Enrique Viloria Vera
La yuca,
también llamada mandioca, guacamota o casava, de nombre científico Manihot esculenta, es el
tubérculo de un arbusto perenne de la familia de las Euforbiaceas. La
yuca se cultiva principalmente en América, Asia y África, donde la utilizan en
su gastronomía tradicional para preparar multitud de platillos locales. Nutricionalmente la yuca es un alimento
beneficioso para introducir en la dieta, ya que cuenta con propiedades
nutricionales similares a la patata o papa,
a la chufa y a la batata o camote, siendo muy rica en hidratos
de carbono complejos, es decir, que aporta considerable energía.
En
la conquista y colonización de América, la yuca tuvo una importancia particular.
En efecto, Juan Ponce de León y Figueroa (Santervás de Campos (Valladolid), se cree que
nació el 8 de abril de 1460 (La Habana, Cuba, julio de 1521), adelantado,
fue un conquistador español, primer gobernador de Puerto Rico y descubridor de
La Florida. Existen dos versiones
de la llegada de Ponce de León a La Española. Una dice que hizo su primer viaje
a América con Cristóbal Colón en su Segundo Viaje en 1493, mientras la otra
asume que lo hizo con Nicolás de Ovando en 1502, y colaboró con este para
frenar una rebelión de los taínos en la zona oriental de La Española. Por dicha
actuación fue recompensado con el cargo de gobernador de la recién creada
provincia de Higüey. En ese cargo, alquilaba indios para buscar oro y los que
no, trabajaban en los abundantes cultivos de yuca. Ponce de León se hizo rico
sirviendo como gobernador, sobre todo gracias a ese cultivo. El puerto de
Higüey, en el Paso de la Mona, era parada obligada para los barcos españoles
que regresaban a Europa, ya que el pan que se hacía con la yuca se conservaba
bien con la humedad, era nutritivo y sabía muy bien. Debido a esta prosperidad,
Ponce construyó una casa en Higüey, que llamó Salva León, y mandó traer a su
esposa e hijos.
En la Venezuela
bolivariana, castro -madurista, ex chavista, revolucionaria y antiimperialista,
la historia reciente de la yuca – amarga, muy amarga -, es otra …es condumio
para la muerte y no para la vida; muchos son los fallecidos por haber consumido-
en la imperante hambruna socialista - ese tubérculo, en vano intento de apostar
por la subsistencia. Las estadísticas – de ser confiables -, ilustrarían la
magnitud de esta otra forma de morir en socialismo.
En fin, el muy
exclusivo club de los genocidas tiene nuevos miembros bolivarianos, socialistas
del siglo XXI, como lo afirma Jean-François Revel:
El club con más
socios del mundo es el de los enemigos de los genocidios pasados. Sólo tiene el
mismo número de miembros el club de los amigos de los genocidios en curso.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario