro del área universitaria para la práctica de deportes y empezó
a prosperar la calidad de los equipos de la facultad para las competencias
Inter Facultades. En 1960 éramos el hazmerreir del deporte ucevista, pero en 1965
éramos de los más competitivos en futbol, béisbol, baloncesto, volibol, tenis
de mesa y atletismo, donde hasta llegamos a contar con el campeón nacional de
salto triple.
La convivencia de la época entre todos los miembros de
la comunidad universitaria, permitía hacer campeonatos internos de softbol con
equipos donde participábamos estudiantes, profesores, empleados y obreros.
Siempre recuerdo que mi primer turno al bate fue contra el decano de la
facultad, Dr Manuel Vicente Benezra Revenga, quien jugaba pelota caribe.
Carnavales. Por ese tiempo los días de carnaval no
eran feriados, pero la tradición era “jugar con agua” y eso no faltó dentro del
área universitaria. En un martes de carnaval, un alumno tradicionalmente
indisciplinado, conectó una manguera a una toma de uno de los jardines de la
facultad, y al salir una clase, mojó a un buen número de estudiantes pero con
tan mala suerte que también mojó al profesor, en este caso, una persona
bastante delicada. Por supuesto aquello fue llevado al Consejo de Facultad y
solicitaron la expulsión del estudiante. Ante tal solicitud, el decano del
momento, Dr Francisco Fernández Yépez, propuso que el mejor castigo para aquel
estudiante (quien normalmente no asistía a las aulas) era obligarlo a asistir a
clases o sería expulsado. Esta moción fue aprobada y nuestro compañero tuvo que
asistir a clases que comenzaban a las 7:00 am, a lo cual confesó con el tiempo
que fueron sus peores momentos mientras cursó estudios en la Facultad de
Agronomía.
La infraestructura y la academia. Es difícil en tan
poco espacio poder describir tantos momentos vividos, pero no puedo dejar de
mencionar el gran avance en la infraestructura de apoyo docente, dispusimos de
excelentes aulas, envidiables laboratorios, y por supuesto, destacados
profesores en las diferentes áreas, que son numerosas en esta interesante
carrera que es la ingeniería agronómica. Realizamos frecuentes viajes de
estudio, lo cual nos permitió el contacto con algunas regiones agrícolas del
país. Visitas a los sistemas de riego (en nuestro caso fuimos a El Cenizo, Río
Guárico, Suata-Taguaiguai). Viajes para estudios de perfiles de suelos en
Portuguesa, Cojedes, Yaracuy, Carabobo, Aragua. Viajes para estudios de la
flora y la fauna de algunas regiones del país, con ecosistemas diferentes.
Trabajos de campo en Administración de Fincas. Visitas a explotaciones
ganaderas. Estudios en sitio de las construcciones rurales más comunes y de
instalaciones para almacenamiento de cosechas. En fin, recibimos un gran
complemento para nuestra formación profesional, además de las oportunidades de
pasantías en organismos como Servicio Shell para el Agricultor, empresas
privadas como Protinal, C.A., Ministerio de Obras Públicas, MAC, CIA, y otros.
Nuestro eterno agradecimiento a la Universidad Central
de Venezuela, y a su Facultad de Agronomía en particular, en su LXXXI
Aniversario.
Pedro Raúl Solórzano Peraza.
Octubre de 2018.
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