EDUARDO ORTIZ RAMIREZ
Una dimensión en la cual la
administración bolivariana es exitosa, sobre todo consigo misma, es en la de
pensar que las cosas están muy bien y que, correspondientemente, lo está
haciendo muy bien. Es de ahí, de donde uno puede colegir, que no va a cambiar
su política económica. Es más: no puede cambiarla. Para decirlo en términos
figurativos, tendrían que volver a nacer,
pues sus preceptos, supuestos, prejuicios y su ideología, la han conducido -y
con ello a la nación-, a las conclusiones anteriores, aunque los resultados
económico-sociales de esta última sean totalmente contrarios. Los políticos
gustan en acuñar frases, tengan estas las consecuencias y/o resultados que
tengan. En esta dimensión son especialistas y muy experimentados los asiáticos.
Una idea fijada, una idea explotada, se trata de eso.
Recientemente señalábamos que,
paralelo a querer el presidente Maduro un segundo Plan de la Patria, existían números
problemas sin resolver[1],
sin que pueda afirmarse que su gobierno está pendientisimo[2]
de atenderlos. Se agrava aceleradamente el deterioro de los servicios de transporte,
calles y vías, salud y hospitales, aseo urbano y ni se diga disponibilidad de
alimentos y deterioro del nivel y calidad de vida, dado el contexto hiperinflacionario.
A pesar de ello, la administración sigue desarrollando una especie de economía
del fraseo y la itinerancia[3].
Un elemento señalado por la
economista e historiadora inglesa Phyllis Deane, es la posibilidad de que en
las gestiones de algunos gobiernos –pensaba en países desarrollados- se haya
generado la necesidad de crear o expresar su propia economía espuria, como vía de justificación de políticas
específicas. Y ponía como ejemplo, el caso de la llamada economía de oferta que habría permitido justificar políticas de
recorte de impuestos buscando estimular la inversión y el empleo. Otros gobiernos,
según Deane, habrían optado por lo que se ha llamado, en ciertos ambientes, la economía de andar por casa que se
basaría en la intuición de los profanos,
el empirismo y la teorización casual.
Es verificable que, en el caso de
algunos países de América Latina, estos habrían creado su propia economía espuria a partir de los
vaivenes derivados de los extremismos asociados a la dicotomía Estado-Mercado (o
las modas venidas desde el mundo anglosajón), del populismo, el socialismo y
también del Foro de Sao Paulo, u originadas de la cualidad de algún petroestado[4]
como Venezuela y, más particularmente, de su rentismo capitalista o socialista/bolivariano.
Este último contexto habría apuntalado,
en el régimen que lo impulsa y usufructúa en Venezuela desde hace casi cuatro
lustros, su propia versión de la economía
de andar por casa o más específicamente una política económica itinerante,
conflictiva, alteradora de los intereses de bienestar de una porción alta de la
población –a pesar de las políticas de compensación social dirigidas a los
sectores menos favorecidos en la distribución del ingreso como las misiones o
algunas de las señaladas en esta nota-, según resultados vistos en su
transcurso, pero sobre todo a partir de 2012[5],
mientras ha sostenido beneficios y arreglos ilícitos para los cercanos a las camarilla del poder central, y que se
sustenta en una teorización casual/adaptativa y en la ideología del socialismo.
Dentro de los elementos de su manejo de la economía tenemos, así, para la
administración bolivariana y desde una perspectiva meramente instrumental, los siguientes puntos.
DICOM. Órgano
e instrumento en permanente reestructuración y replanteo. Esto es, siempre se
vuelve a lanzar como en un “ahora sí”. Su afectación es estructural: no hay
tantos dólares como antes, ni cercanamente. Los $ existentes son para el sector
público, pago de deuda, la camarilla y las otras reparticiones discrecionales;
el resto, para los agentes privados en porciones no trascendentales, como en la
última subasta donde algunos elegidos obtuvieron 15.000 $ para sus actividades
empresariales, lo cual para estos ámbitos no es propiamente abundante. La
distancia entre sus niveles para el precio de la divisa y el dominante que
viene de la conocida página Dólar Today, siguen siendo monumentales. Las otras
divisas, distintas al dólar, no son apetecidas con la misma fuerza -ni tampoco
hay abundante disponibilidad de ellas-, adicionalmente, por tanto, las ofertas
pasadas en este sentido no se han materializado.
CRIPTOMONEDA.
En ausencia de soluciones por la vía DICOM, precios del petróleo relativamente
estancados y otras exportaciones menguadas, la administración ha pensado y
actuado para establecer el modernismo de
una criptomoneda, tal cual alguien que trata de ser ostentoso, sin tener
las necesidades de alimentación cubiertas. Las criptomonedas no son fáciles,
generan dificultades y sospechas. Requieren respaldo, que Venezuela ha
ofrecido, pero que no puede garantizar. Alternativa de desespero para nuestro
caso. Algunos, por otra parte, quieren que ya desaparezcan las monedas. Como
siempre sucede, nuestros tropicales casos pueden caer en el extremismo y en un
modernismo falsario[6].
CAJAS. Su
expresión más difundida en la administración bolivariana son las cajas CLAP,
que vienen de la organización del mismo nombre y que ha terminado convirtiéndose
en uno de los pocos lugares donde hay productos a precios bajos. La calidad de
los productos que trae no es muy buena en la mayoría de los casos, como es
conocido hasta por los oficialistas. En algunos lugares es regular su entrega,
en otros no y existen numerosas sospechas e indicios que se comercia con ellas
en varios sentidos; lo que sí existe como constatación, es su condicionalidad,
restricciones y discrecionalidad. De eso visto a materializar la consigna de
“todo el poder a los CLAP”, existe una distancia inmensa. Como en el cuadro de
Goya, algunos ciudadanos se tapan la nariz para quitarle el diente al
fallecido.
BONOS. En la
ampliación de la dimensión del populismo, ya suficientemente presente en los
aumentos bimensuales de salario, que pasó a cuasi formalizarse desde hace más
de un año, el presidente Maduro ha instaurado la política de los bonos
(navideño, día de reyes, carnavales y otros). A aumentos de salarios
inflacionarios, que no tienen relación con la productividad y los equilibrios
económicos, se les suma ahora la asignación de bonos que superan y se vuelven
algo distinto, incluso al fenómeno que se ha venido ubicando como bonificación del salario pues son bonos
que son independientes de la tenencia de un salario. Dinero inorgánico, más
inflación también por esta vía. Decía recientemente el presidente que,
11millones de venezolanos se han beneficiado de estos bonos.
CARNET DE LA PATRIA. Debe ubicarse el fenómeno de los bonos, paralelo y consustancial al
llamado carnet de la patria; también ha dicho el presidente que más de 16
millones de venezolanos lo tienen o se han inscrito. Algunos políticos deberían
dar respuesta a esto, pues se ha argumentado que, buena parte del registro
electoral en una votación limpia y libre, no votaría por el oficialismo, pero,
según se ha indicado, este tiene anotado en el carnet una porción altísima de
aquel registro. ¿El empobrecimiento ha hecho a los ciudadanos cambiar de posición?
¿Se registran por pura ocasión u oportunismo? ¿Por qué tanto miedo del oficialismo
a elecciones libres y limpias? Es extraño todo esto así planteado. Lo cierto es
que entre carnet y bonos, escasez e hiperinflación, malos servicios e
inseguridad, los venezolanos sobreviven a toda costa y la administración genera
mecanismos de registro y control así como condicionalidades, incluso para sus
adeptos.
ORGANIZACIÓN POPULAR. Representa una de las máximas de todo proceso revolucionario. Decía
recientemente una ministro, que los que se están yendo son los muchachos de las
guarimbas. Ninguna administración ni gobierno, por autoritario o represivo que
sea, puede resistir una porción importante de 4 millones de personas que han
migrado, en un proceso que se intensifica. No es cierta esa afirmación, se
están yendo todos. Los hogares se están quedando sin hijos. De oficialistas,
oposicionistas y también de neutrales[7].
¿Hasta donde ha llegado la organización popular en una administración que la
lidera pero que no logra controlar los excesos en el sistema ferroviario en los
valles del Tuy o los desórdenes en el Metro de Caracas o las disfunciones
presente en cuerpos militares o
policiales que deberían ser de sanidad y vigilancia? La organización
popular se ha ido volcando hacia la propia sobrevivencia: una especie de
“agarrese de allí quien pueda”.
MOTORES. Después
de alrededor de 17 años, de no haber alcanzado la economía venezolana ningún
cambio trascendental en positivo y de haber dilapidados un nivel de ingresos
envidiable para la mayoría de los países en desarrollo latinoamericanos (más de
1 billón de $), los motores se convirtieron también en una de las grandes
ofertas de la administración bolivariana. Otro “ahora sí”. Ya vistos en más de
19 años, no han dado tampoco esos frutros. La economía tiene cuatro años de
decrecimiento continuado. Tal decrecimiento en el producto territorial, acumula
cerca de un 40% para los cuatro años[8].
Por otra parte, los registros de Conindustria
resaltan como quedan solo alrededor de 3.800 establecimientos industriales, lo
cual para el patrón latinoamericano de incluso economías en desarrollo medianas
(no México o Brasil) es extremadamente alarmante. El cierre de empresas de
comercio, importación, servicios y producción es creciente y observable en
distintos lugares del país y en la región capital en particular.
PAIS POTENCIA.
Ambición temprana expresada por el presidente Chávez en inicios de su gobierno
y retomada por el presidente Maduro. Al momento actual Venezuela no se ha convertido
ni en potencia agrícola, ni potencia industrial, ni potencia petrolera, ni
mucho menos país potencia. La industria petrolera ha pasado por parecidas
afirmaciones de exaltación en variadas administraciones, porque se tiene petróleo para 300 años. Petróleo bastante
difícil de extraer, más aun en una economía que ha visto decaer su principal
actividad y decaer su principal empresa. Una nación que ha desatendido el
sector universitario, la ciencia y la tecnología, nunca será un país como el proyectado
por aquellos presidentes. Todo lo contrario, la nación se encamina a un círculo
vicioso de empobrecimiento, desinversión y decrecimiento dentro de un contexto
hiperinflacionario.
Vistos los elementos anteriores se ve
algo claro, cómo la administración percibe y actúa sobre la nación y sus
ciudadanos, pero de lo que se trata es de cómo ven los venezolanos a su
administración para cualquier posibilidad de cambio. Ello requiere, sin
embargo, verdaderas condiciones democráticas.
@eortizramirez
eortizramirez@gmail.com
[1]
Eduardo Ortiz Ramírez https://www.academia.edu/35703464/VENEZUELA._UN_NUEVO_PLAN_Y_NUMEROSOS_PROBLEMAS_SIN_RESOLVER.
[2]
Pendiente en un sentido coloquial extremo.
[3]Puede
extrapolarse el uso de la expresión en la telefonía móvil donde la itinerancia
(roaming), se entiende como la que permite que los usuarios de la tal telefonía,
se muevan entre distintas áreas de cobertura sin por ello dejar de tener
recepción o modificar de manera alguna su marcación habitual para hacer y
recibir llamadas
[4]
Ver Karl, Terry Lynn. The Paradox of Plenty. Oil booms and
Petro-States,
University of California Press 1997.
[5]
Abarca ello entre otros asuntos alta escasez de bienes, inflación de dos
dígitos altos o de tres dígitos –como en 2015 y 2016- o cuatro dígitos –como en
2017, con más de 2.600% según la Asamblea Nacional-, con la correspondiente
desvalorización y distorsión de sueldos y salarios, inseguridad profusa y
creciente, imposibilidad de viajar.
[6]De
interés Carlos E. Daly Gimón De monedas virtuales, monedas digitales y
Criptomonedas, jueves, 8 de
febrero de 2018. http://masterecointerucv.blogspot.com/2018/02/de-monedas-virtuales-monedas-digitales.html;
Laura Rojas. Venezuela, sanciones internacionales y criptomoneda. Tomado de www.prodavinci.com miércoles, 20 de
diciembre de 2017. http://masterecointerucv.blogspot.com/2017/12/venezuela-sanciones-internacionales-y.html.
[7]
La administración no tiene ni preliminarmente una preocupación de Estado sobre este asunto, al menos en base a lo que
se le escucha o lee. El presidente Maduro, de todas maneras, ha planteado una
especie de carnet de la patria viajero, dado que ha señalado también se tome en
cuenta a los migrantes y sus necesidades en base al carnet referido.
[8]
Una referencia puede apreciarse en: “Venezuela hoy produce dos tercios de lo
que producía en 2013. Según el Reporte Anual entregado por el Gobierno Central de
Venezuela a la Securities and Exchange Comission de los
Estados Unidos (Reporte SEC 2016), el Producto Interno Bruto (PIB) venezolano
se contrajo -16,5% en 2016. Por su parte, el Fondo Monetario Internacional
(FMI) estima que la economía venezolana se contraerá -12% en 2017. Considerando
estas cifras y recordando que mediante un comunicado
del 18 de febrero de 2016 el Banco Central de Venezuela (BCV) confirmó
una contracción del PIB nacional de -3,9% en 2014 y de -5,7% en 2015, entre
2014 y 2017 la economía venezolana acumuló una contracción de -33,4%” Anabella
Abadi M., 4 años de recesión económica en cifras, www.prodavinci.com 28/12/17.
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