Pedro
Raúl Solórzano Peraza
Febrero
de 2018
Durante varias décadas se ha estado insistiendo en que
Venezuela consume 800.000 toneladas de soya al año, luego 1.000.000 de
toneladas y ahora 1.400.000 toneladas, para ir cubriendo las necesidades
crecientes de las industrias avícola y porcina. También se ha planteado la
necesidad de ir sembrando progresivamente esta maravillosa planta hasta llegar
a unas 700.000 hectáreas, que con un rendimiento promedio de 2.000 kg/ha pueda
cubrir el consumo interno. Eso, además de evitar la importación de un grano que
podemos producir, favorece la sanidad y la fertilidad de los suelos, al
incorporar esta planta en programas de rotación de cultivos.
Han pasado los años y seguimos sin producir suficiente
soya, a pesar de que hemos desarrollado una tecnología adecuada, tenemos
variedades nacionales de amplia adaptación a las diferentes regiones agrícolas,
tenemos agricultores que han ido mejorando su conocimiento para la producción,
hay algunas industrias para el procesamiento del grano en cuanto a la
extracción del aceite. Tuvimos una gran oportunidad durante este incapaz
gobierno bolivariano de arrancar en grande con este cultivo, cuando se instaló
en las cercanías de El Tigre, estado Anzoátegui, un moderno complejo
agroindustrial para la siembra y procesamiento de soya, y para que sirviera
como un modelo para la extensión del cultivo en la región. Eso se inundó de
dinero y, como todos los proyectos de este régimen, se puede decir que todo
está perdido.
Cuando en Venezuela había dinero y en general todos
los recursos para el desarrollo de la soya, cuando empresas privadas,
instituciones oficiales, universidades, agricultores y técnicos se propusieron
a sembrar soya en grandes extensiones, nunca se llegó ni siquiera a sembrar
50.000 hectáreas en un año. Pero esta semana ha salido una noticia oficial, en
boca del militar que está al frente del Ministerio de Agricultura durante la
Edición 74 del programa Cultivando Patria, que “Venezuela sembrará 300.000
hectáreas de soya en 2018. Es el objetivo de siembra de soya que tiene
planificado el gobierno bolivariano para 2018”. Además anunció que “están
llegando al país 1.750.000 kg de semillas para 35.000 ha, para reproducirla y
luego sembrar 300.000 ha, necesarias como resultado del crecimiento del sector
avícola”.
Sinceramente, no sé qué decir. Veamos:
-Estamos en la segunda quincena de febrero, viene la
temporada de secano durante la cual no se recomienda realizar siembras para producir
semillas de soya, debido a lo delicado de estos granos ante las condiciones que
imperan en la temporada de lluvias. Quizás lo mejor sea sembrar esas 35.000 ha
con fines comerciales, y con suficiente anticipación seleccionar variedades
posibles para multiplicar bajo riego a finales de este año, de tal manera que
se disponga de la semilla adecuada para un programa comercial más grande el año
2019. Las variedades a seleccionar son aquellos cultivares desarrollados en el
país con suficiente evaluación de sus cualidades, y variedades foráneas de
reconocida adaptabilidad en nuestras regiones agrícolas.
-Esa semilla que el ente oficial informó que ya estaba
llegando al país, ¿de dónde viene? ¿es semilla certificada? ¿cuál o cuáles
variedades son? Esas son respuestas que deben conocer los agricultores que se
vayan a embarcar en este programa. Además, si ya la semilla está llegando al
país ¿dónde y bajo qué condiciones la están almacenando hasta que llegue la
fecha de siembra? Recordemos que esta semilla es muy delicada y pierde su
calidad de germinación y vigor muy fácilmente, si no se almacena bajo
condiciones adecuadas y controladas de humedad y temperatura.
-Ya está definido qué vamos a sembrar, lo cual es
35.000 ha de soya. Ahora hay que definir dónde, cuándo, con quien y con qué
vamos a sembrar. Por ejemplo, ¿hay suficiente inoculante, de buena calidad y
debidamente almacenado? ¿los fertilizantes a base de fósforo y especialmente
potasio, ya están disponibles? Porque para esas 35.000 ha se requieren al menos
14.000 toneladas de fertilizantes. ¿Maquinarias y equipos están listos? ¿la
infraestructura para recepción y acondicionamiento del grano está en orden?
¿las plantas para procesar los granos, sean para semillas o para extracción del
aceite, están disponibles? ¿los demás insumos como herbicidas, insecticidas y
otros, están disponibles?
-Como conclusión, lo de 300.000 ha de soya en 2018 es
otro anuncio demagógico del gobierno bolivariano y, ojalá, que con la
disposición y recursos de los agricultores, quienes no quieren dejar que la
soya vuelva a fracasar, se logre al menos llevar a un final exitoso la siembra
de esas 35.000 ha de soya.
Recordemos que: SIN FERTILIZANTES es imposible producir la cantidad de
alimentos que necesitamos para satisfacer los requerimientos de la población.
En Amazon
está a la venta el libro del autor: “Fertilidad de suelos y su manejo en la
agricultura venezolana”. Tiene información muy útil para mejorar la práctica de
fertilización de los cultivos, con miras a una mayor productividad y a un mejor
trato a los suelos y al ambiente en general,
https:/www.amazon.com/dp/1973818078/
Pedro Raúl Solórzano Peraza
Febrero de 2018.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario